Fue impartida por Vicente Baus, que ha indagado sobre la brillante expedición que realizaron Jorge Juan y Antonio de Ulloa para demostrar la forma de la Tierra
La Sociedad Cultural Casino de Novelda ha acogido el 16 de mayo la conferencia ‘Jorge Juan y la medición del meridiano’, que ha sido impartida por Vicente Baus Berenguer, presidente de la Asamblea Amistosa Literaria de Novelda y vicepresidente de la Comisión del 250 aniversario de la muerte de Jorge Juan.
Al acto, que agotó el aforo del Salón de los Tapices del Casino, acudieron numerosas personalidades de la sociedad civil y política noveldense, como el alcalde de Novelda, Fran Martínez, el presidente de la Comisión del 250 aniversario de la muerte de Jorge Juan, José Boyer, y la presidenta del Casino de Novelda, Victoria Céspedes, entre otros. En el evento también estuvo presente el Comandante Naval de Alicante, Joaquín Vegara.
Durante la ponencia, Baus explicó los hechos acaecidos varios siglos atrás, cuando se decidió en la Academia de Ciencias de París realizar dos mediciones que zanjaran la cuestión sobre la forma de la Tierra, una en las proximidades del Polo y otra en el Ecuador.
La expedición francesa necesitaba acceder a territorios de la corona española, por lo que en febrero de 1734 se solicitó por el conde de Maurepas, ministro francés de Marina y vicepresidente de la Academia de París, el permiso necesario para ello al gobierno español, presidido entonces por José Patiño. La respuesta fue afirmativa, Felipe V en España y Luis XV en Francia, eran nieto y bisnieto de Luis XIV respectivamente. No obstante, por motivos políticos y científicos, se introdujo por parte del gobierno español la condición de que participasen plenamente en la medición dos individuos españoles.
El nombramiento recayó en dos jóvenes guardiamarinas, Jorge Juan y Santacilia y Antonio de Ulloa y de la Torre-Guiral. La designación de los dos jóvenes guardiamarinas causó sorpresa entre los académicos franceses, que consideraron que la ciencia española no tenía un mínimo de nivel y fue muy criticado por los científicos franceses, especialmente por Charles de La Condamine, quien comentó duramente y con burla la designación con su amigo Voltaire.
Con la finalidad de equiparar a los españoles con los franceses, éstos fueron ascendidos de guardiamarinas a tenientes de navío, cuatro grados de golpe.El 26 de mayo de 1735 levaban anclas en el puerto de Cádiz las fragatas El Conquistador, con Jorge Juan a bordo, que transportaba al nuevo virrey del Perú y El Incendio, con Antonio Ulloa, rumbo a Cartagena de Indias. Ambos personajes inauguraban la que sería una de las mayores proezas científicas españolas y no volverían a España hasta 1746, once años después de su partida, convertidos en los mejores científicos españoles de su tiempo.