Opinión de Ricardo Moreno, UPyD Novelda.- Edición Impresa

CON EL DINERO DE LOS DEMÁS…

Me han llamado muchas cosas en esta vida, pero hasta ahora nunca me habían llamado tacaño. En el pasado Pleno de junio a algunos nos calificaron como «rácanos», «agarrados» o que «mirábamos mucho la pela». Y siendo eso un insulto, en este caso a mí me pareció todo lo contrario. Y es que cuando te llaman tacaño por ahorrar el dinero ajeno, que uno tiene la responsabilidad de administrar, pues qué quieren que les diga… qué me llamen lo que les dé la gana: rácano, agarrado y lo que haga falta. ¿Cómo voy a ser tacaño, si ese dinero no es mío, y yo no veré ni un céntimo nunca por mucho que escatime en gastos?

Si yo fuera un cantamañanas o un irresponsable, pues me la traería al pairo gastarlo en mil ocurrencias y chorradas. En cualquier caso, para los que se quejan de todo, les diré algunas cosas: El ayuntamiento empieza a hacer inversiones a un nivel que no se había visto aquí en años. Se asfaltan calles. Se arreglan algunos caminos. Se mete dinero en males endémicos de esta población. Se incautan avales por incumplimientos graves de empresas. Se mejora el servicio de basura y limpieza viaria. Se rescatan concesiones a los que nadie había dedicado ni un minuto durante años. Se aumentan partidas que hacía media década que eran, cuanto menos, ridículas. Se aumenta el gasto en servicios sociales, en educación, en juventud. Y sé muy bien que todo eso no da ni para empezar, con todo lo que hay aún por hacer, pero ya veremos por dónde empiezan algunos, si es que llegan a gobernar.

Y aunque es cierto que ahora económicamente vamos un poco mejor. La oposición dice que no gastamos lo suficiente, y que el pueblo necesita tal y cual cosa. Pero ¿de qué os quejáis?, me pregunto yo. Si nosotros os vamos a dejar un ayuntamiento saneado, pagando a todos los proveedores en dos o tres meses, con las cuentas bancarias llenas y con liquidez, con presupuestos ajustados año tras año, reduciendo el nivel de deuda con los bancos, afrontando y buscando salida a temas enquistados durante décadas. Y otros dejaron algo muy distinto. Pero muy, muy distinto: Dejaron un ayuntamiento y un pueblo con más de 20 millones de facturas sin pagar; con préstamos hasta las trancas; con deudas con empresas que se remontaban a cuatro años, algunas de ellas sin cobrar una factura desde 2012; sin liquidez en las cuentas ni siquiera para pagar nóminas; con casi ninguna empresa que quisiera trabajar para este ayuntamiento, ya que sabían que tardarían años en cobrar; y con media docena de temas «peliagudos» (llamémoslos así) escondidos bajo la alfombra.

Es fácil ser «generoso» con el dinero de los demás. Y alguno hasta pediría préstamos si hiciese falta, algo que aquí también se hizo. Eso es fácil hacerlo. Pero cuando te llaman tacaño, por no gastar, o gastar al céntimo, un dinero que no es tuyo, para mí no es otra cosa que ser responsable; que es lo que pasa aquí ahora.

Nosotros dejaremos un ayuntamiento y un pueblo muy distintos. Pero no se preocupen de nada. Ya vendrán otros a gastarlo. Unas cuantas ocurrencias, unas inauguraciones y unos años de subvenciones de barra libre, y asunto arreglado… Luego ya se subirá el IBI a todo el mundo, que es lo suyo para pagar eso y todo lo demás. 

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