Los colores de la coalición Compromís se mezclaron en la sesión de pleno del mes de octubre y, por un instante, pareció que por encima de la bandera española y de la autonómica valenciana ondearan en el Ayuntamiento signos republicanos, senyeras y otras identidades vinculadas al verde de la naturaleza. Todo ocurrió cuando el PP, mediante una moción, solicitó la condena unánime de toda la representación municipal a la quema de imágenes del monarca y Jefe del Estado español que se está llevando a cabo en distintos puntos del país. De este modo, cuando el Alcalde, Mariano Beltrá, se dispone a repasar con su mirada las votaciones, surge la incógnita: Salvador Martínez, edil de Medio Ambiente y líder de Esquerra Unida, se queda pensativo. Finalmente, tras una laguna de silencio que se prolonga unos segundos, Martínez respalda la argumentación y defensa del monarca español esbozando una sonrisa cómplice e irónica a sus compañeros. “Vamos a aprobar la moción, aunque hay que respetar todas las posiciones políticas como la de una República parlamentaria aunque ahora haya una monarquía parlamentaria”, añadió Víctor Cremades, portavoz de Compromís
Las palabras de Víctor Cremades aludiendo a la República suscitan distintos interrogantes así como resulta ser, como mínimo, un capítulo inquietante en el universo de las ideologías. Especialmente, porque observar la defensa del líder del Bloc sobre la República, cuando su bandera es la senyera de tintes nacionalistas, resulta paradójico. Y, en segundo lugar, sorprende las posiciones dubitativas de Compromís entre una y otra intervención, cuando el respaldo, unión y lealtad al Jefe del Estado español y a nuestra monarquía parlamentaria es un debate que finalizó en la Transición Democrática, muchos años atrás, cuando la figura del Rey supuso la reconciliación y el perdón de todos los españoles tras la Guerra Civil y la dictadura militar. PP y PSOE, por su parte, se sumaron y apoyaron la moción, reconociendo el papel clave desempeñado por Juan Carlos I en aquella época.
Por otro lado, la reivindicación del trasvase del Ebro y la modificación del Júcar-Vinalopó precipitó el debate a una batalla perdida para el equipo de Gobierno. Especialmente al tratarse éste de un tema de enorme sensibilidad ante la ciudadanía del que, por cierto, desembocó (entre otros asuntos) la derrota del PSOE y Compromís en la debacle electoral del 27-M en la Comunidad Valenciana. Un proyecto (el travase Júcar-Vinalopó) que se paralizó por el Ministerio de Medio Ambiente de Cristina Narbona (con más del 50% de las obras en marcha) y que se realizó para responder a las exigencias políticas de los republicanos e independistas catalanes en el Gobierno Central.
Sin embargo, pese a lo anotado, Víctor Cremades se dedicó a culpar a los populares “de la demagogia” mientras se dedicaba a dar lecciones de dudosa credibilidad y sin mención a ningún estudio científico en este campo aprovechando sus dotes de maestro. Por el contrario, ni PP-PSOE-Compromís, se dignaron a mencionar al catedrático de la Universidad de Alicante y noveldense, Antonio Rico, doctor en este tema que, por ejemplo, ha detallado que el agua que llegará a Novelda no es potable y no sirve para riegos. Un agua que contiene restos de pesticidas, bacterias y coliformes. Un proyecto valorado en más de 300 millones de euros que sólo servirá para baldear calles y jardines. Una opinión que, contra todas las vertidas por los dirigentes políticos de Novelda, es imparcial, probada y argumentada sobre una base científica que publicó en el libro “El problema del agua en la Comunidad Valenciana”. Pero, como siempre, ya saben, nunca uno es “profeta en su tierra”. Y, entre idas y venidas, la culpa es tuya o mía, nadie se dignará a reunirse con Antonio Rico para escuchar y atender lo que realmente es una voz y fuente experta en la materia.
El alcalde de Novelda, Mariano Beltrá, se mostró contundente, sin que las decisiones y las palabras le temblaran. Por ello, no dudó en recalcar su más firme compromiso para la cesión del antiguo Centro de Salud a CAPAZ o al referirse al polígono industrial de El Pla. “Habrá una decisión, de eso puede estar usted seguro, pero para ello queremos dejarle claro que hasta llegar allí éste será un proceso impecable y de diálogo para todas las partes”, aludió el Alcalde sin desviar la mirada del portavoz municipal, Rafa Sáez.
El polémico carril-bici levantó también gran expectación. Y es que, por primera vez desde su puesta en marcha, el edil de Medio Ambiente, Salvador Martínez, se dignó a informar de la cantidad de dinero que se ha gastado la ciudadanía de Novelda, procedente de sus bolsillos, para la construcción de una ruta repleta de obstáculos que, por el momento, no es más que un “proyecto piloto”. Y todo esto, a un lado, las 384 horas empleadas por el personal del Ayuntamiento en una actuación que el PP etiquetó de “atrevida” y “sinsentido”. Por el momento, la oposición arrancó del edil un hecho muy importante, ya que Salvador Martínez reconoció que en el carril-bici “se han producido algunas incidencias”. Situaciones a las que restó importancia el concejal de Medio Ambiente en un proyecto que, tal y como volvió a repetir, no cuenta con ningún informe favorable y sólo con un “estudio de movilidad”. En este sentido, Salvador Martínez defendió lo indefendible, estampándose contra una justificación pobre y vacía, para hablar de la idoneidad del carril-bici en la Avenida de la Constitución y descartar otras zonas del municipio. Pese a todo, como colofón, Salvador Martínez concedió un último regalo para los periodistas allí presentes: “El carril-bici es bastante seguro”, dijo, totalmente convencido de sus palabras.
