Es economista y catedrático en la Uviersitat de València, pero este año se ha alzado con el premio Azorín de Novela gracias a «La silueta del olvido», un thriller policiaco con tintes de humor negro y personajes esperpénticos. Su pasión por la lectura lo ha convertido en un gran escritor que acumula ya miles de seguidores que esperan con ansias su próximo libro. Camps visitó Novelda de manos de Vectalia, que organizó una charla coloquio con él en la bodega Heretat de Cesilia, y pasó por nuestra redacción para compartir con nosotros más sobre este premio y su carrera literaria.
Pregunta.- ¿Qué hace un economista escribiendo novelas? R.- Uno de los escritores que más me ha emocionado es el también economista José Luis Sampedro. Ojalá algún día yo escriba como él. Yo creo en esa interdisciplinariedad. Me encanta mi profesión, pero la literatura me permite desintoxicarme del mismo modo que la literatura me encanta y la universidad me permite desintoxicarme de ella.
P.- ¿Qué tiene que tener una persona para escribir? R.- Tienes que sentir que tienes algo que contar, y después ya encontrarás el modo de hacerlo. En un momento de mi vida me di cuenta de que necesitaba contar algo. El mejor taller de escritura es leer, pero no solo de una forma hedónica, sino también analítica. Es la mejor manera para aprender a escribir.
P.- Llega a Novelda de manos de Vectalia para una charla coloquio, ¿son importantes este tipo de actos para la promoción de la lectura? R.- Sin duda. Pero el acto de Vectalia me parece especialmente interesante. Han creado un menú temático para la novela, y para hacerlo, han leído la novela renglón a renglón para sacar conexiones gastronómicas, algo que me parece fantástico.
P.- La protagonista del libro es una agente con discapacidad. ¿Es una forma de inclusión social? R.- La cojera física en realidad es una metáfora por su cojera emocional. Ha funcionado bastante bien esta metáfora. Ese no era mi objetivo principal, pero si de paso sirve para ello, bienvenido sea.
P.- Ha tratado de crear «una montaña rusa emocional» con la que mantener enganchado al lector. R.- La novela se enmarca dentro del género negro clásico. Si trama atrapa, pero me he preocupado por dar a los personajes una densidad psicológica que permita que el lector se plantee cosas. Mi objetivo es entretener y hacer pensar al lector. Hay personajes a los que odias, luego los odias menos porque lo entiendes mejor, y luego los vuelves a odiar. He intentado que el lector reflexione sobre sus prejuicios. La novela negra la concibo como un juego que se establece entre el escritor y el lector. Un juego que es aceptado por ambas partes y que lo convierte en algo muy interesante.
P.- Los personajes son importantes para usted a la hora de escribir. ¿Más incluso que la propia trama? R.- Siempre escribo novelas de personajes. La trama es fundamental, pero necesito que en las novelas que leo pasen cosas, y sobre todo que pasen personas. Lo pido en las que leo y lo doy en las que escribo.
P.- Ha ganado el premio Azorín en una edición de las más reñidas con más 200 relatos presentados. R.- Es una sensación doble. Sin duda, orgullo y satisfacción, pero también cierta responsabilidad. Antes escribía con más relajación, pero ahora los lectores esperan algo más de mis libros.
P.- ¿Es importante que las administraciones se involucren de esta forma en la cultura? R.- Me quedé muy sorprendido cuando me concedieron el premio, porque no sabía que estaba montado tan a lo grande. Me sentí abrumado y muy nervioso. Es un placer ver que hay organismos que se vuelcan de esa manera en la cultura.
P.- ¿Está la lectura en decadencia o queda esperanza todavía? R.- Hay una competencia feroz por el tiempo libre de las personas con miles de series, videojuegos, etc. Pero creo que no hay que verlo como una amenaza, sino como una oportunidad. La literatura tiene que evolucionar y abrirse paso en este nuevo entorno.
P.- Mucha gente huye de los «best Seller» porque creen que tienen menos calidad, ¿qué opina de eso? R.- Nos enfrentamos a otro de los prejuicios que comentábamos antes. Que un libro se venda mucho no tiene ninguna connotación sobre cómo está escrito. Esa crítica a los «best Seller» es injusta y un prejuicio más. Para mí una buena novela es la que me cuenta algo, pero que me lo cuenta bien. Si una de las dos patas falla, es una novela coja.
P.- El título del libro es, quizás, la parte más mínima del relato, pero ¿es importante para atraer al lector? R.- En mi caso, el título se puso al final. He aprendido mucho de marketing literario. El título es muy importante, y para intentar conjugar el aspecto de marketing y el literario, me esforcé en un título que estéticamente tiene belleza, pero además refleja muy bien el espíritu de la novela.
P.- ¿Le gustaría ver esta novela en el cine? R.- Me encantaría, e incluso si así fuera me gustaría hacer algún «cameo».
P.- ¿No tiene miedo de que puedan amputar alguna parte importante a la hora de convertirla en película? R.- Yo creo que cuando una novela pasa al cine o televisión hay que entender que es otro medio artístico. Hay que verlo con ojos de película. Hay series y películas mejores que la propia novela.
P.- Usted ha dicho que se siente cómodo en el género de las novelas policiacas, pero ¿se ve escribiendo de otros géneros como el amor o la historia? R.- No me quiero encasillar, y de hecho la novela en la que estoy trabajando ahora es muy diferente. Es una novela de relaciones personales.
P.- ¿Qué referentes tiene a la hora de escribir? R.- Yo leo mucho y de géneros muy variados. De hecho, la novela negra no es el género que más leo. Yo creo que esto es más fácil que lo haga un crítico externo que el propio autor. No sé hasta qué punto me han influido los libros que más me han gustado.