39) Juan Carlos Escámez Peiró (2ª parte; Quiromasajista de ciclismo profesional)
Quizá les suene este nombre, pues hice su biografía (la nº 7) sobre sus logros deportivos en activo. Hoy pretendo mostrar su faceta actual, aquella que no se ve porque “está detrás de la pantalla” y es que ser masajista no se trata sólo de sobar con tus manos los músculos del ciclista, sino que hay que tener una profesionalidad y un saber hacerlo bien, como lo debe realizar un buen camarero en el hotel de cinco estrellas, quien no sólo sirve cafés y cenas, sino que ha de estar en todo momento a la altura de los mejores en lo que hace.
Como ya les dije en su día, este joven noveldense consiguió el título de quiromasajista y su pericia fue apreciada incluso por la Federación Española de Ciclismo, por lo que consiguió ingresar en el equipo puntero de España, el Telefónica Movistar. Allí a diario trata con muchos ciclistas; ve y dialoga a veces con otros ases del pedal de equipos rivales, pero con quien tiene más contacto, sin duda, es con su jefe de filas, el murciano de Los Lumbreras de Monteagudo, Alejandro Valverde, más conocido en este ambiente por “Balaverde”; o entre sus más allegados, por “Bala”. Juan Carlos y Alejandro se conocen desde la época de Escuelas de Ciclismo (hasta los 14 años) en la que fueron rivales. Pocos años después, se hicieron buenos amigos al reencontrarse en el equipo amateur del Kelme – CV, pero la tristemente famosa “Operación Puerto” dejó en el paro a muchos; entre ellos, a Juan Carlos. Tras conseguir el título de quiromasajista, poco después se produjo otro reencuentro en el equipo ciclista profesional del Telefónica Movistar. Alejandro reclamó tener a su lado a Juan Carlos, pues no sólo es quien le masajea eficazmente, sino que es su hombre de confianza; su “confesor” de alegrías, tristezas, triunfos y derrotas y es el primero que le recoge y le cuida tras la llegada a la meta, exhausto.
El día a día de los masajistas en competición es levantarse una hora antes que los corredores, para preparar el desayuno completo, pues no lo hacen los cocineros del hotel. Comienzan a confeccionar lo que introducirán en termos y neveras, según la temperatura y la época del año: alimentos sólidos y líquidos, así como sales minerales. La noche anterior, cada cual aporta su pronóstico sobre lo que hay que llevar, dialogando entre ellos y el director deportivo les da instrucciones al respecto; en resumen, lo que entendemos por avituallamiento, tanto antes como en plena carrera.
Todos los componentes del equipo (unas 25 personas, entre corredores, directores, médico, algún invitado y el personal auxiliar: mecánicos y masajistas) comen sobre la marcha, habitualmente a base de “bocatas”, excepto los 9 ciclistas, por lo que también preparan el menú para todos. Aclaro que un equipo profesional dispone de 20 a 25 corredores, pero sólo 9 de ellos van a la carrera de 3 semanas; el resto está en otras carreras, o descansa en casa unos días y entrena.
En el avituallamiento, entregan las bolsas con un cierto peligro de caídas, pues ves que se acerca un pelotón de cien o más corredores, cada uno de distinto maillot y todos revueltos; que te pasan rozando y has de estar con el brazo levantado y con la bolsa preparada; en el otro brazo tienes el resto de bolsas. Pero es algo que aunque conlleva riesgo, suelen cumplir bien, debido a la práctica. Hay que dar la bolsa al corredor con estilo y profesionalidad, pues los masajistas tienen prohibido moverse de donde están; de hecho, sería imposible. Si calculamos uno o dos masajistas por equipo, multiplicado por 22 conjuntos, en poco más de 200 metros, además de la nube de forofos que acude a recoger los termos y bolsas que los ciclistas arrojan a las cunetas, nos daremos una idea del ambiente que hay allí, donde tienen que colocarse a la derecha de la carretera para entregar las bolsas.
Alejandro Valverde, a veces, no recoge su bolsa si va muy concentrado, por haber una escapada peligrosa delante, o es él quien va integrado en el grupo de destacados. En estos casos, pasa de largo y la bolsa se la entregan a otro componente del equipo, indicándole quién es su destinatario. Si el reparto se hace en subida, al disminuir la velocidad, el trabajo se hace más fácil y si por cualquier motivo, uno de los ciclistas no la coge, al que decidió “hacer dieta” le avisarán por “el pinganillo” para que se descuelgue del grupo; o bien, se la llevan adelante, como vemos al repartir bidones por “el aguador”, ese compañero que usa su espalda y sus bolsillos como motocarro de reparto. Al acabar la carrera o la etapa, al corredor se le aporta alimento y líquido post competición (manzana o plátano, ya pelados y líquido azucarado).
La carrera la siguen dos vehículos por cada equipo; en uno de ellos va el director y un mecánico y en el otro, el director adjunto y otro mecánico; ambos vehículos pueden llevar además a alguna persona invitada. El servicio médico oficial lo aporta la organización de la carrera y el propio facultativo del equipo les revisa antes y después de la etapa, viajando en el autobús. Les toma la tensión y las pulsaciones, además de curar alguna herida que pudieran haber sufrido.
Los masajistas van en otro vehículo, que normalmente va por carreteras cercanas o paralelas, tras visionar previamente en el mapa, el lugar de reparto del avituallamiento. Se presentan allí, hacen su trabajo y de nuevo, por otra carretera (no pueden estar adelantando al pelotón), atajan para llegar antes a la meta. También dispone el equipo de un autobús y el de Telefónica Movistar es de última generación, pues dispone de duchas, servicios, camas, botiquín y pantalla gigante para visionar clasificaciones u otros temas que les interesen. Allí recibe el ciclista su primer masaje relajante, para recuperar fuerzas y el resuello. El bus sigue a los ciclistas y hace las veces de caravana publicitaria. Les lleva desde el hotel hasta la salida y desde la llegada hasta el nuevo hotel. Por distintos motivos: entrevistas con la prensa para el líder o larga distancia hasta la ciudad de reposo, a veces han arribado al hotel a las 21 horas. Entonces, lo fundamental a esa hora es cenar; después vendrá el masaje completo y quizá se acuesten cerca de la medianoche, aunque lo habitual es que sobre las 22 horas, apaguen la luz.
Ha habido días de dos controles para alguno de los componentes del equipo, especialmente para Valverde, pues antes de salir, incluso a veces, antes de levantarse, les han visitado los técnicos de laboratorio, más conocido por “los Vampiros” y tras vencer en la etapa o acceder al liderato, incluso conservarlo, le supone doble ración de análisis a ese corredor. Concretamente, en esta reciente Vuelta a España (21 etapas + 2 días de descanso = 23 días), pasó por 18 análisis. A propósito, otro ciclista español, Oscar Freire, dijo recientemente que, en un año, ha pasado más controles antidoping que todos los futbolistas de Primera División de la Liga española. Esto de los controles está algo “descontrolado”, permítaseme la redundancia, pues pueden presentarse un día diversos organismos a realizarlos. La organización aporta un equipo de técnicos de laboratorio, en la meta, así como también puede presentarse antes de la etapa el de la UCI, o el del COI, o el de la AMA,… ¡de pena! Pero los ciclistas están indefensos y no pueden negarse, incluso en época de vacaciones. Mientras tenga licencia federativa, el corredor está obligado a comunicar a la UCI (Unión Ciclista Internacional, con sede en Ginebra) dónde se encuentra o a dónde piensa desplazarse en época fuera de carrera. Como le sucedió a Alberto Contador hace pocos años en época invernal; estaba con su novia en el cine y vibró su móvil. En casa le esperaban y en un máximo de una hora, debería acudir allí. Si no acudes a dos controles solicitados fuera de carrera, equivale a un positivo (dos años de sanción). En fin, esta es la vida intramuros del ciclista. A ver si algún día les hacen esta clase de análisis a otros deportes más populares, para que dejen en paz a los pedaleantes de una vez. Entonces comprobaríamos que donde se mueve dinero o fama, hay trampas.
No obstante, también días de triunfos y alegrías en este curso 2.012. Uno de los primeros y que más recuerda nuestro protagonista, fue en la Vuelta a Suiza, en la que el portugués Rui Costa se llevó la clasificación general, auxiliado y protegido por su gregario de lujo, Valverde.
En cuanto a Alejandro Valverde, quien se reincorporó al pelotón tras dos años de indemostrada culpabilidad e injusto castigo, volvió a ser la figura de antes. En el Tour de Francia, tras un inicio difícil por las caídas, llegó destacado en la etapa pirenaica del Peyresourde, perseguido por Wiggins y Froome, miembros del equipo Sky. Tras cruzar la meta, Alejandro se desmoronó en brazos de Juan Carlos (ver foto), pues acumulaba el cansancio, la tensión del “pinganillo” comunicándole que le iban alcanzando, y las ansias por demostrar que era capaz de ganar por sí mismo, ya que le hicieron análisis completo y a fondo. Y Alejandro lloró de alegría, de rabia, de cansancio,… de todo lo pasado: críticas y ánimos. Vi en “la tele” ese momento; la imagen era lateral y se vio la parte derecha de la cabeza de Alejandro en lágrimas, abrazado a otro hombre con el mismo color de chándal. De esta segunda cabeza, vi las entradas en su frente y supe de inmediato que era Juan Carlos Escámez Peiró, hijo de otro ex ciclista aficionado, Carlos “el Carnicero”, quien ejerce como tal en la Carnicería Galiano, de nuestro Mercado, donde están expuestas algunas de las fotos de este artículo.
Aunque ya estaba Escámez en el equipo como masajista, al reincorporarse Valverde, éste reclamó que Juan Carlos le acompañase en todas las carreras en que participase, desde Enero, en Australia. Y como ya dije, se conocen desde la época de la Primera Comunión y siempre congeniaron. A propósito de esta etapa en el Tour, el trofeo que le entregaron era para Valverde algo que había que llevar de un lado para otro en los hoteles y en el bus, hasta el último día. Él se quedó allí varios días más, para correr algunos Critériums, por lo que fue Juan Carlos quien lo trajo y guardó unas semanas en su casa y había acordado con Valverde en pasar por Novelda a recogerlo. Ya conoce su domicilio, por haber venido en otras ocasiones; si bien, fue otro ciclista murciano del equipo, José Joaquín Rojas, quien pasó a recoger a Juan Carlos y al trofeo, para trasladarse ambos a la sede del equipo en Pamplona. O sea, que en Novelda ha permanecido algo, un trofeo, que vimos muchos millones de personas por Eurovisión y que muchos ciclistas hubieran deseado tener entre sus manos, para fotografiarse.
Y en la reciente Vuelta a España, de grato recuerdo, a Juan Carlos le encargaron “hacer meta”; o sea, estar en la llegada para recoger y atender las primeras solicitudes de los corredores del equipo. En la etapa de Pajares a Cuitunegru, Valverde llegó a la cima final y vimos a Juan Carlos prestando su colaboración, al agarrarle por el sillín tras la meta, proporcionándole una toalla para el cuello y una chaqueta de chándal (en época o en lugares fríos, incluso una manta); así como un termo con alimento líquido. Esto demuestra la labor anónima que hace un masajista, a veces apreciado hasta la idolatría por el campeón. Hace muchos años, recuerdo haber leído que el mítico y legendario Fausto Coppi, “il Campionissimo”, exigía siempre con él a un masajista ciego, Luigi Cavanna, quien le había masajeado como nadie desde su época de amateur y Cavanna llamaba a Coppi, “Patas de Araña”.
Un masajista no sólo labora sobre el cuerpo del deportista, sino que es algo así como el que recibe sus primeras impresiones de euforia, abatimiento, elocuencia o malhumor. Y todo esto lo vemos a través de las fotografías que aporta.
En cuanto a planes, en Noviembre estuvo todo el equipo en Pamplona, para realizar una semana de concentración, paseando, recorriendo senderos, jugando al golf o al tenis y planificando el próximo calendario de carreras y vinieron los sastres desde Italia para tomar medidas a todos ellos de los trajes de paseo, así como de la ropa de trabajo, tanto larga como corta, de verano e invierno y los chandals. En Enero comenzará la competición, trasladándose previamente a Adelaida (Australia), debutando en el Sun Down Tour. Poco después, en Febrero, vendrán al Critérium de Mallorca, a la Vuelta de Andalucía, la de Murcia (este año, no se celebrará la Vuelta a la Comunidad Valenciana, por la crisis)… y así, otra temporada más, en la que les deseamos muchos éxitos.
¿Hasta cuándo seguirá nuestro protagonista de hoy? Nadie lo sabe, pues no ha de hacer esfuerzos sobrehumanos y se conocen casos de masajistas con edad avanzada. Y admite ser afortunado, por estar en el mundillo que siempre soñó, el ciclismo profesional y si además, te pagan bien por ello, teniendo en cuenta la situación laboral actual, ¿qué más se puede pedir? Desde aquí le pedimos que siga ahí, pues gracias a él (y a lo que me cuenta su padre), tenemos contacto con el ciclismo profesional, tan injustamente calificado, comparado con otros deportes. Hace ya un mes, oí en Onda Cero que “un motociclista de prestigio había dado positivo en el control anti dopaje”. No dijeron si era español, italiano, australiano, o del planeta Marte y no se ha vuelta a oir más del tema. Por aquellos días, también oí que “a una selección de tiro les habían detectado estimulantes para mantener el pulso y el control antes del disparo”, pero de nombres o datos identificativos… ni rastro. ¿Por qué tanta machaconería a los ciclistas; acaso quiere el actual presidente de la UCI, hacer desaparecer a todos los equipos profesionales para limpiar lo que siempre existió? Deberían de aplicar lo de “todos moros, o todos cristianos”.
No me extiendo más, Juan Carlos, fue un inmenso placer contactar de nuevo contigo y … hasta siempre.
P.D.- La próxima biografía será de la Luis Devesa Pastor (futbolista). Si conoces datos de algún/a deportista local, incluso de persona fallecida, o la historia de algún club de Novelda, telefonéame al 633 252 500. (Vicente). Gracias.
Casi es como si lo estuviera viendo en la televisión. Me gusta este reportaje.
Me gusta el escrito y las fotos, que ya las he visto en el puesto del mercado, hablando co su padre. Que nos cuente mas de la operación puerto, en otro escrito.
A mi tambien me gustaria estar al lado de los profesionales, asi es que Escamez tiene esta suerte, que todos los ciclistas aficionados no òdemos disfrutar. Enhorabuena a Juan Carlos y al escritor.
¡¡HOLA VICENTE!!
Como DEPORTISTA,sigo con interes todos tus articulos sobre Deportistas,los cuales son muy interesantes, incluso, algunos como el que nos ocupa,nos muestran DETALLES,poco comocidos sobre labores anónimas dentro del Deporte.
Entre otras cosas,podemos apreciar la parte mas HUMANA,como la de nuestro paisano ESCÁMEZ,y la del Murciano VALVERDE. (Por el cual confieso mi ADMIRACION).
Para un servidor ,la palabra DEPORTISTA,contiene MUCHOS VALORES,nó solamente los de la Competición o los TRIUNFOS,tambien otros valores que FORMAN a las personas.
Desde mi experiencia como Entrenador y Quiromasajista,(cerca de los 30 años compartiendo mi vida con muchos Deportistas),entiendo perfectamente,los sentimientos de ESCÁMEZ,y su inpagable labor actual. La cual por su juventud,espero y deseo que siga disfrutando de su trabajo actual muchos años despues de» aparcar» la bici de COMPETICION. Suerte para su amigo y GRAN CAMPEON VALVERDE.
Finalizo,compartiendo totalmente tu opinión,Vicente,sobre los controles en el ciclismo. Saludos.
Como siempre, gracias a los lectores y a los que dejais vuestros comentarios. Y muy especialmente entre los que opinan, a Felipe Giner, el más asiduo de todos. Tendremos proximamente temas que aportar; él, como fuente de información del atletismo y yo, modestamente, usando bolígrafo y papel para tomar notas. Gracias de nuevo y hasta la próxima.
Por culpa de la Operación Puerto, perdimos todos a un ciclista profesional. Y ahora, Valverde tiene a un fiel colaborador. Envidiable tu situación, Escámez. Toda la temporada estás en el meollo del ambiente ciclista. Aquí nos conformamos con lo que se puede ver por televisión.