Art. de opinión de José Penalva Navarro

LOS DOS MUNDOS (I)

Cada día que pasa es mucho más difícil que uno se pueda concentrar en hilvanar palabras salidas del corazón, hablando de amor de comprensión de solidaridad, de amor al prójimo, de justicia social, de reparto de la riqueza que entre todos hemos generado, o de justicia con palabras mayores.

Todo lo que uno oye o ve en estos últimos años, y sobre todo en estos últimos meses, va encaminado a percatarse de como aquellas clases sociales antagónicas que en un momento determinado, con la aparición de la clase media, iban acercando posturas entre ellas, ahora con la “crisis” la distancia empieza nuevamente a hacerse casi insalvable, y si los gobernantes no miran por encima de intereses ideológicos y de castas y se dan cuenta de que la población empieza a sufrir por culpa, no de la “crisis”, sino de los egoísmos que anidan en los corazones de los hombres, entraremos en un callejón sin salida, por que las crisis tienen solución si se afrontan con criterios de solidaridad y de reparto de las cargas, y no solo con criterios economicistas.

Uno de los dos mundos, es el del sufrimiento, el de aquellas personas que no tienen medios de supervivencia, que sobreviven gracias a la caridad de los demás, y que visto lo visto ya no tienen cabida en esta sociedad que algunos nos están construyendo. Hay otros que viven con los ingresos mínimos y están pendientes de que los políticos de turno prorroguen las ayudas, es decir sus vidas penden de un hilo, hilo el cual manejan sin ningún pudor los políticos que cobran verdaderas barbaridades y que tienen en sus manos estas decisiones de poder mantener unos meses más las ayudas de 400€ de miseria.

En este mundo pega de firme la susodicha “crisis” con los desahucios que dejan en la calle sin techo a miles de familias con hijos, abuelos, enfermos, disminuidos psíquicos, expulsados de sus casas por las fuerzas del “orden público” que apoyan estos desahucios de los bancos, absolutamente insensibles de los efectos que causan en este mundo de marginados del primer mundo, que en la mayoría de casos se podrían solucionar con un poco de humanidad, de sentido común y sin avaricias, ¡¡ pero no!! los sacan a empujones de sus casas y amenazan a los que defienden a los desahuciados, sin ninguna contemplación, como si fueran todos delincuentes, tachándolos de terroristas o directamente de nazis, y hay que tener en cuenta la desventaja del desahuciado con el dasahuciador, el primero solo tiene la palabra y la solidaridad de algunos mientras que los desahuciadores lo tienen todo, tienen la centenaria ley hipotecaria a su favor, injusta y condenada por Bruselas, tienen el poder mediático de aquellos medios que defienden a los poderosos, tienen en sus manos a los políticos corruptos o con posibilidad de ser corrompìdos o fáciles de presionar, tienen a una parte de la iglesia que cuanto menos aplica un silencio nada edificante para la misión que deberían tener en esta vida de apoyo a los que sufren, pues no me imagino a Jesús de Nazaret ante tanto desmán mantenerse insensible, más bien estaría de parte de los afligidos y necesitados pero sin medias tintas, y como último eslabón de los poderes que tienen a su alcance, están las “fuerzas de orden público” para imponer por la fuerza esas leyes injustas y arbitrarias que algunos, con determinados intereses se niegan a modificar.

Y ahora, en esta última semana, y a partir del último consejo de ministros, se toman decisiones que siguen afectando a los de este mundo aludido, más recortes en sanidad, muchísimos más recortes en la ley de dependencia acompañados estos recortes de copagos absolutamente inmorales y casi seguros recortes en pensiones, y todo para mejor gloria de los neoliberales que nos gobiernan en este país y en el 90% del continente europeo.

Y luego está el otro mundo, el de los que tiene las riendas del poder tanto político como económico, a los que no les afectan sus propias decisiones, con sueldos astronómicos, que son atendidos de sus dolencias sin listas de espera, porque ellos tienen acceso por las puertas traseras, y cuando tienen conflictos judiciales disponen de todo lo necesario para sortear las leyes y retrasar al máximo los conflictos, al contrario de los del otro mundo que por cualquier nimiedad son ingresados en prisión.

Los favorecidos por este mundo de privilegios, también tienen una cosa muy importante a su favor, y es la sumisión que causa en otras esferas el poder, del cual siempre se esperan compensaciones y canonjías, por tanto se están agrandando las diferencias sociales de tal modo, que los responsables políticos de todos los signos, más de los que gobiernan, deberían meditar serenamente la posibilidad de cambiar las estrategias mutuas para posibilitar un acercamiento entre todos que nos puedan encaminar hacia una sociedad más justa en la que primen en primer lugar, los intereses de las personas por encima de cualquier otro. (En la segunda parte analizaremos el papel de Europa en esta sociedad ¿del dinero o de los ciudadanos?)

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4 COMENTARIOS

  1. Bienvenidas una vez más reflexiones como ésta, me limito a desear que calen hasta cierto punto, y proporcionalmente, en las mentes y las fibras sensibles de quienes tengan a bien leerlas. Con ese poso como base, seguramente se tomarían mejores y más acertadas decisiones.

  2. No sé qué decir o añadir a estas verdades como puños; salvo que me gusta la claridad con la que se entiende al articulista. Enhorabuena, amigo Penalva; pero valdrá de poco, pues los banqueros sólo miran sus resultados y cuanto más positivos, mejor y en cuanto a los políticos, están en otra galaxia; a muchos de ellos, especialmente a losque dirigen cualquier país, se les podría acusar de que aplican la ley del embudo, pero para los demás.

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