Muchas de ellas se exponen a un alto riesgo de contagio realizando tareas de desinfección en los edificios municipales más concurridos
22 son las trabajadoras que están desarrollando su tarea actualmente en este servicio de limpieza de Novelda. Una actividad de desinfección que se lleva a cabo en dos tipos de edificios municipales; los que están abiertos y los que están cerrados.
En el caso de los últimos, como por ejemplo los colegios, centros deportivos y sociales de Novelda, donde realizan una tarea de desinfección profunda e íntegra limpiando paredes, muebles, libros, puertas, etc., para que cuando la actividad escolar vuelva a la normalidad, no haya ningún riesgo de contagio en las instalaciones.
Sobre los edificios que están abiertos, como es el retén, el Ayuntamiento o el Mercado de Abastos, lo que hacen es la limpieza normal de todos los días, haciendo hincapié en la desinfección de los objetos comunes que se encuentran allí como los teclados, puertas, etc. Una tarea que sin duda conlleva más riesgo y supone un nivel superior de esfuerzo por parte de las empleadas, tal y como explican Patricia Pernot, Conchi Verdú, Begoña García, María José Botella o Agueda Moreno, algunas de estas trabajadoras pertenecientes al servicio de limpieza municipal.
Estas 22 mujeres son conscientes del alto riesgo de infección, por ello, han solicitado EPI’s (Equipos de Protección Individual), sin embargo creen que la población no es consciente del riesgo que corren estas trabajadoras porque creen que son un sector algo “invisible”.
Las medidas de seguridad que siguen para evitar contagios tan solo se limitan al uso de sus uniformes reglamentarios y los guantes de usar y tirar, además de las pautas facilitadas por la empresa sobre cómo lavarse las manos, qué zonas lavar a diario y qué productos usar (entre los que destacan los geles clorados y las sustancias con lejías).
Pero aparte de todo esto, no han proporcionado ninguna medida más contra el coronavirus y estas trabajadoras consideran que son medidas insuficientes, ya que hay empleadas con más posibilidades de coger el virus al trabajar en zonas de alto riesgo de contagio, y sin embargo, tras haber solicitado varias veces el uso de mascarillas han tenido que elaborar ellas mismas estos productos para aumentar su protección en las tareas de desinfección.
Por suerte, hasta la fecha de hoy y sin haber realizado ninguna prueba del coronavirus, ninguna de ellas ha dado síntomas de COVID-19. Pero piden a la población que sean conscientes del alto riesgo que supone la tarea que llevan a cabo a diario y que colaboren con sencillos gestos como es hacer uso de las papeleras para desechar los guantes y pañuelos que usemos en lugar de tirarlos a la calle.