A las 2 serán las 3. lo que supondrá un ahorro en iluminación del 5 por ciento del consumo eléctrico en España, según estimaciones del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE). En la madrugada del sábado al domingo se cambia la hora y entra el horario de verano.
Ahora sí que decimos adiós a los días de invierno y se alargan las tardes. A partir de ahora, anochecerá más tarde y los días luciran mucho más. Esta noche a las 2 h. de la madrugada deberemos adelantar nuestros relojes una hora. Así comienza “extraoficialmente” el horario de verano.
Muchas veces nos hemos preguntado por qué se cambia la hora. Pues bien, la razón es muy sencilla. Desde hace años en España y otros países del mundo se van cambiando las horas que todos usamos como hora civil, la que nos mueve en unos horarios, pautas o rutinas. El cambio de hora es bastante reciente y alude a diversos motivos principalmente económicos. Hasta 1901, la hora civil oficial en España era la referente al Meridiano de Madrid, es decir la que se medía en este meridano (situado a 3º 41′ O). Aun así, cada provincia tenía una hora local diferente, dependiendo de la coordenada de longitud local. Así, en Galicia tenían una hora civil local diferente a la de las Islas Baleares, por lo que un gallego veía salir el Sol por la mañana más de 50 minutos más tarde que un balear.
Con el inicio del nuevo siglo se fija para todo el territorio español la hora del Meridiano de Greenwich, aunque el horario de verano no se introduce hasta 1918, de forma que se adelantan los relojes para que las tardes tengan más luz diurna y las mañanas menos. Estos cambios suponen un importante ahorro energético. Según estimaciones de organismos oficiales, en nuestro país podemos ahorrar hasta un 5% de energía durante los meses con el “horario de verano”, lo que supone para nuestros bolsillos hasta 100 euros.
El cambio de hora influye en el comportamiento humano.
El cambio repentino de las horas de luz, influye en el comportamiento humano, aunque la adaptación al nuevo horario es rápida. Los investigadores afirman que el cuerpo humano resiste peor este cambio de hora que el que se realiza en otoño con una hora más.