CONCLUSIONES PARA RECIBIR 2013
Para este 2013
deberíamos poner remedio
a nuestras objeciones,
y marcarnos un mandamiento
que arraigue en nuestros corazones.
Siempre tuve la certeza
que caminar por los bosques
y estar en los montes
e inspirarte en sus alturas
y en las orillas del mar,
es estar más cerca de Dios
porque son su templo y su altar.
Cuanto más libres estemos
de ataduras mordaces,
más consecuentes seremos
para discernir con claridad
nuestros pensamientos,
y así encaminarnos sin matices
a encontrar la paz que necesitamos.
Todo el secreto de la violencia
está en las grandes ambiciones,
y en las grandes venganzas
que envilecen los corazones.
Por eso quisiera que tuviéramos
un mandamiento de amor
que ilumine nuestra razón
para que no fenezcamos
en arraigadas perturbaciones.
El ocaso de las almas humanas
está muy latente entre nosotros,
porque al derramarse la sangre
con tanta agresividad,
el paroxismo se intuye
y se colapsa la sinceridad.
Tengamos pues ese mandamiento
con mucha benignidad,
para que veamos con amor
que con él, promulguemos la paz.
Quisiera que tuviéramos harmonía,
y también caridad humana,
y levantar la mirada al Cielo
y veremos a nuestro Padre
contemplativo y glorioso
iluminando la vida, desde ese Cielo.
Por eso debemos de ser cautos
y ser consecuentes trabajadores,
para construir y no derruir
la humana convivencia
que debemos glorificar,
porque fuimos creados
para el bien hacer,
y no para promulgar el mal.
Ahí tenemos el mandamiento,
si lo entendemos y razonamos
veremos como la eterna luz
disipa del pensamiento
esa agresividad que tenemos.
Mis mejores deseos de Amor y Paz para este 2013.
Sr. Penalva, podría expiclarme lo de «ataduras mordaces»; ¿es el infierno de los condenados?
Javier, las ataduras mordaces son aquellas que impiden, por la ambición de todo tipo, que seamos sencillos, benévolos y bondadosos, con lo cual la paz no será posible, ni la solución a nuestros problemas terrenales y también espirituales, si no cumplimos la máxima de amar al prójimo.
Un saludo.