Art. de opinión de Francisco Sánchez (Director de la Universidad CEU de Elche)

La fiesta de los Gin-Tonics

El problema no son los políticos. El problema son los profesionales de la política, no los políticos profesionales. El verdadero cáncer de esta democracia maltrecha reside en esa casta parasitaria que auto justifica sus medidas como necesarias, cuando son perfectamente prescindibles. Un batiburrillo de incompetentes que crean entes políticos para nada. Para gastar los recursos que debieran emplearse en cosas importantes como dependencia y menores en riesgo de exclusión. Ya estoy hasta los mismísimos de aguantar que no se puede recortar más. Claro que se puede recortar más, pero no donde lo están haciendo, que es a los más débiles, sino en la mayoría de chiringuitos perfectamente eliminables.

Veamos. Nuestro periódico titulaba el pasado miércoles «El Consell se gastó 1.885 millones del rescate para tapar parte del agujero de sus empresas». Nuestro compi, Pere Rostoll, enumeraba una lista de facturas que ponían los pelos de punta. Y empecemos a cerrar. Si hubiésemos cerrado la Agencia de Tecnología (362 mil euros), la Agencia de Evaluación (211 mil euros), la Agencia de la Energía (196 mil euros), el Aeropuerto de Castellón ( 32 millones de euros), la Ciutat de la Llum (7 millones de euros), el Circuito del Motor ( 9,5 millones de euros), los Proyectos Temáticos (28,9 millones de euros)É y puedo seguirÉ habríamos pagado a todos los centros de discapacitados y de atención a menores de la Comunidad.

Cuando las familias no pueden, no gastan. Pero estos políticos están pensando en «qué hay de lo mío». Por eso tienen la desfachatez de mantener los privilegios inaceptables. Aforamientos propios del Medievo. Jubilaciones con siete años cotizados a pleno rendimiento. Beneficios en la cafetería para unos gin-tonics, que ya los pillara yo con mis colegas. Porque el festival de gin-tonics es el presupuesto alocado que hemos llevado. No sé si porque eran baratos, o porque les gustaba mucho, da la sensación de que hemos estado gobernados por una banda de festivaleros de rave. Que son unas fiestas improvisadas por invitación donde no se piden cuentas. Como a estos políticos incapaces.

Es necesaria la política, más que nunca, pero en mayúsculas. Esto no se arregla con escraches, ni caceroladas. Esto se arregla votando. Arrojando miles de votos en opciones que quieran cerrar el dispendio absurdo y gravoso de una Administración sobredimensionada. Las familias saben muy bien, y mira que están puteadas, administrar lo poco que les llega. Por eso cabrea más que una casta política insensible a la situación esté pendiente de los precios de su cafetería. ¡Como si la cierran y se van al bar de la esquina, como todo dios! Por eso cabrea que estén diciendo que a lo mejor nos tienen que subir el IVA. Y eso es ponernos mirando para Cuenca y sin vaselina. Pero si la gente no gasta porque no tiene. No se han enterado que es bajando impuestos y reduciendo el gasto . Pero el gasto superfluo primero. No recortando servicios vitales. El día que cierren todos los estamentos duplicados y triplicados por administraciones superpuestas, empezaremos a ver la luz. No hay derecho a que digan que no se puede hacer nada. Hay que coger el bisturí y quitar la grasa primero. Y las grasas son todas esas tonterías montadas al amparo de unas autonomías que no han sabido leer que son un servicio a la sociedad, no una carga.

Dicen, se lee por ahí, que algunos políticos necesitan un coaching para enfrentarse a las nuevas disyuntivas. Para mejorar el liderazgo. Parece, dicen por ahí, que no se pagará con fondos públicos. Menos mal. Pero lo grave no es que se pagase con dinero público, que es grave, sino que se plantee que se necesita. Es decir, a la política hay que llegar con las rodillas y los codos refregaos, que nos decían en el cole. Preparado para ejercer el liderazgo. Si un chavalete de treinta años tiene que formar al líder político de una Comunidad, la Comunidad está para sortearla al mejor postor.

Los profesionales de la política son aquellos que quieren un gin-tonic barato. Pero a la política convendría venir con los cubatas tomados y pagados de tu propio bolsillo. Esto tiene arreglo cambiando de líderes. Porque votando podremos elegir quién se toma los gin-tonics más baratos. Porque si dejamos a éstos, acabarán ofertando el 2 x 1 en copas, mientras dejan de pagar a los monitores de menores en desamparo. Usted elige.

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