MOMENTOS DUROS
La pequeña historia personal que voy a relataros, no pretende nada más que acercar la fuerza de la fe al corazón de las personas que puedan encontrarse en la misma situación y que dentro de lo posible les pueda ayudar a superar esos momentos tan amargos.
Fue uno de esos días en que la rueda de la vida gira con total normalidad. Estaba prevista la visita de tres de mis hijos acompañados de sus tres “locos bajitos“ encantadores ellos, de los que te alegras mucho cuando vienen y también te alegras cuando se van. Mi mujer y yo les estábamos preparando algunos manjares de esos que haces de uvas a peras cuando la ocasión lo merece, y ese era un día de esos. Cuando nos llamaron se invitaron ellos mismos, pues como ya son mayores tomas sus propias decisiones, y nosotros encantados. Yo pensé, vienen a vernos por que nos quieren mucho, o también por que su madre tiene unas manos de ángel para la cocina, o por las dos cosas, ¡que más da! lo importante es tenerlos junto a nosotros, y si se van satisfechos mucho mejor, por que al final de todo con el disloque de vida que llevamos, solo las pequeñas cosas te llevan a la felicidad.
Llegaron casi todos a la misma hora, mi casa pasó en segundos de la tranquilidad más absoluta al alboroto y la algarabía más descontroladas, la juventud había hecho su aparición, nos disponíamos a comer cuando una de mis hijas al hacer un gesto para atender a su hijo, observé un hinchazón extraño en el centro de la clavícula, al preguntarle que le pasaba, me dijo que hacía unos días que se había dado cuenta de esa anomalía y que la visita al oncólogo la tenía prevista para unos días después.
La comida familiar pasó en unos instantes de la alegría a la preocupación, pues estas cosas siempre te traen a la mente recuerdos desagradables.
La acompañé al médico, le hicieron una biopsia, y se confirmó nuestra preocupación, era un linfoma de Jokins. Siempre que hay un diagnóstico de este tipo los médicos te abren una puerta a la esperanza, por que el ánimo del paciente es muy importante para la curación del mal.
Estando todavía con el médico le explico que otro de mis hijos, uno de los hombres, hacía un año que tenía picores por todo su cuerpo, y estaba ya más que cansado de ir a especialistas incluso privados, le habían hecho todo tipo de pruebas y no le encontraban de donde le venían esos picores, el médico al instante me dijo, mañana viene Vds. sin turno se esperan a la finalización de las visitas y veo a su hijo.
Así lo hicimos, cuando el médico lo vio y después de algunas preguntas lo paso a rayos, y estos confirmaron la sospecha del médico. Había un tumor interior, se le hizo una biopsia y también dio positivo, Linfoma de Jokins,
Imaginaros la situación, dos hijos a los que quieres con toda tu alma de repente sin imaginártelo, porque esas cosas, piensas, siempre le pasan a los demás, aparecen con la maldita palabra “Cáncer “, en ese momento el mundo se te resquebraja se te hunde bajo los pies, te deja inerte con la mente en blanco, con ganas de salir corriendo a ninguna parte, porque ninguna parte puede paliar tu intenso dolor.
A mis hijos y a sus respectivas familias la angustia les invadió absolutamente, todo los proyectos de vida se diluyeron como un azucarillo y el pesimismo empezó a adueñarse de sus corazones.
Aunque ellos tienen su propia vida, nosotros los padres debemos ser siempre hasta el fin de nuestros días su apoyo supletorio, los que llevemos seguridad añadida y amor siempre en sus desventuras, y este era un momento de esos.
Nos vimos todos en casa, padres, hijos, nietos y hermanos, los momentos cumbres de lloros, decaimientos y tristezas habían tenido su culmen, y en esos momentos la situación estaba en espera de alguna luz que nos hiciera caminar por la senda de la esperanza. Como era de esperar todos nos pusimos manos a la obra, yo como el mayor de toda la familia les comenté a mis hijos que en los momentos de profunda tristeza también te vienen a la mente bellas palabras de ánimo para infundirte esperanza y luz en medio de las tinieblas, y les leí unas letras que la inspiración me había regalado para ellos:
Prescribir,
esta es la palabra
pero nada más.
todo lo demás es de Dios
la fe y la esperanza,
¡hijos no las perdáis!
Seguir los pasos que os digan,
los que sean precisos y necesarios
y veréis concatenarse
las cosas para bien,
y después la luz renacerá
en vuestra alma universal,
y se destruirá el mal.
ello satisfará vuestros anhelos
vuestra gloria
vuestra significativa victoria.
Hijos no os atormentéis
seguir los pasos que os marquen,
tener fe en Dios
que siempre está a vuestro lado,
tener valor
no sucumbáis ante el mal,
tener siempre esperanza
y seréis dichosos.
La serenidad, después de esta lectura se adueñó de nuestros corazones, y seguidamente planteamos una nueva hoja de ruta, porque la anterior se había esfumado, había que programar las sesiones de quimioterapia los dos hijos juntos y después vendrían las de radioterapia. Durante ese tiempo alguien tenía que hacerse cargo de los niños, llevarlos y traerlos al colegio, hacerles la comida, y después de las sesiones de quimio en las que la naturaleza pierde durante un par de días su fuerza vital y por ello psicológicamente de quedas tocado, había que jugar fuerte la baza de la fe y la esperanza y no decaer, así lo entendimos toda la familia y como uno solo nos aplicamos en la misión de ayuda sin condiciones a los que estaban sufriendo
Mi misión consistió en acompañarlos a las sesiones de curación, sesiones largas de más de seis horas, donde habían personas de todas las edades, unos con más fuerza y entereza que otras, imaginaros, habían cuadros familiares de todo tipo, la angustia y el sufrimiento se palpaba en el ambiente, pero gracias a Dios en ese lugar las enfermeras y los médicos no parecen como los demás, son más amables la delicadeza es la enseña de todos ellos, el cariño y el amor hacia los enfermos es una parte de su terapia, y saben hacerlo, con total dedicación, sin quejas sin malas caras, sin mirar el reloj.
Recuerdo en la planta séptima del Hospital General de Alicante, donde además de las sesiones de quimioterapia, los médicos Oncólogos pasan revisión a los enfermos, uno de esos días en que las horas no pasaban, y miras a tu alrededor la tristeza reinante, le digo al médico de mis hijos ¡ Has visto como tenéis las consultas y ya son las cuatro de la tarde ! y me contesta ¡ Mi horario terminaba a las tres y hoy seguro que se nos harán las diez de la noche, no podemos hacer otra cosa, tenemos que paliar el sufrimiento de estas personas que solamente nos tienen a nosotros como el único hilo de esperanza en su vida ! Aquellas palabras nos dieron ánimo añadido, pues estábamos en buenas manos sensibles y honestas. Sin poder evitarlo en aquel instante me acordé de los políticos cuando marcan sus prioridades al hacer los presupuestos de las distintas administraciones, estos deberían estar en esas consultas periódicamente durante algunas horas percatándose del sufrimiento de las personas y así poder decidir donde gastar el dinero de todos nosotros con más conocimiento de causa, y al mismo tiempo enterarse de que misión tienen en su puesto de responsables políticos, porque algunos todavía no lo saben.
Mis hijos hace ya cinco años que están bien, pasando las revisiones periódicas programadas, y por ello he querido compartir esta parte de mi vida con vosotros para si es posible con ella poder darles fe y esperanza a aquellos que puedan estar como estuvieron mis hijos.
Hace una semana oí al jefe de cirugía de un hospital catalán decir que se estaban retrasando las operaciones de cáncer y se les aguantaba con quimioterapia por falta de fondos para los quirófanos.
Me lo creo.
En agosto y septiembre del año pasado en Elda sólo,(palabras de dos cirujanos), se estaban operando tumores urgentes. No sabemos qué estamos a punto de perder.
Señor Penalva, me solidarizo y entiendo perfectamente su caso. El cáncer viene para quedarse.
Le ruego a usted que se pase por esta dirección, podrá leer algo que le explicará porqué le digo que le entiendo.
Esto se publico en este mismo medio y ahora está en esta dirección.
http://clinclinclinclok.wordpress.com/2011/03/06/un-millon-quinientos-mil/
Sr Jose ,les deseo mucha fuersa y mucha salud para todos.
En astellon tambien tengo un amigo que sufre del mismo mal..
Amigo Pepe: Me ha impresionaadoi tu historia. Empiezas como cualquier sábado del año, en que mis hijos y nietos vienen a comer a casa.
A mí me cansa. Los deseo, pero me cansan. Me he hecho mayor.
Pero la historia que nos cuentas es muy dura. La palabra cáncer nos asusta a todos
Deseo con todas mis fuerzas que Dios o la Naturaleza, me da igual, soluciona estos problemas que nos relatas
Te lo deseo de corazón.
Un abrazo, amigo también.
Sé por tí, que ya están bien. Me alegro de corazón.
¡UF! que tragos nos manda la vida
Me alegro muchisimo D Jose.
Pero no hemos de asustarnos de la palabra cancer, No todos son iguales.
Por ejemplo en el caso que ud nos comenta, el Linfoma Hodking, es de muy buen pronostico y las curaciones elevadisimas. Por el contrario el Linfoma no Hogking tiene un mal pronostico.
Por lo cual recomiendo nunca asustarse por ningun diagnostico, Mas bien realizarse las pruebas de screening recomendadas en cada caso , no fumar, comer sano, hacer ejercicio, etc…
A todos gracias por vuestra solidaridad y apoyo, vuelvo a repetir que mi pretensión solo ha sido ayudar a dar un impulso de fe y esperanza a todos aquellos que pudieran estar en estos momentos en la misma situación, y especialmente referirme a Angeles, pues un familiar fue pieza clave en encontrar el camino, porque en aquel momento estaba en el sitio oportuno, y como se suele decir en estas “Casualidades” los caminos que utiliza el Señor son inescrutables
Conozco muy bien su caso señor Penalva. Una persona allegada a mí me contaba que dos de sus hijos tenían que pasar por mucha angustía y mucho sufrimiento. Pero tuvieron la gran suerte de tener a su lado un Ángel, que se preocupó en todo momento por sus hijos.. Cuando su hija le mostró el bulto a este Ángel se lo comentó al Oncólogo y al día siguiente le hicieron la biópsia.
Su hijo mayor después que le vieran distintos médicos y no dieran con su mal. Este Ángel terrenal cuando supo los síntomas , inmediatamente empezó a mover los hilos y por los cotactos que tenia se le hicieron pruebas y dieron pronto con el diagnóstico.
lloraba mucho, le daba pena de sus hijos porque eran muy jóvenes. Pero tenía muchas esperanzas porque la enfermedad la habían cogido a tiempo.
Las manifestaciones anticipatorias con que la muerte visita tan a menudo nuestras vidas y/o las de los que nos rodean, entran en conflicto grande con nuestras ansias de vida, y vida en plenitud. No ocurriría si nuestro corazón no pidiera eternidad.
Permítame, D. José, esta oración: Señor Jesús, cuyo corazón compasivo sufre con cada sufrimiento humano, Tú dijiste que habías venido para que los seres humanos tuvieran vida, y vida en abundancia; tu palabra y tus manos sanaron tantos cuerpos rotos, restauraron tantos corazones destrozados, impartieron tanta vida… Yo creo que Tú eres el mismo, ayer, y hoy, y siempre. Por eso quiero, pedirte, Señor Jesús, que D. José y su familia, especialmente los dos hijos de los que nos ha hablado, reciban tu aliento, tu sanidad, tu vida. Permite, Señor, que puedan experimentar tu bondad y tu poder. A tus manos los presento y encomiendo.
Un abrazo, D. José.
Gracias, Penalva, por este relato tan lleno de vida, de esperanza y de lucha.
Me ha llegado muy hondo. Hay mucho corazón en estas letras. No sabes cómo se agradece.
Un abrazo.
Grandes historias de felicidad y también de sufrimiento, se esconden detrás de cada familia. Has realizado un gran acto de altruismo compartiendo la tuya, Pepe.
Historias que muchos prefieren olvidar por los recuerdos dolorosos que entrañan, pero que en ocasiones es bueno tener presente como un canto a la esperanza, infundiendo confianza. Lo cual demuestra, que los finales felices también existen, y que sin el apoyo, la solidaridad, el amor y la unión familiar, no serian posibles.
Tan importante es que te ayuden, como dejarse ayudar.
Divina o humana, proceda de donde proceda, toda ayuda con buena fe es bienvenida.
¿Qué padre no movería cielo y tierra por sanar a un hijo?
Sólo he podido respirar aliviada, cuando he leído el último párrafo de tu historia.
Me alegro mucho por este final que estoy segura será definitivo. Así lo deseo de corazón.
Para afrontar bien estas situaciones hay que cursar o haber cursado la Ciencia de la Cruz.
Amigo Pepe, siempre creí que tu corazón era de una materia especial, camuflado siempre con tus comentarios, desenfadados y tu perenne buen humor. Tu conmovedor relato, nacido de ese corazón ,
, me ha confirmado, todavía más, en la idea de que había algo muy importante detrás de tu aparente frivolidad. Me ha impactado lo que has sufrido. Me alegro muchísimo de que todo esté superado. Recibe un fortisimo abrazo para ti y los tuyos.