Art. de opinión de Claudio Rizo Aldeguer

CAMPS TIENE MOTIVOS PARA SONREÍR

Camps sonríe, casi espontáneo, porque la sonrisa es lo único que a un político no pueden regalarle. También porque sabe que lo de los trajes y otros asuntejos en los que se trajina un honor del que ya pasa, no supera la consideración de moralmente reprobable, en su más onerosa probabilidad.

Penalmente nunca pisará la trena, al menos por esto; y también por eso, sonríe, ejerciendo de anfitrión con cara de párvulo mientras prepara caldos regados en cicuta con mortíferos efectos a un medio plazo de inevitable desenlace. Sabedor, también, de que en España es más fácil acabar enchironado por superar la tasa de alcoholemia, por proferir insultos contra el Rey o por empecinarse uno en investigar las carnicerías del franquismo, antes que por dar el toque de gracia hacia al abismo de una ruina degenerativa a toda una Comunidad otrora principal y emprendedora.

Camps tiene motivos para sonreír
. Y le sale. Gratis. Porque a un político altanero no le resulta arduo ensanchar como una goma sus carrillos cuando la ley de su país no castiga al cargo público, servidor y amanuense que debiera serlo del sentir del ciudadano que le habla, cuando subestima la esencia de lo humano; lo primigenio; cuando afea la confianza en sus hospitales desposeyéndoles de la sangre mínima que debiera circular hasta la última cañería de los urinarios; o cuando le importa un maldito carajo la “barraconería” del estudiante medio, si a cambio rubrica la deficitaria aunque aparente renovación de la F-1 un día antes de auto expirarse en el cargo para medio limpiar la honorabilidad de su partido ante unas elecciones generales sobradamente ventajosas.

Rajoy le tocó suavemente en la chepa, así, con cariño mal disimulado, y le sugirió con mordaz acento gallego largarse por un tiempo hasta tanto fuera leído el escrutinio el día de marras. Camps, oliendo el peligro, y la lógica, obedeció. Ganó el jefe; y ganó el valenciano. Jugada redonda. El jurado popular vaciló sobre si aquello tipificado como “cohecho impropio” acerca del segundo, don Francisco, lo era, efectivamente, impropio. Y lo fue, impropio del todo, en su acepción más primaria; ajeno, vaya, pues no se le atribuyó “prenda” alguna, tras recluida y fratricida valoración, merced a una opinión decantadora del jurado que entendió que el expresidente valenciano no se zambulló en las atrayentes aguas de los regalos obtenidos por mor del influjo de un cargo.

Camps tiene motivos para sonreír. Y eso, a pesar de que a su partido le sigue costando una riñonada moral “rehabilitarlo” en el escalafón que debiera merecer tras la limpia de imputaciones. Pero el PP anda tan desnortado a la hora de explicar al pueblo cómo carajo no continuar con la gestión tan largamente criticada al PSOE de estrangulamiento y mengua de lo civil, por aquella máxima de que “vengo a mejorar y no a agrandar”, que prefiere ver a Camps en su Valencia, hoy chica en parné y en la pole del desempleo, sugerir a los medios su estrategia de vida a lo hippy o en elemental estado de naturaleza, antes que retomarlo, a él y esa densa duda que ni el fallo absolutorio ha borrado en su integridad. Porque el pueblo sabe que de la no culpabilidad no siempre se infiere la inocencia. Ancha es Castilla, más en este periplo entre conceptos para nada sinónimos. Rajoy también lo sabe. Y quizá por eso haga la barquita…

Aun así, sonríe, y con motivos, decía, Camps. Hay un juez que puede ser inhabilitado. Nada menos que hasta 20 años. Un juez estrella, sí, quizá estrellado por su excesiva querencia por lo mediático y significativo, pero que se jugó sus santos cojones, los suyos y los de su familia durante décadas, a fin de llevar a narcotraficantes de organizaciones poderosas, a dictadores de infame recuerdo o a pululantes vivos de nuestro reciente demonio etarra, ante los oídos y el pulso de la Justicia. Dicen que prevaricó. O sea, que ordenó una investigación acerca de los crímenes del franquismo a sabiendas de que no podía. Y que por eso pende sobre su toga de insomnios el escarnio de la inhabilitación. ¡Piden veinte años!

De momento, confirmados, once. Por el Gürtel.

Me cago en la leche, Paco. ¡Cómo entiendo tu sonrisa, visto lo visto!

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12 COMENTARIOS

  1. Claudio, después de leer tu artículo, genial como siempre, y de escuchar las declaraciones de hoy de la portavoz del Consejo General del Poder judicial de que “No todos los imputados son iguales” refiriéndose al Sr. Urdangarin, el Sr. Camps ya puede reírse pero a carcajadas.

    Un saludo.

  2. Estoy contigo Claudio, así es la justicia en este país, el que escribe esto lo sabe, este mes me han quitado la paga por haber fichado dos días tarde, ¡me cago en la puta!
    En cambio ¨trajecampistas y aeropuertofabristas¨ y demás, contentos y alegres con la justicia, en fin la culpa a sido mía y soy culpable.

    Saludos amigo Claudio.

  3. Muy bueno, Claudio. Enhorabuena por tu reflexión sobre ciertas sonrisas y tu excelente expresión escrita. Y por la frase: «Porque el pueblo sabe que de la no culpabilidad no siempre se infiere la inocencia».

  4. El que se mete contra los corruptos y maleantes en este pais, le pasa lo que a este juez, asi nos va con la justicia en España, luego queremos que las personas se involucren en solucionar casos y denuncien, y por error te enchiqueran a ti, por eso la policia lo tiene claro mojarse lo menos posible, evitar en la medida de lo posible participar, asi se ahorran problemas,

  5. Lo de este Pais ,no tiene nombre.Tiene cojones que el unico condenado a dia de hoy por el caso GURTEL,sea el juez que lo investigó.Estoy contigo Claudio ,Camps tiene motivos para sonreir,el y todos politicos (que me perdonen los politicos de verdad)que han llevado a esta comunidad a la mas absoluta de las miserias

  6. Él tiene motivos para reir … y nosotros para llorar.
    ¡Qué vergüenza! Y pensar que hubo un tiempo en que algunos consideramos que Camps, aunque no nos gustase por su ideología, al menos suponía una mejora respecto al Zaplana … Ahora nos dará lecciones de honradez, el ‘curita’.
    Repito, ¡qué vergüenza!

  7. te suscribo Claudio, como la vida misma, a ver si nos publicas algún artículo con la gestión del anterior equipo de gobierno en Novelda. Un cariñoso abrazo

  8. Pues sí, Claudio, se ríe. Y pocas sonrisas engloban tantos afectados porque, en síntesis, se está riendo de todos, de la justicia, de los contribuyentes, de los medios, en fin. El mundo al revés. El malo de la película es el que quiere pillar a a los chorizos, pobrecitos. ¡que no se vale oir lo que le dicen al abogado! los derechos de los delincuentes anulando la posibilidad de pescar a los que nos roban, ¡eso si es justicia! sonriamos todos pues…

  9. Claudio, escribes muy bien, pero es una lastima que tu brillantez de retorica solo la uses para castigar a las derechas, como si las izquierdas nunca ayan echo nada reprochable, un buen escritor escribe para los dos bandos o solo escribes para uno solo?.La derecha no te deja ver la izquierda?.

    No te conosco y mi critica es con carino.

    Miguel.

  10. Sra Angeles.
    Creo ver que la politica actual de Espana esta dividida en dos o mandan los del PESOE o los del PP es eso dos bandos O NO.

    En mi comentario NO nombro para nada al regimen de franco y mal puedo jusgar algo que no vivi.

    Soy muy respetuoso de la justicia y creyente en ella y veo de mala gana que si el sr Camps fuese culpable de algo no se le haya castigado, pero no soy juez y no puedo culpar a alguien que la justicia MAL o BIEN lo encontro inocente,mal andamos si empesamos a descreer en la justicia y sembramos brotes de desconformidad.Usted y otros loven culpable tambien hay otros que lo encuentran inocente,que hacemos?.

    El sr Camps puede sonreir de oreja a oreja pero para my es un cadaver politico, que como buen politico nunca le falta la sonrisa, es lo unico que dan sonrisas..

    Respetuosamente.

    Miguel Beltra

  11. Para Miguel beltrá:

    Mientras haya personas como usted, y con todos mis respetos, que aún utilice el término lo de» los dos bandos»como si estuviésemos en tiempos de Franco, mal andamos, pero que muy mal.
    Claudio, como bien dice, hace un retrato de la sociedad política y de la Jurisprudencia, que es la que nos ocupa, desgraciadamente en estos momentos.» Los malos a la calle los buenos en prisión, o desposeídos de todos sus derechos.»
    Camps, yo también entiendo tu sonrriisa. Por lo bajini dirás:- qué tontos son, yo que no sé ni escribir, y a sabiendas que saben y que sé, que soy culpable, toda una Institución de la Justicia Española ha creído más en mí que soy el malo y el mentiroso. Así nos va la justicia al revés.

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