Deportistas veteranos noveldenses, por Vicente Díez: MAREN TECKLENBURG (amazona)

95) MAREN TECKLENBURG (amazona)

Como habrán deducido por el nombre, no se trata de una mujer noveldense; ni siquiera española. Nuestra deportista de hoy es alemana de nacimiento, pero desarrolla su actividad en el término municipal de Novelda y junto a su marido, Miguel Ruiz, gestionan una empresa denominada Los Establos, situada en la falda de la sierra de Betíes. Tras pasar el cementerio local, hacia La Romana, hay un cartel a la derecha de la carretera, a la que se accede tras 3 kms. de subida. Cuando llegué allí, me recibieron amistosamente dos perros de tamaño desarrollado. Dentro de la finca, tienen más perros, así como algunos gatos e incluso una cerda grande, de la especie vietnamita y Miguel me dijo que “es la mascota del lugar”, pues camina suelta por la finca.

Maren habla bastante bien nuestra lengua; no necesita intérprete ni diccionario; si bien, se le nota el acento extranjero, algo que se aprecia en ella desde el primer momento por su aspecto. Es una joven rubia y esbelta; de la edad de mi hija Alicia (ambas nacieron en el año 1979) y la pareja de jinete y amazona tienen un hijo, Noah, de año y medio que oye a su alrededor, lógicamente más el idioma de Cervantes que el de Goethe. No obstante, su madre le habla la lengua germana, para que se vaya acostumbrando; así como sus abuelos maternos, residentes en Aspe. En Septiembre, Noah comenzará con la escuela prematernal; es como todo niño, curioso e inquieto y mientras entrevisté a su madre, no paró de caminar y coger un tiesto, hasta que derramó la tierra en el suelo. Un encanto de criatura; rubio como la madre y futuro jinete, como sus progenitores. Maren alega que cuando Noah tenía tres meses, le subió al caballo, delante de ella y dieron un pequeño paseo.

Ella nació en la ciudad germana de Hilden, cercana a Dusseldorf y a los 11 años, sus padres se trasladaron a Oldenburg, al norte del país. Fue hija única. Ya desde muy niña le encantaban los animales y al respecto, me dice que quiso estudiar Veterinaria… pero no lo hizo y hoy lo añora, aunque no se hace el ánimo, debido a su trabajo y obligaciones laborales y maternas. En el colegio, a los 10 años, comenzó a estudiar y practicar el idioma inglés en su escuela y al respecto, aclara que se hacen muchos intercambios entre estudiantes de ambos países, así como con Francia y con España. Quiso aprender nuestra lengua y a los 22 años se vino al país del sol y la playa.

Se bajó del autobús en Santapola y de inmediato, contactó con el mundillo de la equitación. Había estudiado Logística y la desarrollaba en el sector del transporte. Se bajó del autobús en Santapola y de inmediato, contactó con el mundillo de la equitación. Allí conoció al que era su vecino y posterior marido, Miguel. Ella tenía entonces dos caballos en pupilaje, en el Club de los Árabes y él era también, jinete “de siempre” por lo que pronto congeniaron; si bien, él prefiere el paseo por el campo. Total… lo que suele pasar; ella planeaba quedarse un año y ha echado raíces entre nosotros, tras 12 años de estancia aquí.  Le encantó desde siempre cualquier clase de animales, pero muy especialmente el caballo. Ya desde los cinco añitos, pedía a sus padres que la llevasen a montar en una cuadra cercana a su domicilio y a los siete, lo consiguió, tras ser admitida en un club hípico alemán. Con tal de estar en las cuadras, admirando a aquellos hermosos y nobles cuadrúpedos, hacía de todo, casi a escondidas, pues les llevaba comida, les cepillaba y acariciaba, les llamaba por sus nombres; por lo que se convirtió en una más en aquel ambiente de jinetes y amazonas. Dos veces al año, por vacaciones, recibía un extra de equitación, ya que iba al Pony Club con 250 poneys, durante una semana a siete horas diarias. Ese fue su más intenso entrenamiento infantil. Me añade que su abuelo materno, de nombre Ulpt, poseía una granja en un pueblo al norte del país y en la que había algunos caballos de carga. De ahí le comenzó a gustar la visión y el contacto con los animales. Le visitaba muy a menudo y me cuenta que a veces, con ocho años, montaba a uno de aquellos caballos y su abuelo la seguía y observaba montado en una bicicleta.

A esa edad, se comienza aprendiendo equilibrio sobre el caballo y ella lo sigue aplicando con sus alumnos. Fue una niña muy valiente y recuerda alguna rotura y caídas, pero volvía siempre. Las clases para estos principiantes constan de diez sesiones en la cuerda y un monitor sujeta al caballo, que gira alrededor. Luego se practica suelta de manos y paulatinamente al paso, al trote y al galope. A ella la dejaron “libre” entre un grupo de ocho a diez niños y niñas, al ver su destreza.

Se llega al grupo con el caballo suelto en una pista; con ejercicios de figuras y trote o galope. Se ha de hacer todo con mucha pasión e ilusionada siempre hacia sus clases. También hizo algo de saltos y llegó a un buen nivel. En su cuadra actual, Los Establos, vinieron a dar clases de saltos dos profesoras, Janire y Elvira Cuadrado. Para sentirse uno con el caballo hacen falta años de práctica y se llega a tener un “contacto mental” con el animal, que llega a realizar lo que pensamos, con pocas ayudas y muy definidas. El asiento ha de hacerse profundo y se ha de ir al ritmo del caballo en la doma clásica. Otra cuestión es el salto.

Por lógica, para competir se ha de estar federado y me cuenta que tanto la persona como el animal disponen de su licencia federativa. Al equino lo revisan tanto los jueces como los veterinarios oficiales, para darle el visto bueno. Ya con la licencia, puede competir el joven jinete o amazona desde los once años. Y en cuanto al caballo, existen muy diversas razas o especies; su edad mínima para competir es de tres años y los jueces valoran al jinete y al poney.

En cuanto al valor de un caballo, relata que uno de deporte no es fácil calcularlo. Depende mucho de su edad; de su palmarés; de sus genes y del regateo que se plantee; pero se llegó a pagar diez millones de euros por “Tótilas”, un semental que había sido campeón olímpico, así como vencedor en múltiples Grandes Premios. Desde que comenzó a trotar, lo montó un jinete holandés, con el que parecía tener el “contacto mental” aludido antes. Tras la venta, su nuevo dueño era alemán, pero “Tótilas” notó el cambio de dueño; quizá la nostalgia del anterior y de sus triunfos… total, que siguió siendo un muy buen caballo, pero no como había sido. Y es que se llega a conectar con los caballos, sobre todo en la alta competición, cual si fuesen compañeros de trabajo.

No obstante, un caballo más normal, para “hobby” o entretenimiento de paseos o pista, podría costar en torno a 1.500 euros y es algo básico. Una amiga suya que compite a alto nivel ha pagado recientemente 18.000 euros por un caballo de tres y medio años.

Maren también hizo competiciones de saltos, que consiste en hacerlo en un plazo máximo de tiempo y con el menor número de puntos negativos, que adjudican al caballo que derribe; o rechace; o no siga el circuito establecido. Tras acabar la primera ronda de saltos, pasan a la siguiente fase los que tengan cero puntos de penalización; o sea, los que lo hicieron correcto. Y de nuevo, se lo juegan todo en una carrera contra reloj. Hay pruebas de saltos para menores y siendo niña, saltó hasta un metro, lo máximo permitido.

Pero lo suyo es la doma clásica, una de las modalidades o vertientes del deporte hípico y aquí compitió en numerosas ocasiones. En esta variante, se incluyen el salto y el completo: salto, doma y salto con cross country. Esto es para jinetes o amazonas ya curtidos. También está el raid, parecido al campo a través y hay distancias desde los 20 hasta los 160 kms, con toda clase de ríos y caminos arriba y abajo en el campo. Para estos “maratones” se utilizan más los caballos de raza árabe, por su mayor resistencia. En Alemania disputó varios Trofeos, con Poneys y en equipo, cuando contaba con doce o trece años.

Al caballo se le monta suavemente a los tres años, según la especie, opina Maren. No obstante, existen carreras con caballos de dos años y en general, estos caballos al llegar a los 8 ó 9 años, suelen estar “quemados” en sus articulaciones de rodilla. Un caballo olímpico aún es joven a los ocho años y espera hasta los diez, de promedio, para disputar la gloria de la Olimpiada. Al igual que la persona, han de combinar potencia y razonamiento. Maren me dice que  tuvo uno que era miedoso; se espantaba ante ruidos desconocidos y es difícil completar potencia y “coco”, o cabeza pensante.

En Alicante capital hay varias cuadras grandes, así como por toda la provincia, que hacen concursos de domas. A veces, ha logrado vencer y recuerda especialmente un torneo disputado en Muchamiel. Al caballo que contacta bien con su jinete o amazona y es dócil, y llega a su máximo nivel, le suelen llamar un “San Jorge”. Para deporte, compró en su día un caballo de raza española (CDE), de nombre “Chulapo”, pero ella le cambió el nombre por “Neo” y lo ha domado; era nervioso y muy potente hasta los diez años. Hoy, continúa  en muy buen estado y está “en su harén”, entre yeguas. También existe la doma vaquera, muy practicada en España y consiste en montar con una sola mano y se hacen más de veinte ejercicios distintos en la competición, para la que puntúan negativamente tanto la vestimenta incorrecta del jinete y los complementos (silla, brida, estribos…) que vista el caballo. Han de ir ambos en perfecto estado de revista.

En cuanto a datos históricos acerca de la Hípica, detallar que se ha practicado durante toda la historia, desde la noche de los tiempos, pasando por las carreras en honor al dios Odin y al gigante Hrungnir en la mitología nórdica. Caballos de pureza excepcional pueden valorarse en millones, pasando después a sementales muy buscados. Fueron el objeto principal de las fiestas de la Grecia clásica, cantados por sus poetas y pasó esta afición a los romanos. La Equitación es una especialidad dentro de la Hípica, que incluye estas modalidades: doma; campo a través; enduro ecuestre y saltos de obstáculos.

La doma clásica o adiestramiento es una disciplina olímpica y su objetivo es el desarrollo del caballo mediante un entrenamiento racional, metódico y equilibrado. Por lo que el jinete o amazona consigue que el cuadrúpedo realice todas sus órdenes con armonía, equilibrio y efectividad. El equino se vuelve tranquilo, elástico, ágil y flexible; a la vez que se hace más confiado y atento a las órdenes del jinete, llegando a formar una pareja perfecta cuando el caballo da la impresión de manejarse por sí mismo.

Los caballos de todas las razas pueden practicar y obtener los beneficios que la práctica de la doma supone. En la alta competición, los más usados son los de las razas llamadas de sangre caliente, con varias especies del norte europeo, de países como Holanda, Alemania o Dinamarca, así como otras del centro de Europa para realizar algunos ejercicios, llamados los aires extendidos. Los caballos de otras especies tienen mayor facilidad para otros ejercicios y son de origen latino; de España, Portugal, Francia e Italia. Son capaces de realizar los aires elevados y reunidos con una mayor facilidad que los de sangre caliente y se dice que aprenden más fácilmente. Se suele admitir que el Pura sangre inglés es el mejor para las carreras. El Percherón para el tiro. Y el Silla francés, para el salto. Otras razas destacadas son el Holandés de sangre caliente (KWPN); el Hannoveriano (Hann); el Oldenburgués (Oldbg); el Westfaliano (Westf); el Holsteiner (Holst), así como el Pura sangre lusitano (Lusit) y el Pura raza española (PRE).

Tras su actuación, el juez concede una puntuación de 0 a 10 en cada ejercicio, así como unas notas de conjunto en las que se valoran los aires, la impulsión, la sumisión y la posición y asiento del jinete o amazona; su corrección y el efecto de las ayudas en su caballo. Por último, se calcula el promedio de las notas adjudicadas. Y las pistas son de dos tamaños; la pequeña es de 40 x 20 m. y la estándar, de 60 x 20 m., con letras asignadas a las posiciones, alrededor de la arena para detallar dónde se realizará cada movimiento.

Existen Campeonatos Mundiales desde el año 1966, cada cuatro años, coincidiendo con el año en que hay Campeonatos Mundiales de Fútbol; la hípica se ha buscado un rival de mucho peso en la pequeña pantalla. El otro año par, acude a las Olimpiadas. Observo que hay varias campeonas germanas y entre ellas, destaca Isabell Werth, junto a su caballo “Gigolo”, con tres triunfos mundialistas en La Haya/1994; Roma/1998 y Aquisgrán/2006, así como dos Campeonatos por Equipos. También la amazona Werth consiguió la medalla de oro en la Olimpiada de Atlanta/1996, con su inseparable “Gigolo”.

La doma clásica debutó en la Olimpiada de Estocolmo/1912 y el país germano es el que posee el mayor número de campeones olímpicos. Por último decir, que el máximo organismo internacional es la FEI (Federación Ecuestre Internacional).                   

P.D.- La próxima será la historia de Club de Petanca Betania. Si conoces datos o la biografía de algún/a deportista local; incluso de persona fallecida. O de algún club de Novelda, actual o desaparecido, telefonéame al 633 25 25 00 (Vicente). Gracias.

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