114) JOSÉ ANTº MOYA MONTOYA (buceador y espeleólogo)
En esta época invernal, en la que nos rodea el frío, traigo hoy la biografía de un noveldense que emigró por motivos laborales a otras ciudades de nuestra provincia; aunque es un visitante asiduo de Novelda, donde tiene a su familia.
Sus deportes han sido la espeleología y el buceo, modalidades no competitivas de deportes extremos y altamente tecnificados, que se practican siempre en equipo. Moya es Instructor Internacional de Buceo y Técnico Deportivo por el Consejo Superior de Deportes, y su especialización en estas actividades fue determinante para participar en cuatro expediciones de buceo a la Antártida. Ahora que a nuestro alrededor es invierno, allí es el verano austral y las temperaturas son más moderadas. Es en esta época cuando se realizan las expediciones porque el hielo se reduce y el buque oceanográfico Hespérides puede acercarse más a la costa para hacer las inmersiones.
En el año 1993 realizó su primera expedición al sexto continente, sobre el que se asienta el Polo SurEn el año 1993 realizó su primera expedición al sexto continente, sobre el que se asienta el Polo Sur, con una superficie de 16,5 millones de kms. cuadrados, que equivale a 33 veces la de España. El viaje se realizó en avión hasta la ciudad más austral del mundo, Punta Arenas, en el sur de Chile. Desde allí, a bordo del Hespérides, doblan el temible Cabo de Hornos y emprenden un viaje de tres días, de tormentas y olas gigantescas, hasta alcanzar la Península Antártica y el mar de Wedell. En su tercera expedición, en el año 2003, descendieron hasta el mar de Bellinghausen, una zona que no se exploraba desde el año 1904 y donde los científicos de la expedición descubrieron una nueva especie de un pez, hasta entonces desconocido, parecido a una anguila, al que bautizaron como Gosztonyia antárctica.
Estas expediciones tienen una duración de algo más de dos meses y realizaban inmersiones todos los días en un ambiente muy duro, con temperaturas de treinta y cuarenta grados bajo cero y con el agua a cero grados. Se bucea debajo del hielo y siempre rodeado de pingüinos, focas y ballenas. Según cuenta Moya, “la Antártida te marca mucho y en tu vida, existe un antes y un después de haber buceado allí”.
José Antonio Moya nació en Novelda en el año 1961 y fue el segundo de los cinco hijos que tuvieron sus padres, Pepe y Josefina. Vivió su infancia en la calle Menéndez Pelayo, a la que llamaban carrer de l´arbre, cerca de la Glorieta y del colegio Dehón, donde empezó sus estudios. De aquel colegio recuerda a don Alfredo, amigo de su padre y muy aficionado al senderismo. Y al padre Vicente, que le acompañó años más tarde a unas cuevas en La Romana, donde descubrieron cerámica prehistórica. La EGB la hizo en el desaparecido colegio Cervantes, de donde recuerda con cariño a sus profesores: don Joaquín Pellín, don Tomás Pujol, doña Carmen y doña Magdalena.
Desde el colegio ya acompañaba a su padre, un gran aficionado a la montaña, a subir a las cumbres de la provincia. Todos los domingos, a las siete de la mañana, invierno y verano, subían a algún pico, desde la Mola hasta el Puig Campana, pasando por el Cid o la Serreta. Según relata, la gran herencia que recibió de su padre fue el cariño por la naturaleza. Ese entrenamiento de juventud influyó mucho en sus futuras aficiones deportivas, que le llevaron a inscribirse, a los dieciocho años, en el Centro Excursionista de Alicante. Allí se formó en los cursos de espeleología y espeleobuceo. Paralelamente, para mantenerse en forma, practicó lo que ahora llamamos running, o carrera pedestre. Su entrenamiento habitual era la ida y vuelta al Santuario y recuerda los buenos consejos que le daba el inolvidable Toni Gran, quien le orientó y aconsejó desinteresadamente, cada vez que se cruzaban subiendo o bajando del Castillo. También practicó karate durante muchos años; empezó en el gimnasio de José Abad, “el Socata”, de Aspe, junto a Nicasio Izquierdo, recientemente biografiado y posteriormente, gestor del gimnasio Shotokan. En la biografía acerca de Nicasio (nº 110), aparece en la foto de portada un grupo de karatecas; de pie y a la izquierda está Moya con el pelo largo de su rebeldía adolescente. Cuando se fue a vivir a San Vicente del Raspeig continuó entrenando hasta los 45 años, en el gimnasio Daymio de Alicante, con el instructor Gabriel Barluenga. Actualmente, continúa con el running en el gimnasio Arena de Alicante, para mantenerse en forma, aunque añora el kimono.
Como espeleólogo del Centro Excursionista de Alicante bajó a las cuevas más importantes de España, como la sima GESM de Málaga, de -1.195 m. de vertical; o el Pozo Azul de Burgos, una cueva inundada a la que se accede buceando desde un lago. Participó en las exploraciones de la cueva de Los Chorros en Río Mundo (Albacete), explorando y topografiando las galerías de detrás del sifón terminal, que tenían que cruzar con técnicas de espeleobuceo. Un compañero y amigo inseparable en estas expediciones fue Mateo Martín, quien murió explorando la cueva de la Fuentona de Muriel (Soria), y a quien dedicó su documental titulado El Pozo Azul (2005), que fue emitido por Canal 9. Casualmente, tuve la ocasión de conocer a Mateo Martín a través de sus padres y estuvimos hablando de su pasión por el deporte y la espeleología. Otra de las exploraciones en las que participó Moya fue la cueva del Moraig, en Jávea, una cavidad inundada y muy peligrosa, que se ha cobrado la vida de varios buceadores, porque tiene múltiples ramificaciones y el agua se enturbia tanto que es imposible orientarse.
José Antonio hizo el Bachiller en el instituto de Novelda, junto al campo de fútbol y estudió Buceo Profesional en el Politécnico de Alicante. Es licenciado en Periodismo y máster en Producción Audiovisual por la Universidad de Alcalá de Henares y se especializó en Periodismo Científico con un postgrado en la UNED. Actualmente ejerce en la Universidad de Alicante como Técnico de Comunicación en el taller de Imagen y es profesor de Comunicación Audiovisual en el grado de Publicidad, donde imparte las asignaturas de Teoría de la Imagen, Imagen Científica y Documental y Técnicas de Comunicación Audiovisual. En 1988 se fue a vivir a San Vicente del Raspeig y actualmente reside en Muchamiel. Está casado con una toledana, María Jesús, profesora de universidad, con la que tiene un hijo de once años, Iván, que practica el triatlón y el judo y ya ha aportado las primeras medallas a su vitrina particular.
Nuestro personaje de hoy sigue buceando en toda España; pero especialmente en Villajoyosa, al ser miembro del equipo que investiga el naufragio romano llamado Bou-Ferrer, en honor a los buceadores Pepe Bou y Antoine Ferrer, quienes localizaron los restos hundidos a -25 m. de profundidad y a unos 1.000 m. de distancia de la playa de Villajoyosa. El navío está protegido con un enrejado galvanizado para evitar el expolio y se abre en verano para la campaña de visitas y de excavación. También está vigilado por los GEAS (Grupo Especial de Actividades Subacuáticas) de la Guardia Civil y su sistema de cámaras y radares costeros.
Para realizar esta entrevista, visité a Moya en su lugar de trabajo, la Universidad de Alicante y allí pude ver todos los equipos que se requieren para hacer su actividad: equipos de buceo, cámaras submarinas de video y fotografía, robots para filmar a gran profundidad, teléfonos submarinos y un sinfín de botellas de gases para respirar bajo el agua: aire, oxígeno, helio, etc. Y todo decorado con sus fotos submarinas, de barcos hundidos, de la Antártida… Aquello parecía la bodega del buque oceanográfico Calypso, el del comandante Cousteau y me encantó.
Por último, resaltar que esta entrevista se ha llevado a cabo gracias a la sugerencia de Vicent Pina “el Capi” (biografía nº 17), quien conoce desde hace muchos años a nuestro personaje de hoy, así como a Antonio Pastor Navarro (biografía nº 59) y Antº José Vico Beltrá (biografía nº 86), todos ellos practicantes del buceo, fundadores del Club de Buceo Explorasub de Novelda y traídos a estas páginas, que nos muestran el abanico de especialidades deportivas que existen, menos conocidas pero igualmente, interesantes e instructivas. Preciosas fotografías por lo novedoso de su contenido.
P.D.- La próxima biografía será la de Daniel Deltell Nieto, “Dani” (multideportista). Si sabes la historia de algún/a deportista local en activo o retirado; incluso de persona fallecida, o tienes datos de algún club noveldense, actual o desaparecido, telefonéame al 633 252 500 (Vicente). Gracias.
Me entra frío de imaginar lo de estar en el Polo Sur. Debe ser emocionante sumergirse en aquellas aguas, aunque seguramente estarán más claras que las de mares más habitados y degradados. Bonito artículo este.
Impresionante este escrito por el texto y las fotografías. ¿Aún quedan más personas en Novelda tan interesantes? A ver si las emiten.
Este artículo sobresale por lo espectacular de sus fotografías. Y también me ha gustado saber de un deportista de Novelda, que no conocía.
Felicitaciones a ND por publicar estos datos.
Esto ya no se trata de nadar, sino de conocer los fondos marinos, que son preciosos. Moya, debes estar satisfecho de tu labor divulgativa. Me ha gustado.
Creía que algo así no lo vería más que en la tele. Me encanta esta biografía. Aunque yo fui a la Uni, no conocí a este profesor porque hice Derecho, pero me descubro por ver la Naturaleza salvaje.
¡¡ EXCELENTE BIOGRAFIA!!
Otra semana más el Sr.Vicente nos muestra la vida y aventuras de los deportistas,en esta ocasión de un deportista con unas actividades APASIONANTES y un nivel cultural muy alto.
Comforme van pasando las semanas, pienso mas en el GRAN VALOR que tiene y puede tener el archivo y recopilación de todas estas HISTORIAS. Felicitaciones para el Sr. MOYA, para el Sr Vicente y para NOVELDA DIGITAL por su trabajo.
Conozco a tus hermanas, maestras. Y había oído hablar de su hermano, buzo. Me ha gustado ver el reportaje fotográfico y el texto también es interesante. Que sigan publicando biografías como esta, alegra las mañanas en los fines de semana.
Y pensar que hay carreras de atletismo por tierras heladas, como Alaska, con patines, trineos de perros y así. A la Antártida no he ido, pero me gustaría. Por lo que felicito a Moya por haberla visto en persona.
Parece ser que esta semana ha gustado en especial, lo cual me satisface enormemente. Como siempre, mis más efusivas gracias a todos los comentaristas y asimismo, a los lectores.
La próxima será la biografía de un escalador de montañas, por lo que veremos varias paredes heladas. Confío en poder localizar después a alguien que sea novedoso.
A la Antártida no iríamos a caminar los que pisamos sobre tierra firme en la montaña. Pero es también espectacular ver las imágenes de los témpanos y de sus habitantes, pingüinos, focas y otros. Un artículo impresionante, tanto la vida de Moya como el contenido.
Las leo casi todas las semanas y esta es de las que mejor me ha parecido, por el texto y las vistas. Será interesante conocer más a fondo a Moya, para que relatase otras aventuras del buceo antártico y también de la espeleología.
Felicitaciones también para Vicente y para el periódico Novelda Digital