La genial muestra protagonizada por el aluminio y los reflejos puede visitarse hasta el próximo 30 de marzo
La sala de exposiciones del Centro Cultural Gómez-Tortosa acoge, hasta el próximo 30 de marzo, la muestra ‘Es luz, es sombra’ del artista alicantino Francisco Sánchez Soria, nacido en Torrevieja, y comisionada por Estefanía Soler.
Francisco Sánchez cursó estudios en la Facultad de Bellas Artes, en San Fernando, Madrid, obteniendo la licenciatura en la especialidad de dibujo. Estudios que compaginó con cursos de la Cátedra de Grabado y de Restauración. Es doctor también en filosofía y letras por la Universidad de Alicante.
También realizó estudios de cerámica en la Escuela de Artes y Oficios de Sevilla, tomando contacto con talleres de cerámica trianera. Ha investigado sobre los esmaltes al fuego con Pedro Picó en la Escuela de Artes y Oficios de Orihuela. También realiza diseños gráficos para empresas de interiorismo, espacios comerciales y domésticos y cabe destacar que su obra se ha expuesto en gran cantidad de salas de exposiciones tanto nacionales como internacionales.
No hay luz sin sombra, alegría sin pena, paz sin guerra y belleza sin fealdad. El reflejo de la luz en el aluminio se deja abatir por la mancha del negro humo y éste se moldea en su intensidad, consciente de que no puede extinguirla. Esta batalla que nos presenta el autor entre dos antónimos inseparables que puede ser o no el reflejo de nuestra realidad.
Un autor que ha explicado durante la presentación su forma de crear con el aluminio. «Al trabajar el aluminio, tengo que ir matizando la luz con los medios tonos. Al mismo tiempo en esa plancha, en esa superficie se refleja mi mano también. Entonces yo ya estoy metido en la obra y al mismo tiempo estoy matizando la luz de esa obra con la sombra que mi mano reflejada está poniendo sobre ella. De pronto me di cuenta de que, efectivamente, no puede haber luz sin sombra», ha argumentado.
Entre las composiciones destacan los elementos contradictorios, como el mecanismo de un reloj, donde es imposible concebir el tiempo sin el movimiento, o una partitura de Vivaldi, donde no se puede concebir el sonido sin el silencio.
Otro aspecto fundamental de la exposición, que puede visitarse hasta el próximo 4 de marzo en la segunda planta del Gómez-Tortosa, radica en la exploración de los reflejos. Unos reflejos entre superficies que tienen su cénit al final de la sala, donde en un Vanitas sobre aluminio permanece el reflejo del visitante. El Vanitas exclama: ‘Negaré tu reflejo cuando no estés’. «Mírense y aprovechen que están», ha destacado Francisco Sánchez.