La Vigilia Pascual es la celebración litúrgica más importante que conmemora la Resurrección de Jesús y tiene lugar en la madrugada del Sábado Santo al Domingo de Resurrección.
El sacerdote Eduardo Lorenzo, ofició la misa junto al sacerdote Alfredo Beltrá. Comenzó la vigilia a las 23.00h con la iglesia de San Pedro completamente a oscuras, encendiéndose y bendiciéndose un fuego en el atrio, en los soportales de la parroquia. De ese fuego se encendió el Cirio Pascual, una enorme vela que simboliza a Cristo Resucitado.
Acto seguido los fieles encendieron sus velas ya en el interior del templo, de la llama del Cirio. El cura se detuvo en tres ocasiones para cantar «Luz de Cristo».
Llegados al altar, el Beltrá colocó el Cirio Pascual en su sitio y San Pedro se quedó a media luz. Acto seguido se entonó el Pregón pascual, antiguo himno alusivo a la noche de Pascua que proclama la gloria de la Resurrección de Cristo.
Continuó con la Liturgia de la Palabra, en la que fieles, pronunciaron relatos del Antiguo Testamento referentes al plan salvífico de Dios, intercalados con salmos y cánticos del Antiguo Testamento. En este caso, la Vigilia estuvo acompañada del órgano como instrumento musical.
Tras esto el sacerdote inició la entonación del Gloria, que no se había cantado desde que empezó la Cuaresma, a excepción de la misa de la cena del Señor del Jueves Santo, junto con repique de las campanas de la torre de la iglesia y las campanillas. En este momento se encendieron las restantes luces de la iglesia y se iluminaron los cirios del altar.
Tras la homilía, tuvo lugar la Liturgia Bautismal, en la cual se bautizó a un niño, Alejandro. Se bendijo el agua de la pila bautismal cantando las Letanías de los Santos. También, los fieles presentes renovaron sus promesas bautismales.
Finalmente, continuó la Liturgia Eucarística de la manera acostumbrada.
Al finalizar Eduardo Lorenzo invitó a todos los fieles a tomar chocolate con toña que habían preparado en la replaceta de la Aurora.