- El Ayuntamiento de Novelda ha dado el primer paso formal para que el nuevo Teatro María Guerrero sea, por fin, algo más que una promesa electoral.
- El alcalde, Fran Martínez, ha anunciado el inicio del expediente para la redacción del proyecto del futuro teatro, que se ubicará en la parcela junto al Conservatorio Profesional de Danza, en una zona de expansión con buenos accesos desde la Ronda Sur y las principales carreteras del municipio.
En una entrevista realizada en el auditorio del Centro Cívico, Martínez ha explicado que el objetivo es cubrir una reivindicación histórica de la ciudad y responder a la intensa actividad cultural y asociativa de Novelda, que actualmente “se ha quedado pequeña” en los espacios disponibles como el propio Centro Cívico o el Mestre Gomis.
“El antiguo María Guerrero forma parte de la memoria colectiva de Novelda”, señaló el alcalde, recordando que su cierre y posterior demolición en 1999 supusieron “una herida” para la ciudad. Novelda llegó a contar con varios cines y teatros y pasó, en pocos años, a tener “prácticamente nada” en cuanto a grandes infraestructuras escénicas.
Según relató, el edificio estaba declarado en ruina y el acuerdo alcanzado entonces con la Generalitat contemplaba que el Ayuntamiento asumiera la demolición y el gobierno autonómico construyera un nuevo teatro. Tras el derribo, los cambios políticos y el relevo en los cargos responsables hicieron que el compromiso se diluyera y, con él, el proyecto. “La herida no es solo ciudadana, también administrativa; en el Ayuntamiento se ha quedado clavado que aquello nunca se hiciera”, apunta.
El nuevo teatro no se levantará sobre el solar original –actualmente utilizado como aparcamiento público– sino en una parcela más amplia junto al Conservatorio de Danza. Martínez indicó que el antiguo solar “es demasiado rectangular y escaso” para un teatro moderno con capacidad importante y adaptación a la normativa actual. El nuevo emplazamiento, además, está mejor conectado y dispone de espacio suficiente para desarrollar “el teatro que Novelda merece”.
A lo largo de los años se han planteado distintas ideas para el futuro espacio cultural: centro polivalente, museo de Semana Santa, edificio mixto, escuela de teatro… Sin embargo, el alcalde se mostró tajante al respecto.
P. ¿Comparte la idea de que el nuevo edificio sea un gran centro cultural multifuncional y no solo un teatro?
R. No, porque repetiríamos errores. La verdadera demanda es un teatro, un auditorio. Cuando intentas mezclar demasiados usos, al final te quedas en un “quiero y no puedo”. Las necesidades sociales y de asociaciones ya se cubren con otros edificios; lo difícil y lo que falta es una gran infraestructura escénica.
Martínez repasó también los distintos intentos frustrados de poner en marcha el proyecto, desde la promesa de una “Escola de Teatre” impulsada por la Generalitat a través de CIEGSA hasta los trabajos iniciados en 2015 para recuperar aquel proyecto bajo el modelo Edificant. Los cambios de gobierno en el Consell y el fin del Botànic dejaron, de nuevo, el plan en suspenso.
“De la Generalitat ahora mismo no espero nada, y es duro decirlo, pero los hechos están ahí”, afirma, aludiendo también a otros compromisos pendientes como la Casa Mira o el tercer colector. Ante ese escenario, el Ayuntamiento ha abierto una nueva vía con el Gobierno de España, a través del Ministerio de Cultura, que se muestra dispuesto a estudiar la financiación cuando exista un proyecto definido.
“Nos han dicho: primero el proyecto, luego veremos si encaja en subvenciones culturales, fondos europeos u otras líneas de ayuda. Por eso era tan importante iniciar el expediente y encargar la redacción del proyecto”, explicó.
El inicio del expediente supone que los departamentos de Contratación y Urbanismo preparan el procedimiento para licitar la redacción del proyecto. Los servicios técnicos deberán estudiar modelos de teatros, definir las características básicas y elaborar el pliego de condiciones.
En paralelo, se abrirá un proceso de consultas con el tejido cultural de la ciudad como son las bandas de música, compositores locales de proyección internacional como Óscar Navarro o Carlos Santo, y asociaciones de teatro que aportarán sus experiencias y necesidades.
Aunque todavía no hay cifras definitivas, el Ayuntamiento maneja una horquilla de entre 800 y 1.000 butacas, muy por encima del alrededor de 300 plazas del auditorio del Centro Cívico y más cercana a las grandes afluencias que se registran en actos al aire libre como los del Parque del Oeste o el anfiteatro de Viriato.
Respecto al diseño, Martínez admite que, aunque la última palabra la tendrá el estudio de arquitectura que gane la licitación, su intención es orientar el pliego hacia una fachada de corte clásico, como la imagen tradicional de un gran teatro, mientras que el interior estará dotado con la tecnología actual en materia de sonido, iluminación y accesibilidad.
En el plano económico, el alcalde señala que todavía es pronto para fijar una cifra cerrada, pero calcula que la inversión total de la obra se situará entre los 5 y los 10 millones de euros, dependiendo de soluciones adicionales como la posible construcción de aparcamiento subterráneo. Antes de llegar a esa fase, el Ayuntamiento deberá financiar con recursos propios el proyecto técnico, cuyo coste aún se está estimando.
P. En cuanto a plazos, ¿cuándo podrían verse los primeros movimientos reales de obra?
R. No me puedo aventurar. Me gustaría que el proyecto se licite en el primer cuatrimestre de 2026, pero primero hay que ver cuánto cuesta el proyecto y luego sentarnos a hacer números. En mi cabeza hay una hoja de ruta, pero hay factores que no dependen solo de mí. Lo que sí sabemos es que, cuando terminemos de pagar la deuda municipal, esos casi dos millones anuales que hoy van a deuda podrán destinarse a inversiones, y ahí se podrá diseñar un plan de financiación a varios años.
El nombre del futuro teatro también queda abierto. Aunque hasta ahora se ha hablado del “Nuevo Teatro María Guerrero” por inercia histórica, el alcalde reconoce que, al conocer el origen del nombre –vinculado a la primera actriz que actuó en el antiguo Teatro Nuevo–, quizá sea momento de reflexionar y decidirlo entre la ciudadanía, incluso mediante un concurso de ideas.
Más allá de los detalles técnicos y simbólicos, Martínez insiste en el impacto que tendrá el teatro cuando se haga realidad, permitirá atraer espectáculos y artistas que hoy no vienen por falta de aforo, integrar a Novelda en circuitos culturales junto a otros municipios con teatro propio y ofrecer un espacio digno para las bandas de música, festivales y grandes actos locales.
Su objetivo, asegura, es que el proyecto deje de ser un compromiso recurrente en los programas electorales y se convierta en una obra en marcha: “Lo importante era empezar de verdad: firmar, iniciar el expediente y ponernos a trabajar. A partir de ahí, ir dando pasos, del papel a la obra, hasta que un día, casi sin darnos cuenta, el teatro sea ya una realidad”.
La entrevista, celebrada en el escenario del Centro Cívico, se cerró con un deseo compartido, que la próxima conversación sobre el proyecto pueda hacerse, esta vez sí, sobre las tablas del nuevo teatro de Novelda.
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