¡Vaya Tropa!
“Eurodiputados Caradura”, con esta etiqueta que corre por las redes sociales, los internautas y la masa social están afeando y recriminando la actitud de los eurodiputados que protegen sus privilegios sociales.
Sus señorías se niegan a dejar de viajar en primera clase, o lo que es lo mismo “Business Class”, y a congelarse sus sueldos y dietas para 2012. La tremenda crisis que está pasando el mundo y concretamente Europa, no va con ellos. Grecia, Irlanda y ahora, hoy concretamente, Portugal, están en banca rota y han tenido que ser rescatadas por el fondo europeo, pero sus diputados, los de todos los países de la Comunidad Europea, se niegan a dejar de viajar en primera y a congelarse los sueldos y dietas, que por cierto, ya son mucho más alto de lo que se paga a los diputados nacionales, según hemos visto en televisión, unos 13.000 euros al mes.
¿Quién son estos individuos? Son empleados de la sociedad que los elige y les paga para que gestionen, si es posible bien y no como lo han hecho, los recursos públicos. ¿Y si son empleados públicos, quién les pone las condiciones laborales? Las condiciones laborales las aprueban ellos mismos, yo me lo guiso y yo me lo como, pero, ojo que la sociedad ya está harta de tantos abusos y excesos y permanece vigilante a través de las redes sociales.
La polémica se produce cuando los eurodiputados rechazan aplicarse a ellos mismos las medidas de austeridad que está obligando a aplicarse al resto de la sociedad europea. Solo se les pedía rebajar el nivel de privilegios que mantienen, como viajar en primera clase o congelar las dietas y los sueldos para 2012. ¿Cómo congelar los sueldos en 2012?, pero si llevamos cuatro años de dura y tremenda crisis y ellos plantean ahora congelarse el sueldo para el año que viene y encima lo rechazan. Vergüenza ajena.
Hay que ser justos y decir que esta medida de austeridad ha sido planteada por Los Verdes e Izquierda Unida, y dejar claro que PSOE y P.P. han votado en contra de eliminar privilegios, es decir, que quieren seguir viajando en “business class” y “lo mío que no me lo toquen”. En cuanto a los españoles, Rosa Estarás, del P.P., Ramón Tremosa, de Convergencia, Raúl Romera, Iniciativa Per Catalunya-Verds, y Oriol Junqueras de Esquerra Republicana, a nivel particular, votaron a favor de la austeridad y viajar en clase económica. Por el contrario, 18 eurodiputados del PSOE y 16 del PP, incluidos sus jefes de fila Jaime Mayor Oreja y Juan Fernando López Aguilar, junto a un total de 402 parlamentarios, se opusieron a la adopción de estas medidas de austeridad. Sí, esos mismos eurodiputados que vienen a España a defender medidas de austeridad que luego ellos no se aplican. ¿Cómo podemos consentir que los patronos, que somos la sociedad, lo estemos pasando tan mal y los empleados, que son ellos, vayan a cuerpo de rey? Sí, estos mismos que a alguno de ellos pudimos ver en un programa de T.V. reciente fichando y saliendo del trabajo antes de terminar las jornadas laborales. Encima pillos.
Pero luego cuando los pillan con el carrito del helado, “¡SON UNOS CAGONES”. Tras perpetrar tan injusta actuación, que pensaban que iba a pasar desapercibida, por aquello de que Europa está muy lejos, la indignación de la sociedad salta a las redes sociales y se produce una reacción social sin precedentes. ¿Y qué pasa?, que donde dije digo ahora digo Diego, y el partido socialista y UPyD hacen público que van a rectificar y que van a secundar la propuesta de austeridad.
Y digo yo, ¿dónde están los principios individuales de las personas? porque, aunque la Cámara de los Eurodiputados vote a favor de mantener los privilegios, luego cada diputado, a título individual, puede decidir aplicarse esas medidas y renunciar a viajar en primera clase. ¿Lo harán? tengámoslo en cuenta a la hora de votar.
Sobre este tema me parece recordar unas palabras muy sensatas de Esperanza Aguirre.
Pues amén señora editorial, amén.
El aparcamiento de lujo de políticos corruptos, gastados o molestos es insensible a nuestros males terrenales.
Quiero aclarar antes de nada que considero la profesión política una posibilidad para ayudar, una honra y algo que podría ser un tremendo orgullo para quien la ejerce.
Ocurre si embargo que una parte de los que lo hacen han perdido eso que usted, señora editorial, busca en su ultimo párrafo, los principios.
No han pasado muchas lunas desde que hablando con un joven político local le instaba , casi le rogaba, que hiciera algo para limpiar su patio. Si señores, los cambios hay que hacerlos desde dentro, el patio, para limpiarlo hay que pisarlo.
Son los jóvenes políticos los que tienen que dar una imagen diferente con sus actos. En esta España «cañi», en la que la película de la escopeta nacional sigue tan actual como cuando se rodó, tienen que haber apuestas fuertes o la gente explotará, por el hambre y por la vergüenza ajena, dos razones que son las que han traído las grandes desgracias siempre.
La democracia no tiene derecho a suicidarse, y si permitimos que políticos corruptos, sucios, acomodados o incompetentes nos arrastren nuevamente al comienzo del ciclo que acaba en muertos, mas miseria e injusticias, no habremos conseguido nada.
Y una vez dicho esto, miro las listas de estas elecciones y veo como el corporativismo protege de la ley a ladrones, como los nuevos son los mismos que habían ayer, y como , cada vez más, la casta se distancia de su pueblo y pregunto:
Señora editorial; ¿Que no sabría usted de algún lugar para instalarme de anacoreta y no tener que lidiar con toda esta gentuza?
Son los mismos que te dicen medio despreciándote: muchacho, todavía hay clases.
Lo ha dicho Olivares, sin mi intención. Una «profesión». Son «profesionales» de la politica. De la profesion, se vive. Y se pretende desde ella la mayor retribución. Aunque nunca se haya tenido otra antes y se sea un analfabeto.
Y en cuanto al tema del editorial ¿qué decir? Una granujada mas de unas gentes sin vergüenza. Pagada desde y con la angustia económica de muchos millones de españoles.
¿Qué incidencia en el voto, Claudio, si esos privilegiados caraduras pertenecen a todas las gamas del espectro político? ¿Sabrán esos impresentables que la mayoria de los españoles que aun tiene puesto de trabajo, acuden a él, levantándose de madrugada, para coger un autobús o un metro, en condiciones de agobio casi infrahumanas? ¿Quién constituye a estos zánganos, inútiles e improductivos, en ciudadanos de primera? Para acudir a un puesto de trabajo que consiste en mirarse el ombligo y bostezar. Funcionarios europeos de gorra y mamandurria. La política presenta aspectos de la incuria humana absolutamente repugnantes. Yo no voto. Se que soy una gota en un oceano. Pero una gota libre y decente. Y de mi no se chotea nadie.
Comparto este editorial y las opiniones de los comentaristas anteriores. Añadir, si acaso, que dudo, y mucho, que este asunto llegue a tener una mínima incidencia en el voto. Me atrevería a decir que ninguna.
Europa, creo, y lo que allí se cuece, aún se nos sigue quedando demasiado lejos.