El parque del Oeste se convertirá en un lugar mágico el 16 de julio
Novelda, 1959. Jesús Navarro Alberola, es Director General de Carmencita. Fue Consejero de la Caja del Mediterráneo y Consejero de La Bolsa de Valencia. Asesor de la reforma del Estatuto Valenciano y autor del estudio «La reforma del Estatuto Valenciano bajo el punto de vista empresarial». Profesor en la Escuela de Negocios EDEM (Valencia) y ponente habitual en conferencias de estrategias empresariales; además de articulista de opinión en medios de comunicación. Ganador del Goya a la mejor película en el 2016, con el documental solidario «Sueños de Sal».
Pregunta.- ¿Quién es Jesús Navarro Alberola? ¿Cómo se define?
Respuesta.- Qué difícil es contestar a esta pregunta sobre quién es uno mismo, obliga a una introspección de urgencia y, la verdad, no sé qué decir.
Quizá si me pregunto a mí mismo qué es lo que mueve mi vida, es más fácil decir algo. En este sentido, tengo claro que mi motivación para levantarme cada día es la exploración de caminos que son nuevos para mí, tanto en el trabajo como en mi vida personal me mueve el inconformismo y la búsqueda continua, ya sean experiencias, productos, proyectos o vivencias personales.
Soy un hombre que cree ser feliz y, esto, cuesta decirlo, porque cuando se es feliz, normalmente no se dice a nadie. Ser infeliz es más comunicativo. Anunciar que se es feliz es menos dramático y entretenido que los gritos de un pesimista, a pesar de que la muerte me ha arrebatado a muchas personas que amaba y que muchos esfuerzos han sido finalmente un fracaso total.
Además de que hay mucha gente que me ha decepcionado, yo la he decepcionado, y me he decepcionado a mí mismo. A pesar de todo esto, soy feliz porque estoy en una etapa de balance de mi vida y algún éxito brotó entre mis muchos fracasos. También noto cada vez más la bendición de la salud, la bendición de la fe, que me permite alegrarme por el simple hecho de pasear bajo la luz del sol y llegar a mi amado Clot, rambla arriba.
El conflicto entre lo bueno y lo malo que te sucede en la vida, se funde en una espesa maraña. En esta confusión no es posible aislar la virtud y la belleza y el éxito y la risa, e impedirles todo contacto con la maldad y la fealdad y el fracaso y el llanto. Cuando renuncias a intentar la búsqueda continua de la felicidad es cuando la encuentras y ese pueblo donde habita la felicidad, se llama imperfección. En esa zona estoy y por eso digo que soy feliz, porque aprendí a aceptar mi imperfección.
P.- ¿Qué es para usted Novelda? ¿Qué rasgos definen a sus gentes?
R.- Novelda como todos los que nacimos o vivimos aquí, es ante todo el pueblo de nuestra infancia. Esta obviedad es, en cambio, trascendente, porque la infancia nos marca toda nuestra vida.
Uno es de mayor lo mismo que era de pequeño, pero enterrado por las experiencias y las vivencias de los años. La verdadera autenticidad de uno mismo está en su pueblo, en las calles que jugaba de niño; en los bancos donde surgió el primer amor, los mejores amigos son los del colegio y los palos más importantes de nuestra vida son las pedradas que nos daban y dábamos en aquellas guerras de calles de tierra. Los sueños de la infancia eran realidad y ahora la realidad parece un sueño.
Y muchas veces más bien una pesadilla. Como decíamos en nuestro documental «Sueños de Sal», Novelda es el pueblo que siempre se levanta, siempre hemos superado las peores pesadillas y muchas veces hemos alcanzado nuestros mejores sueños. La historia de nuestros abuelos y bisabuelos asustan, eran verdaderos héroes y guerreros en un mundo mucho más difícil y empobrecido que el nuestro. Ellos deben ser el ejemplo y nuestro camino hacia el futuro.
P.- ¿Qué vinculación tiene usted con las fiestas de Novelda, de sus barrios y de Moros y Cristianos?
R.- Mi vinculación con las fiestas es muy sencilla y poco literaria. Mis recuerdos son más bien de fiestas patronales, la bajada de la Santa era el día más importante y a mi memoria cada 20 de julio viene la alegría de mi madre por recibir en el Paseo de los Molinos a su querida Santa.
El olor a cera y pólvora de l’Albà y luego las verbenas del Casino cuando empezábamos a sentir el amor, y este acontecimiento superaba al balón de futbol y a las guerras de pedradas. Cuando se iniciaron las fiestas de Moros y Cristianos, empecé desde el primer año a participar en la comparsa Piratas y entonces conocí a «Paquito el chocolatero» y a la «paloma Tenis», y esos eran mis mejores compañeros en esos meses de julio calurosos.
P.- ¿Qué actos de las fiestas son los que más le gustan?
R.- Como he dicho antes, la bajada de la Santa era el eje de mi infancia, pero con los años la revista Betania era como la Biblia renovada cada año. Leía hasta los anuncios: «pinturas Famacolor», «Modas Juanito», «cocinas el Dogh», «perfumes Kuslida», «electrodomésticos Gran», y así todas las marcas comerciales de la época. La revista Betania pasaba de mano en mano en mi casa, después mi madre las encuadernaba de tres en tres y así siguen en la biblioteca.
Ser director en el 2006 es uno de mis mayores honores. Sentí una gran responsabilidad y creo que, gracias al equipo, pudimos estar a la altura de esta revista, que es mucho más que una publicación de fiestas. Después del éxtasis del Betania, venían en preferencia las tardes locas de los desfiles y la retreta. Sin olvidar la traca de los 1000 metros que en aquella época era como correr en San Fermín.
P.- Usted y su empresa son conocidos por su marcado activismo social y solidario en Novelda. Colaboran con cualquier colectivo que se lo pide. Pero háblenos usted de esta faceta y de su implicación en Alicante Gastronómica Solidaria y la ayuda a las personas vulnerables.
R.- Siempre hemos pensado en Carmencita que debíamos devolver a la sociedad lo que ella nos ha dado. Nosotros somos ante todo novelderos, por eso no nos cuesta volcarnos con todo lo que se hace en Novelda tanto a nivel deportivo como cultural. Sentir que podemos ayudar al progreso del pueblo es para nosotros una gran satisfacción.
Con la pandemia, además, hemos colaborado con Alicante Gastronómica Solidaria y esos 400.000 menús nos han llenado de amor a los demás, intentando al menos devolver la dignidad a las personas que no tienen nada de nada, ni siquiera un lugar donde vivir.
P.- ¿Es necesario ser y sentirse «noveldero» para hacer el pregón?
R.- Es necesario sobre todo sentirse noveldero. Novelda ha abierto siempre los brazos a las personas que han venido del resto de España y del mundo a vivir con nosotros. El hecho de nacer o no en Novelda no es importante.
P.- ¿Qué se siente al ser nombrado pregonero de las fiestas? ¿Cómo asume el reto?
R.- Pues es parecido a la sensación que tuve cuando me nombraron director del Betania, mucha responsabilidad y a la vez preocupación, porque en Novelda uno no puede engañar a nadie. Es tu pueblo y aquí todos sabemos quién es quién. Como decía mi madre: «tonteres poques y en el poble menos».
P.- ¿Ser pregonero se puede decir que es un premio y reconocimiento a la implicación personal de una persona con su pueblo?
R.- Pues sí que siento un reconocimiento y es un orgullo poder sentir esa sensación colectiva que te abraza el día que recibes la noticia. Recuerdo cuando presentamos la película «Sueños de Sal» en el Castillo y esa noche eclipsó incluso a la noche vivida meses después con la entrega del Goya en Madrid; lo que sentimos en el pueblo no lo sentimos en otras partes, por muchos premios que te den.
P.- El Ayuntamiento le nombró pregonero de las fiestas 2020 que se tuvieron que suspender por la pandemia hasta el presente año. ¿Qué le ha supuesto esta larga espera?
R.- En el 2020 no quedó oficialmente claro que yo iba a ser el pregonero, algo comentamos el alcalde, Fran Martínez, y yo, pero todo a nivel coloquial. La verdad es que en la pandemia olvidé absolutamente estos comentarios y para mí fue una sorpresa cuando me llamó el alcalde y me lo ofreció, mi respuesta no fueron palabras, sino lágrimas de emoción.
P.- ¿Cómo cree usted que ha afectado la pandemia a las personas, a nuestros paisanos de Novelda?
R.- Estamos viviendo unos años que casi nos devuelven a la Edad Media: la pandemia, la invasión de Ucrania, la crisis energética. Creo que tanto en Novelda como en el mundo nos adentramos a una nueva época y yo tengo la esperanza y la fe en que las personas vuelvan a ser solidarias y a tener como objetivo principal el ayudarnos unos a otros y, no al contrario.
P.- ¿Cómo cree usted que van a ser estas primeras fiestas post pandemia tan esperadas?
R.- Las fiestas van a ser impresionantes, la gente acumula unas ganas de salir y de divertirse que van a desembocar en una alegría colectiva y en un disfrute que todos merecemos.
P.- Usted ya ha vivido de cerca algunos pregones realizados por familiares suyos, ¿será su pregón diferente al de ellos?
R.- Recuerdo el pregón de mi padre en el año 2000, en el recinto de los Padres Reparadores, con emoción y después el de mi hermana María Jesús en el 2012; mi primo Jesús en el 2013; o el de Luis Boyer en el 2018, que no tuve la oportunidad de ver en directo. Son recuerdos que se acumulan en mi mente pero, sobre todo, que me estremecen el corazón y que harán más difícil para mí ese día expresar mis sentimientos. Espero que esa noche las palabras ganen a la emoción de las lágrimas.
P.- ¿Qué recuerdos no faltarán en su pregón?
R.- Sinceramente no sé lo que voy a decir ni cómo lo voy a decir.
P.- ¿Qué quiere usted transmitir en su pregón?
R.- En todos los proyectos que me embarco, el equipo sabe que nuestro lema es: «sin emoción no hay proyecto»; por lo tanto, la emoción será la prioridad.
P.- ¿Cómo le gustaría que la gente recordara su pregón?
R.- Quiero diluirme en las emociones que van a ocurrir esa noche, por tanto, posiblemente la gente recordará muy poco del pregón y mucho de lo que va a vivir en esa noche mágica. Ya puedo asegurar, eso sí, que va a ser más emotivo y espectacular que la presentación de «Sueños de Sal» en el Castillo. Y no puedo decir más porque la sorpresa es uno de los ingredientes de la emoción más importantes.
P.- ¿Le está costando mucho esfuerzo escribir el pregón?
R.- Como decía antes, ni siquiera he empezado a pensar y mucho menos a escribir el contenido del pregón. Estamos con el equipo estudiando y trabajando, minuto a minuto, todo lo que ocurrirá esa noche fantástica del 16 de julio, a las diez de la noche, en el Auditorio del parque del Oeste.
P.- ¿Le va a dedicar el pregón a alguien?
R.- Siempre que me ocurre algo relacionado con Novelda, lo dedico al pueblo de Novelda. Así lo hice cuando recibí el Goya y así será ahora. Además del pueblo, en esta ocasión, sí que tengo tres personas especiales: dos ya no están con nosotros, mi padre y mi madre; y la otra todavía está en camino, nuestra primera nieta. En ellos pensaré.
P.- ¿Si pudiera pedir un deseo?
R.- Mi deseo es que la luz de la fe, llene de paz y alegría a nuestro pueblo e ilumine también a todo el mundo.