A TERESA DE JESUS
A TERESA DE JESUS
Teresa de Jesús,
bello nombre
que marcó tu camino,
él fue tu ángel amoroso
que llevó tu alma
a ese hermoso destino,
al cielo, junto a él,
y sosegada quedaste
porque tu alma amorosa
sintió su luz, junto a él.
Te recuerdo siempre,
tus versos me guían,
tu amor por Jesús
ilumina mi alma,
le da sentido a mi vida
ellos dulcifican el dolor
y marcan el camino,
con esa grandiosa luz
que tú llevas prendida.
Con Juan de La Cruz estás,
gozando del Amado,
aquel por el que sufristeis,
aquel por el que amasteis,
sentir pues ahora el gozo,
de aquellos hermosos versos:
Ay, qué larga es esta vida!
¡Qué duros estos destierros,
esta cárcel, estos hierros
en que el alma está metida!
Sólo esperar la salida
me causa dolor tan fiero,
que muero porque no muero.
Y después de este recuerdo hago una reflexión sobre por donde creo debemos caminar todos, creyentes y no creyentes:
POR EL CAMINO ILUMINADO
Caminemos todos juntos
por el camino iluminado,
y a lo largo de nuestra existencia
veremos apartarse algunos pesos
que nuestro espíritu lleva
como cargos controlados.
Es un quehacer comedido
que limpiemos nuestro acendrado,
porque las contradicciones del ser
son nubes que se levantan alrededor
y que como terremotos son,
y derrumban todo lo asimilado.
Por eso propongo que caminemos
por este camino hermoso,
que si espinas suelen encontrarse
también hay concordia
para darnos a entender
cual es la verdad sincera,
para que nuestro ser entienda
y se pueda regenerar
con sencillez y nobleza.
Cuando recordemos a Jesús
y la amargura de su cuerpo,
recordémosle, sí, pero con amor,
y con espíritu fraterno,
que por eso dio su vida
y la dio con dignidad y respeto,
y no para engrandecerse
sino para ejemplo fraterno.
Desechemos de nuestras mentes
las pobres enseñanzas,
que para nada ellas sirven
porque progreso no alcanzan,
y además, propagando inquietudes
no se puede dar claridad,
sino sombras que aturden al alma.
Tengamos caridad marcada
para ver las injusticias
que muchos hombres provocan,
no como clavos que dañan
sino como espinas que sangran,
y que por ser de injusticias
se lleva una carga pesada,
que para el espíritu es
como una tormenta
y ésta ensombrece al alma,
que se llena de inquietudes
y de remordimientos,
al darse cuenta de las injusticias
que el mal provoca en el alma.
Por eso ¡ Ilumínanos Jesús !
para que caminemos con tu luz clara,
y te miremos con dulzura
y te amemos con bondad cristiana,
lo mismo que tú nos amas
aunque a veces te demos la espalda,
pues comprendes nuestros errores
y nuestras torpes enseñanzas,
pero a pesar de ello
queremos caminar con tu luz,
pues esa fue tu enseñanza.
La gran Teresa de Cepeda y Aumada111. Lo has hecho muy bonito, siempre te sale del corazón lo que escribes. Me gusta. A santa Teresa´la admiro más como ser humano que como santa, que ya es decir… Una mujer insignificante, enferma, acosada por la Santa? Inquisición durante toda su vida, viajando constantemente, que dejó un legado literario
magistral. Esta mujer fué algo más que santa.