Kevin Martínez, Maite Botella y Luismi Salar han regresado a Novelda tras toda una aventura en Tailandia, donde competían y luchaban desde uno de los estadios más importantes de este deporte de contacto, como es el «Rajadamnern Stadium».
El Muay Thai tiene su foco y origen en Tailandia y normalmente, en categorías profesionales, se pelea con cinco asaltos de tres minutos donde los luchadores pueden golpear prácticamente en cualquier parte del cuerpo. Es conocido como el arte de las ocho extremidades, ya que se combinan técnicas de manos, pies, rodillas y codos.
Un deporte que requiere un alto nivel de concentración a la hora de combatir, en el que no hace falta ser una persona agresiva para poder estar dentro del cuadrilátero. En general, es un deporte muy respetuoso, incluso se realiza de forma tradicional y previamente a cada combate el «Wai Kru Ram Muay», un ritual realizado por los «nak muay», los practicantes de muay thai, antes de luchar, mostrando así respeto al maestro y a la escuela rival.
KEVIN MARTÍNEZ (27 años)
Su historia con el Muay Thai comienza con 14 años, en su búsqueda por encontrar algún deporte que realmente le motivara, su padre le animó a practicar este arte marcial donde conoció a Dani Botella, entrenador que le formó en esta disciplina.
Tras varios años entrenando y compitiendo, decidió trasladarse a Tailandia en el 2016, para conocer la cuna del Muay Thai porque, «todo aquel que quiera ser alguien en este mundo sabe que debe ir a conocerlo desde dentro». Los dos primeros meses los pasó en un campo de entrenamiento para extranjeros y posteriormente le permitieron entrenar junto al resto de luchadores del Muay Thai que competían en el «Rajadamnern». Ochos meses en los que Martínez admite que «no fue fácil, allí no había ningún extranjero y me tuve que habituar a sus costumbres y al alto ritmo de entrenamiento».
«En el Muay Thai no hay juego sucio porque además de un deporte, es un arte»
Pero logró ir al compás, entrenando todos los días como ellos y fue «una buena adaptación». Incluso se convirtió en una persona muy conocida allí, todos los días recorría las calles de Bangkok para trasladarse hasta el gimnasio y en el trayecto los comerciantes de los puestos y la gente le preguntaba por sus combates e incluso muchos de ellos le llamaban «Farang» de manera afectiva, que significa extranjero.
Actualmente, Kevin ha decidido aparcar por ahora la competición y centrarse en la enseñanza de este deporte. «Todo tiene un camino y un momento en la vida y yo he disfrutado mucho del Muay Thai, ahora ha llegado el momento en el que me inspiran otras cosas aparte de la competición. Me apetece lanzarme a enseñar todo lo que sé».
MAITE BOTELLA (27 años)
Maite comenzó hace 12 años practicando «kick boxing» y se trasladó a Tailandia en septiembre de 2017 gracias a Kevin y su afición por el Muay Thai. Recientemente ha conseguido clasificarse para el Campeonato Nacional de España que se celebrará en la primera semana de marzo y, además, la semana previa peleará en Francia en la categoría profesional.
Progresivamente vemos que cada vez hay más mujeres tanto en esta disciplina como en otros deportes. Botella destaca incluso que ahora se ha abierto un nuevo movimiento que es el «Nak Muay Ying», enfocado a las mujeres para promover la participación femenina en Muay Thai.
«En el ring manda la mente, una duda, te puede dejar KO»
En este deporte se debe cuidar más si cabe la alimentación, nos cuenta que en su estancia en Tailandia antes de entrenar se comían un huevo duro y luego se compraban algo de fruta cortada y pelada que venden en los puestos callejeros. El plato principal del mediodía era el arroz, pasta o tallarines con algún tipo de verduras y carne de cerdo, ternera o pollo. Eso sí, Botella admite que, si querían bajar de peso, la tarea se volvía algo difícil, ya que echan mucho azúcar a las comidas.
LUISMI SALAR (25 años)
Antes de conocer el Muay Thai, practicó karate y fútbol y fue con 13 años cuando conoció a Kevin, aunque Salar ya había escuchado hablar de él. Kevin lo invitó al gimnasio donde lo practicaba por aquel entonces y allí conoció a Prats y a Yacko, que le animó a dar el paso para pelear.
Salar admite que Maite y Kevin lo han motivado siempre con el Muay Thai y él tuvo el «gusanillo» de ir a Tailandia, pero le frenaba las horas de vuelo, aunque finalmente Kevin logró convencerle y confiesa que es «lo mejor que he podido hacer en la vida».
«Una preparación es dejarse la vida»
Y aunque es difícil meterse dentro de este deporte lo recomienda a todo el mundo. Actualmente se está preparando, como Maite Botella, para el Campeonato de España con Yacko y Kevin. Salar entrena duro e intenta no rendirse en ningún momento pensando que en otro lado del mundo habrá alguien haciendo el doble que él. Esto unido al apoyo de sus compañeros hace que pueda darlo todo en los entrenamientos, porque según Salar, «si no sufres no entrenas, tiene que haber un momento en que te den ganas de mandarlo todo a otro lugar, para saber que lo estás haciendo bien».
Su deseo es volver a Tailandia para meterse aún más de lleno en el deporte y para conocer su cultura, ya que confiesa que «me he enamorado de aquello».