El consejo de los profesionales: Rosa Mary Rizo Martínez. Psicóloga

“¿Ha sido niña?”
Crecimiento psicológico del recién nacido.

El desarrollo mental de un bebé es una evolución continua. Al principio, el mundo del bebé es una confusa impresión borrosa de imágenes y sonidos y durante las primeras semanas de vida está totalmente ocupado en clasificar las cosas que tienen significado; el rostro y la voz de su madre estarán entre las primeras cosas que reconoce.

Para estimular adecuadamente a su bebé desde los primeros días debe hablarle y cantarle. Sus movimientos y sonidos son los primeros intentos que hace por hablar, así que contéstelos para animarlo; asegúrese de que puede ver su rostro con claridad y establezca contacto visual con él en todo momento, sonríale mucho y exagere los movimientos de la boca.

Alimente su curiosidad. Todo es nuevo e interesante para su bebé, así que déle objetos y ofrézcale una oportunidad para sostenerlos. Cuando tenga dos meses de edad, le gustará sentarse, incorporado, para poder mirar a su alrededor; coloque muchos juguetes pequeños y blancos a su alcance, donde pueda verlos y tocarlos. Háblele constantemente.

Estimule la conciencia de sí mismo. El descubrimiento de su propio cuerpo es un proceso gradual para el bebé. Cuando tienen unas ocho semanas de edad puede empezar a mostrarle sus manos y a jugar sencillos juegos físicos. A los seis meses sonreirá al verse en el espejo.

El bebé experimenta cosas a través de sus sentidos, como los adultos, pero tienen que aprender a distinguir lo que es y no es importante. Ayúdelo a conectar la información que obtiene por sus diferentes sentidos: muéstrele un sonajero, deje que lo toque y luego sacúdalo y atraiga su atención hacia el sonido. El tacto es una de las formas principales de que dispone el bebé para explorar su ambiente, así que preséntele muchas texturas diferentes.

Usando un espejo, señale el reflejo de su bebé y pronuncie su nombre; así empieza a adquirir un sentido de sí mismo. Utilice su nombre con frecuencia para fomentar su sentido de la identidad.

Las necesidades básicas de cualquier niño pequeño son el cuidado físico, el amor y la seguridad. Si un niño tiene la sensación de ser bien cuidado, se convertirá en una persona más extrovertida y relajada. Un niño al que se le ofrece suficiente amor y seguridad desde pequeño es más probable que sea menos exigente a medida que se hace mayor. Y a la inversa, un niño al que se descuida emocionalmente puede llegar a ser inseguro, pegajoso y temeroso.

Recuerde que el niño ve las cosas de un modo muy diferente a como las ve usted. Las demostraciones de afecto pequeñas y aparentemente triviales, como un abrazo, una caricia, un beso, harán mucho más por configurar su personalidad que cualquier otra cosa. No es bueno querer al niño y no demostrárselo, con la idea errónea de que eso lo convertirá en una persona más fuerte. De hecho, sucede lo contrario. Derroche cariño con su bebé y ambos se sentirán recompensados.

Consulta en C/ Maestro Segura, nº 1 Novelda. Tf. 965606044 / 607683714

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