Hace unos días nos concedía una entrevista y mostraba sus ganas de que llegara este día, quería vivir el sabor de la victoria con un estadio coreando su nombre, y hoy lo ha conseguido, ganándose el nombre de «kratín lek», que significa «el toro de hierro».
Hoy disputaba su pelea número once, primera en el Rajdamnern Stadium de Tailandia, «para mí el estadio más importante del mundo», afirma Salar, donde pelean los grandes del Muay Thai. Además, destacamos que en este combate ha peleado sin protecciones.
Salar se ha saltado la categoría «no profesional» para pasar directamente a la «profesional». El combate ha sido de «cinco por tres», (cinco asaltos de tres minutos). Su primera lucha en Tailandia ha sido contra un iraní, del que le habían avisado que no perdiera de vista, pues es un luchador que busca noquear a su contrincante.
Luismi tenía por delante 15 minutos de batalla, «he cumplido mi sueño y he salido sin dejar de avanzar ni un solo instante», el espectáculo estaba asegurado.
«He cumplido mi sueño compitiendo en el estadio más importante del mundo» El primer asalto tenía intención de tomárselo de estudio, ir aprobando sensaciones sobre el ring, ya que era su primera experiencia sin protecciones. Pero su rival salió a por todas, consiguiendo alcanzarle con una patada frontal al rostro y produciéndole un gran corte en la parte interna del labio inferior.
El noveldense tuvo que actuar con velocidad, ya que su rival tenía intención de terminar lo antes posible con él, por lo que se centró en un trabajo sencillo y seguro de demolición a fuego lento, conectado poco pero con golpes contundentes, mezclando puños rectos y patadas a la pierna adelantada de su rival.
El juego provoca la euforia en el público, que se levantaba de sus asientos por el espectáculo que se estaba viviendoEn el segundo asalto, después del castigo de piernas que había sufrido, su rival decide cambiar de estrategia de avanzar, al ver que Luismi iba a destrozar su pierna cada vez que diera un paso hacia él, empieza lanzando golpes de puños y codos, con la misma intención que el asalto anterior, pero tratando la distancia con más respeto. Intercambian muchos golpes con los puños, provocando la euforia en el público, que se levantaba de sus asientos por el espectáculo que se estaba viviendo, ya que en cualquier momento parecía que uno de los dos podía caer. Hasta que en los últimos segundos de este asalto el noveldense consigue hacer daño a su rival con un gancho de izquierda, y acto seguido aprovecha para conectar su codo derecho en la cabeza, haciéndole caer mareado, pero antes de que tocara el suelo sonó la campana evitando así la cuenta de protección, pero aun cuando su rival se incorporó se pudo ver que tenía un corte en su cabeza. En esta situación en España normalmente termina el combate con la parada médica pero en Tailandia se soluciona con un «pegote de vaselina para evitar el sangrado», como dice el deportista.
En los dos siguientes asaltos Luismi se crece moralmente y decide tomar la iniciativa, caminando hacia su rival. Con mucha cantidad de golpes de todo tipo, puños, patadas y codos, Luismi sigue buscando la pierna adelantada de su rival bajo el consejo de su compañero y amigo Kevin Martínez.
Salar no se rinde, y en el quinto asalto ha sido cuando ha ganado por K.O. su primer combate en Thailandia. En el descanso previo al último asalto, Kevin Martínez le deja claro a Salar que su rival iba a ir a por todas, ya que había ganado 3 de 4 asaltos, por lo que tenía que tener cuidado de las acciones del iraní, y no se equivocaban, su rival buscaba el ko nuevamente con las manos, pero después de dos patadas fuertes lanzadas por el noveldense, retrocede y Luismi no le deja tiempo para recuperarse, machacándole con un duro trabajo de «low kick» esa misma pierna hasta hacerlo caer, consiguiendo así la victoria de su primer combate sobre el ring del estadio de Muay Thai más importante del mundo.
Con esta victoria se ha ganado el nombre de «el toro de hierro». Antes de bajar del ring, el ganador se acercó a comprobar el estado de su contrincante, pues no olvidemos, que no deja de ser un deporte.
Los espectadores acudieron a él para hacerse fotos con el reciente ganador. Ahora lo que quiere, como nos dice, es seguir sumando y creando historia.
Una victoria que se la ha dedicado a su abuelo Francisco Salar, que como ha dicho «hace dieciocho años que no está conmigo, pero allí donde estoy nunca ha dejado de protegerme y hoy lo he notado más que nunca a mi lado», terminaba con estas palabras tan emotivas el noveldense Luismi Salar, ahora «El Toro de Hierro».
Conocemos a Luis Miguel Salar Amorós
Luismi tiene 23 años, se encuentra en la categoría Amater con un peso de competición de 63,5kg, y empezó con 10 años haciendo Fulll Contac.
Cuenta que, al cumplir los 13 años, Kevin Martínez le llevó a su primera clase de Muay Thai, y que se introdujo en esta modalidad deportiva porque amaba el sabor de la victoria, quería escuchar a todo el estadio gritar su nombre y hoy lo ha conseguido, ganándose el nombre de «El toro de hierro».
Su primera competición fue en La Nucía, en el Campeonato de la Comunidad Valenciana, que logró ganar por K.O. Destaca que las competiciones más importantes en las que ha participado son la Liga MTR, en Madrid, los campeonatos autonómicos y un campeonato Nacional.
Ahora se encuentra en Bangkok, principalmente para aprender todo lo posible de los maestros y después poder ponerlo a prueba en la cuna de este deporte.
Sus objetivos son, allá donde vaya a competir, dejar siempre su huella.
Enhorabuena, campeón y tipo duro.