APEANDO RESPLANDOR
El excesivo amor por la palabra conduce a veces a tratarla, combinada, en luminosas y altas construcciones que añaden a la nuda precisión, un plus apreciable de belleza formal. La forma es la piel del fondo, lo que mas se ve de aquel. Lo único perceptible. Pero también tiene fundamento. La forma es fondo vestido.
Subimos, de la expresa corrección al tropo sublimado, por la imagen. Buscando metas fuera del recinto, metáforas que esculpen el concepto. Que lo coronan, laureado.
Yo diría que eso es, mas que escribir. Convertir en arte una comunicación que pretende ir mas lejos que el escueto decir. Que exige estilo en el significado. Imaginación en lo manifestado. Creatividad en la expresión. El campo es la correcta redacción. El clima, la gramática, indispensable. La sintaxis, su mejor abonado. Pero la siembra puede ser de patatas o azucenas. O de trigo y de vid, tan mediterráneos, ya de por si, alegóricos. Y entre el trigo pueden brotar las amapolas, esa sangre de Dios tan previa al vino, en esa eucaristía bajo los cielos, metáfora tan rústica y excelsa.
Constituiría, tal vez, un buen ejercicio literario, reducir el tono retórico textual, descendiendo de la metáfora a la literalidad sencilla y exacta. Siendo tanto mas real. Decir, por ejemplo, en lugar del gongorino “ en campos de zafiro pace estrellas”, esto otro: “ en la noche recuenta luces viejas” . Resulta mucho mas simple y humilde y, sin embargo, no menos poético. Vemos, mirando el cielo, una metafórica y real virtualidad en la mentira del cielo estrellado, tan bella como inexacta. Vemos lucir lo que lució y, a veces, ya está apagado…Poesía histórica, luz que no es de ahora, actualizada por su viejo esplendor.
Yo creo que por debajo de la metáfora queda la estructura de belleza que le dio lugar. Un mecanismo lírico del habla enamorada. Que no pierde pasión por reducción de la tensión expresiva. Lo que da lugar a la belleza es ya, previamente, bello. Y resulta difícil y trabajoso vulgarizarlo y hacerlo mas doméstico y como de a diario.
Todo es literatura. Todo son palabras. Pero primavera es mas bella que estiércol y sapo menos grata que mariposa, en definitiva, un gusano que vuela. Amar la palabra es ya hacerle honor.
La Palabra, en el Principio, era Dios. Eso dice Juan, el mas amado, albacea de Cristo en la cruz y tutor de su Madre, a la que se lleva a Éfeso. El testamento de Jesús, que no tenía otra cosa. De lo más emocionante del Nuevo Testamento…Nunca perderá la palabra esa trascendencia con que acampó entre nosotros. Y usarla, será, siempre, como hablar con Dios, con esos fragmentos de su propia Entidad (la del Principio) que son las palabras. ¡Cómo las amo y respeto, madre mía! Son el oxígeno conceptual de mi alma. ¿Qué sería yo sin palabras? Una virtualidad existencial desorganizada y sin sentido. Un mutismo ontológico perdido en el silencio. Soy por la palabra. La Palabra, como Dios, en el Principio. Y pensar con ellas, haciéndolas lucir, cargándolas de amor, la razón de mi vida. La mas concreta de mis abstracciones intelectuales, de mi razonar mas puro e imaginativo. Mas próximo a la creación.
Hoy nos hablas de la palabra. ¿quén mejor que tu la maneja por estos lares?
Podría hablar de mi hijo.Otro maestro de la palabra. La palabra, al fin y al cabo, es la belleza de nuestra expresión, y tu la manejas como nadie
Efectivamente, la palabra está por encima de la metáfora. La palabra es la esencia de todo lo escrito, y en eso, querido luis, tu eres un maestro.
La palabra, en principio, era Dios, nos dices. Ahí no voy a entrar. No me siento capacitado, como tampoco me siento capacitado, o sí, quizás, para juzgar ciertos comentarios a gente que amo. Que amo, más que a mi vida y por eso, viniendo de tí, que te quiero, me duelen en demasía. Son carne de mi carne, amor hecho persona. Espero que me entiendass y que me comprendas.
Un abrazo, querido Luis, y deseo, de corazón, que me comprendas.
como siempre muy bueno su artículo, que aunque no coincido con usted en la mayoría de los mensajes de sus artículos, si que le reconozco la gran calidad de su escritura y su dominio de la palabra
Pido la palabra Sr Gabis, y la pido para reivindicar su desnudez, su sencillez, su belleza intrínseca alejada de metáforas y cultismos, la palabra directa que llega a la gente, la que me sirve para construir la realidad a mi gusto y medida.
Esa palabra sin adornos ni abalorios innecesarios que sirve para contar historias sencillas que llegan a la gente, esa palabra que lucha por dar sentido y contenido a los sueños y esperanzas que pretende encarnar.La palabra que es recuerdo,la que no se disfraza, la que es acción, la que acompaña muchas veces al silencio, la que enamora.
La palabra es forma y contenido, la palabra es poder cuando le añadimos nuestras más íntimas convicciones, nuestros ideales y sobre todo nuestro amor.
Que maravilloso don es el lenguaje,la palabra es Amor con mayúsculas,con ella nos damos a los demás y quizás sea esta su mayor vinculación con Dios, No dejemos de usar la palabra. No seríamos nada sin ella. Las palabras son el envoltorio de nuestros sentimientos y de nuestras metas en la vida. Sin ellas no podríamos alcanzarlas.
Un cordial saludo D Luis, sin duda un maestro de la palabra.
Las palabras crean, las palabras dominan, exorcizan, conjuran, convencen, mueven… También hay palabrería, verborrea y muchas cosas que triunfan en el circo de la televisión y otros lares. Pero no voy extenderme en esto. Me interesa por dónde va tu concepto en este artículo.
Al parecer salimos del barro gracias al soplo, el soplo divino de Dios, la lengua, la palabra que era Él. Quizás la primera palabra indoeuropea fuera un soplo al que se le fueron aplicando articulaciones nos diría la razón científica. Tampoco quiero entrar en este debate.
Ciertos pensamientos me producen una especie de vértigo: Dios, el ego, las palabras, el tiempo, el universo.
No olvidemos su función fundamental: comunicar, pensar y crear. Percibimos la realidad a través de ellas. La ausencia de ellas nos altera la visión. Luego es posible que no veamos cosas porque no tenemos las palabras para nombrarlas y viceversa. Los esquimales distinguen siete tipos de blanco y las habitantes del desierto siete tipos de amarillo porque ambos tienen siete palabras para nombrarlos. Salinas llevo a una niña que no había visto el mar en su vida. Al verlo quedó completamente inmovilizada hasta que pronunció la palabra mar y entonces lo dominó, dejó de sentir esa inmovilización.
Son los barrotes de la cárcel del lenguaje, según los estructuralistas rusos. Tampoco entro aquí.
También se desgastan, se erosionan, tienen como placas de significados que se desplazan. Pierden fuerza y gracias los poetas la recuperan.
Estoy de acuerdo en que debe ser más difícil desarmar una metáfora, o un texto gongoriano o barroco, a su grado humilde. Ser simple con las palabras y que sean efectivas como buena literatura es de lo más difícil. Porque en literatura también hay artistas y artesanos. Y otras cosas.
Siempre hemos hablado de inspiración divina cuando las palabras nos emocionan, pero no por las palabras sino por la inspiración que las ha combinado.
Siempre me ha fascinado la exégesis o la hermenéutica.
Gracias por hacerme revisar antiguas meditaciones y ponerlas al día, aunque hoy está un poco gris y amenaza lluvia. He pasado un buen rato.
mi afición es leer artículos de opinión y respaldo totalmente lo que dice el Sr. Beresaluce en este. Usted si que maneja excelentemente la palabra
Tus palabras son sutiles y hermosas,
Dios te ha hecho para que transmitas
tus sensaciones y tus sentimientos,
para que digas ¡ que piensas!
para que sepamos también
que el Señor existe,
que está con nosotros,
que nos escucha.
Ellas surgen de tu pensamiento,
ellas son la expresión de tu alma.
sirven para el entendimiento entre las personas
y también podrían servir para la discordia,
pero estas acompañadas de la luz,
tienen garantizado el éxito de su misión.
la exaltación del amor y el entendimiento.
Tus palabras son armoniosas
para que nosotros las sintamos
en nuestro corazón,
con toda su grandeza,
y esa articulación hermosa
deleita nuestro espíritu,
eleva nuestro pensamiento,
y los efluvios divinos
resplandecen con toda su hermosura.
Cuando las escribes
tu corazón siente la alegría
de lo bien dicho y mejor expuesto,
y cuando nos las transmites
esa dicha es impregnada
en nuestros corazones,
deseosos de sentir
sensaciones de Paz y de Amor.
Trasmítenos siempre palabras bellas
que nos ayuden a la concordia,
leámoslas con atención,
y oiremos en nuestro pensamiento
esas bellas notas
que nos dicta tu corazón.
Un abrazo de tu amigo Penalva.
A la palabra se la ama cuando se utiliza con amor, y se la odia cuando se esgrime para hacer daño, vilipendiada y mutilada.
A la palabra vuelvo una y otra vez, aunque me vulnere. No existe la palabra maldita, existen los hombres que la maldicen.
Tú amas la perfección de las palabras castizas, y ellas te aman a ti. Cuando escribes, todo cobra sentido en tu interior, reflejándose en tu exterior.
Yo amo la naturalidad de la palabra y esquivo las astucias elocuentes. Admiro el estilo transparente de aquellos que expresan de la forma más directa posible lo que quieren comunicar.
Lo reconozco, soy una seguidora de la inflexión anticlerical, pero eso no me impide tapizar tus textos con agrado y reconocimiento.