Seguimos los pasos de noveldenses como Andrea, José y Verónica durante sus grandes vivencias recorriendo el Camino de Santiago
El Camino es magia y belleza en estado puro, es fe, y engancha, siempre te vas con ganas de volver. Son caminos ancestrales que tanta gente ha recorrido durante milenios y que se recorren sin prisa y con buenas conversaciones.
Andrea Lorenzo Navarro
Empezamos el camino desde Sarria hasta Santiago de Compostela. El camino se dividía en 6 etapas, las cuales completamos en 5 días. Nuestra primera parada fue en Portomarín donde queríamos probar nuestra primera noche a dormir en un albergue con muchos peregrinos y vivir esta experiencia, que fue fenomenal.
Al segundo día el siguiente destino fue a Palas de Rei, fue un camino entretenido ya que coincidíamos con las mismas personas, ya de la primera etapa realizada y ya comenzabamos a coger confianza.
En el tercer día nos tocaba ir a Arzúa que era el trayecto más largo, unos 30 km, el cual pensábamos que iba a ser eterno, pero que finalmente conseguimos hacer y acabar con buenas sensaciones. Básicamente los días durante el camino se basan en eso, caminar, pensar y disfrutar de las pequeñas cosas que te van pasando durante ese tiempo en el que estás allí.
Sin duda alguna, ha sido una experiencia inexplicable, volvimos a Novelda con unas energías diferentes, amistades nuevas y mucho pulpo en el cuerpo! Hasta el año que viene Santiago.
¡Finesterre.. allá vamos!
Verónica Rodríguez Lombardo
¡¡Reto conseguido!! Hicimos Sarria- Santiago, y ha sido nuestro primer camino. Me fui con mucho miedo a no conseguir terminarlo pero sí que es verdad que cuando llegué a Sarria todo cambió y ese miedo se convirtió en ilusión en muchísimas ganas de empezar.
La primera etapa se pasó súper rápida, cuando te adentras en ese paisaje la naturaleza y el silencio que ahí te absorbe pierdes la noción del tiempo, es maravilloso. En todas las etapas hay algo que las hace especiales, pero hubo una que se hizo mucho más especial: Una casita donde me hospedé se llamaba la pallota de San Cristóbal.
Era súper acogedora, pero el que destacaba era el dueño que nos hizo sentirnos como en casa. Cenando nos contó una historia del Camino de Santiago maravillosa de la que se te mueven sentimientos encontrados y nostalgia.
Ahí es donde tu chip cambia, no sólo es caminar, es disfrutar de todo lo que ves, de toda la gente que conoces, hay que vivirlo. El resto de etapas era como adentrarte en un bosque encantado. El día que llegué a Santiago me quedé atónita de ver la catedral.
Era preciosa y me dije “al fin lo logré”. En ese momento tuve sentimientos encontrados y mucha pena porque terminaba y sin lugar a dudas el año que viene volveré. Ha sido una experiencia única en la que me llevo amigos y unos paisajes maravillosos.
José Navarro Peñaranda
Este año ha tocado el Camino Aragonés (850 kilómetros), eso si esta vez como bicigrino, que comenzó en la estación de Canfrán, bordeando el rio Aragón hasta Jaca, antigua capital del Reino.
Después de visitar su ciudadela y su notable catedral románica, continuamos por el embalse de Yesa hasta Sanguesa, no sin antes disfrutar de un bello paraje y avituallarse. Este itinerario tiene premio, el premio tiene nombre de Santo y Romería, donde disfrutamos de un castillo y santuario decimonónico.
En Javier, seguimos sorteando las últimas sierras de los Pirineos, en dirección a Puente la Reina, siguiendo aún el curso del Rio Aragón, que pronto dejamos. En Obanos el camino Aragonés se junta con el Francés con la pronta llegada a Puente la Reina, parada obligada en el albergue de los Padres Reparadores.
Seguimos dirección Estella hasta la capital de la Rioja y, como no, su paseo por la calle del Laurel. Salimos por el parque de la Grajera hacia Najera y llegamos a Santo Domingo de la Calzada. En Santo Domingo permanece viva la llama de la peregrinación a través del Santo, la leyenda del Milagro.
Continuamos por Belorado hasta San Juan de Ortega, donde se produjo un impresionante equinoccio a la puesta del sol, a través de una vidriera, iluminando en una columna la representación del nacimiento de Jesús.
Pronto llegamos a Atapuerca y Burgos . Un café, un vino, un pincho frente a las gemelas de la Catedral de Burgos… una verdadera satisfacción. Pasamos por Hornillos y Castrojeriz y vamos hacia Carrión de los Condes, pero antes disfrutamos de las esclusas del canal de Castilla.
En Carrión visitamos el paseo por el parque junto al rio Carrión y descansamos en la hospedería de las hermanas Clarisas. Tras ello, vamos por Sahagún y Mansilla de las Mulas hacia León. En la capital del Reino, pasear y gozar.. Casa Botines, Plaza Mayor con sus soportales, la Pulchra leonina, barrio húmedo y descanso en las Carvajalas.
Salimos hacia Astorga por el puente Orbigo, después de disfrutar del Palacio de Gaudí y la Catedral, nos fuimos hacia Foncebadón. En lo alto del puerto una cruz, la cruz de ferro, sobre un poste encima de un montículo, el montículo de Guijarros, lleno de piedras, ya que cada peregrino deja una, simbolizando la solidaridad de los peregrinos de todos los tiempos.
Bajamos hacia Ponferrada, y, después de visitar el Castillo de los Templarios, nos fuimos a Villafranca del Bierzo, rodeados de viñedos de la variedad Mencia. Pasamos por Trabadelo, Las Herrerías y con ello empezó la subida a O’ Cebreiro.
Entramos en Galicia transitando por el alto del Poio y cerca de Samos con su monasterio, uno de los monumentos mas importantes del Camino. Continuamos por Sarria, Portomarín, con el pantano de Belesar en el cauce del Miño, seguimos hacia Arzua deteniéndonos en Melide para degustar el pulpo acompañado de una cunca de ribeiro.
Tras ello, llegamos a Boente, Iglesia de Santiago, donde en tiempos de Pandemia aquí expedían la Compostelana. Arzua, Pedrouzo , Lavacolla y Monte do Gozo… las molestias, los dolores de piernas ya no existen, bajamos raudos, cruzamos las calles de Santiago, y llegamos a la plaza de Cervantes. Ya oíamos las gaitas, nos emocionamos una vez más, cruzamos el arco y nos inundamos de felicidad. Ya estamos en la Plaza del Obradoiro. Ya estamos en la Catedral del Apóstol Santo. ¡¡UTRELLA!!
Tengo una foto que me hice el 20 de mayo del año pasado, exactamente en ese hito, el que te indica que ya sólo quedan cien km. hasta la plaza del Obradoiro. Entonces estaba limpio, sin pintadas ni mamarrachadas. Ha pasado poco más de un año de aquello y al ver esta nueva foto que se han hecho nuestros vecinos noveldenses al pasar junto al hito, me he quedado atónito.
Es lamentable ver cómo hay gente que dicen ser peregrinos y sin embargo se dedican a deslucir y a estropear con sus acciones de imbécil malcriado todos los símbolos y lugares de paso con que se topan y que no son de su propiedad ni están ahí puestos a propósito a modo de pizarra para que escriban sus estupideces. Desde luego, los que se comportan así, deberían hacérselo mirar con urgencia y ponerse a limpiarlo con presteza.