Carta de la presidenta de la Asociación de Parkinson Novelda donde aclara alguna de las palabras publicadas en un artículo anterior.
La semana pasada, cuando se repartieron los presupuestos y nos dimos cuenta de que un año más nos quedábamos fuera, fue como ver el mundo un poco hundirse a nuestros pies, eso significaba un año más de incertidumbre para nuestros enfermos, un año más intentando permanecer en la cuerda floja…
Pero también tengo mucho que agradecer a este equipo de Gobierno con Alonso al frente y no sería justo que no lo hiciese, porque que gracias a ellos, la Asociación de Párkinson de Novelda dispone de un Centro digno para poder trabajar. A pesar de que hemos tenido que correr con todos los gastos exceptuando la mano de obra, fuimos nosotros los que accedimos a ello con esas condiciones y estuvimos de acuerdo, y esa no es nuestra queja.
He dado las gracias públicamente en más de una ocasión, porque mis padres me enseñaron a ser agradecida, pero por desgracia, las cosas buenas no repercuten tanto en la sociedad, y yo reconozco perfectamente que no todo ha sido indiferencia en este equipo, pero aún así, seguimos necesitando que nos tengan en cuenta como colectivo.
Soy consciente de que tampoco se han seguido los pasos correctos para que toda esa ayuda pudiese llegar hasta nosotros, por mi parte, ha habido mucha falta de comunicación, muchas reuniones que hubiésemos debido celebrar, y muchas conversaciones que han quedado en el tintero.
Acepto mi parte de responsabilidad, porque si represento a una asociación, no debería incurrir en ese tipo de errores…
Aún y así, mi reivindicación sigue en pie, pero dejando muy claro lo que tenemos y gracias a quién lo hemos conseguido. Lo último que persigo es perjudicar a nadie, ni parecer desagradecida. Siempre intento manifestarme con respeto, y jamás lo hago hasta que el vaso suele rebosar, otro defecto mio. Yo sé que todo esto debía haberlo hablado primero con Rafa, y después actuar, tal y como me aconsejó mi concejal, pero son muchos años sin ninguna ayuda económica, y créanme que desespero en muchas ocasiones.
Quizá va llegando mi tiempo de marcharme, y dejar paso a otras personas con energías renovadas y mucho más tiempo que yo para dedicarle a esta asociación que tanto lo necesita, pero mientras tenga que seguir al frente, lo haré como mejor pueda o sepa, intentando aprender todos los días, pero sobre todo, dejando latente que el bienestar de mis enfermos estará siempre por encima de todo.
Tú trabajas para hacer el bien a los demás. Tienes que volver a recomenzar pensando que si tú das el paso adelante, otros/as te seguirán.