EL SITIO DE DIOS
La lectura de muchos de los comentarios suscitados por algunos artículos publicados en La Tribuna de Opinión de este medio, NOVELDA DIGITAL, me ha suscitado pensar en el lugar de Dios en el mundo actual, en la sociedad de la que formamos parte. Tanto para afirmarlo como para negarlo, Dios por todas partes. Realidad de las realidades. Imperativo categórico intelectual.
Serán creyentes, mas o menos practicantes, no creyentes, agnósticos, ateos o medio pensionistas de la fe. Lo que no dejan de ser es personas pendientes de Dios, necesitadas de Él, interesadas por su noción, en su aprecio no siempre respetuoso y, algunas veces, blasfemo y deplorable.
Sin Dios se quedarían sin motivo de rechazo. Sin negatividad, muy positiva, disponible. Ensimismados y aburridos, dentro de su diosecillo personal. Conformes con la nada después de todo. Con el no ser del ser. Con la identidad, lo más íntimo y sagrado que se tiene, diluida en lo nulo. No concibo nada más horroroso, ni vacío más hueco.
Pero volvamos al discurso. Mucho Dios donde parece que no lo hay. Negar algo grande, exige esfuerzo no pequeño. Además de que sin aceptarlo, en cierto modo, no se le puede negar. Negar lo obvio es idiota. Los tiros al aire son solo ruido. Hace falta que haya Dios para que no haya Dios. Como la diana para el disparo. Incurren en una petición de principio, del revés.
Es de resaltar, aunque muy difícil de comprender, que, en muchos de los casos, Dios no resulta una evidencia grata. Pero una evidencia, sí. Digna de ser destruida. Y no se destruye lo no construido o existente previamente. Yo nunca lo había constatado de manera tan palmaria. Anticlericalismo radical. Odio a la religión. Desprestigio de la Iglesia, por otra parte, tan fácil. ¡Ayudan tanto las flaquezas de sus hombres consagrados!…No, falta de fe. Sí, falta de buena fe. Porque Dios se merece, por lo que representa para muchos seres humanos, ser tratado, hasta para negarlo, con razonamientos de buena fe. Ya no digo respeto intelectual. Buena fe reflexiva y un mínimo de moderación.
Dios, la Verdad de los creyentes, es la mentira de los descreídos. Que hacen de su mentira, su Verdad. Su Verdad negativa. No el objeto de su indiferencia, que sería lo propio, si no le concediesen entidad. Es la causa de su hostilidad manifiesta. No les resulta suficiente no creer, lo cual debería conducirles a la inhibición del menor interés. “Yo no me ocupo de lo que no merece mi atención…” Hay que atacar la creencia en el nombre de una libertad individual que, presuntamente, Dios conculca. Yo creo en Dios, libremente. Ellos quieren libremente, liberarme, librarme, de ese error, en una esforzada labor de contraapostolado laico. Se diría que no les preocupa Dios. Les preocupo yo, que creo libremente en Él. Querrían hallar el modo de arrebatarme, libremente, esa libertad, que consideran confusión mental y aberración moral. En realidad, parece que lo que les mueve es un amor al prójimo al que desean redimir de su fanatismo e ignorancia. Quitarme a Dios como se libra a alguien de una enfermedad. Sanar mi conciencia. Mi mal divino.
Es curioso el fenómeno. Me quieren a mí tanto, que quieren librarme del error de Dios.
Pero volviendo a lo ya dicho. Nada de lo que hacen tendría sentido, si no lo tuviera Dios para ellos. Si no lo precisasen imperiosamente como algo real, realísimo, que hay que quitar de donde está, apartándolo de su sitio. El lugar de Dios en la conciencia de los hombres es su fracaso casi metafísico. Lo sobrenatural de lo natural, su mayor fastidio. Su enemistad es tan grande como reducido su motivo. Hay que arrancar todo asomo de espiritualidad de la materia. Como si en el alma de las cosas, de todas las cosas, no estuviera Dios, manifiesto y operante. Dios lo llena todo y ellos se quedan más confortables en un vacío sin causa, que debería horrorizarles.
Yo les preguntaría: ¿Desde qué mecanismo moral, no susceptible de relacionarse con vuestra alma, creeís que se engendra esa preocupación vuestra, teológica a más no poder, contra la evidencia de Algo que para vosotros no existe? ¿Cómo quereis matarlo si no es? Añadiría: Pensad muy seriamente en vuestra madre, si os resulta posible de espaldas a Dios…A ver como se os queda el cuerpo, el cuerpo del espíritu, digo, evangelistas del revés…Porque en la noción de madre hay tantísimo Dios, que resulta imposible encontrar un espacio espiritual donde más se contenga.
El cardenal Albino Luciani, el primer Papa Juan Pablo de tan breve pontificado, estaba desarrollando una concepción de Dios como también Madre, que no le dio la vida tiempo a completar. Ignoro los términos teológicos por los que se movió, pero la idea me parece, muy sugestiva. Mi madre es, prácticamente, Dios. Su noción tiernísima nunca me abandona. Como su sensación entorno, del mismo modo que uno, yo al menos, se siente concernido y acompañado por Él, constantemente, respirando mi sueño y desde que despierto. No me las estoy dando de místico.¡Qué más quisiera! No subo hasta Él ni lo intento, ¡pobre de mí!, sino que, en mi sensación, Él se baja hasta mí y me acompaña amigo…Siempre…Yo no puedo, de ninguna manera, no creer. Estaría loco.
Mi relación con Dios es maravillosa. Se trata de la relación entre El Absoluto, Tres Absolutos en Uno, un Dios multiplicado por tres, tres maneras de quererme y necesitarme, de buscarme y tener hambre de mi, y yo, esta efemeridad tan relativa, tan absolutamente relativa, porque Él lo quiso, de su misma naturaleza, natural y sobrenatural. Porque Él lo dispuso al hacerse mi Hermano y encarnarse de mi misma sustancia, para sufrir como yo y compartir mi muerte.
El infinito, dividido por tres, da infinito. El Absoluto no admite maneras de ser más Absoluto. No hay decimales de Absoluto ni porcentajes de su Esencia. Soy en Él y Él es en mi. Y quiere que lo perciba como un entorno de gracia y amor. En su poli-esencia una y trina. Como multiplicando por tres su amor o haciendo triple mi necesidad de sentirlo. Haciéndome tres veces más rico de Él. Poniendo, generosamente, tres Personas divinas en el único Dios que yo necesitaba. El Padre, a quien rezo como Cristo me enseñó, el Hijo, que se me hermana e iguala, haciendo mi naturaleza, prácticamente, divina, semejante a la suya o bajándola hasta la mía, y el Espíritu, que me inspira y hace inteligente. Nada menos…
Dele usted la vuelta Señor Galbis y verá que el apostólico es usted y no los no creyentes señor.Que quien no comprende, el ciego, es quien acepta no pensar a cambio de una salvación desconocida, siempre desconocida, porque cuando se conoce, dios pasa a llamarse ciencia.
De hecho, el único estado que garantiza la libertad religiosa es un estado laico, todas las religiones tienen en común el deseo de exterminio de las demás religiones.
Si Dios existe y vive en usted , gócelo, no sufra usted por quien no necesita creer que debe sacrificarse con un cinturón de bombas para que cuarenta mil vírgenes le esperen en el cielo, o que debe permitir el asesinato de millones de africanos porque no le gusta el sexo al líder una religión.
Sadam luchó por dios, Bush lucho por dios, Gadafi manda a sus fieles a matar a los rebeldes por dios que, a su vez quieren matar a los fieles a Gadafi por dios, el Papa deja morir a millones de niños por dios.
Si dios existe ninguno de los hombres que se vanaglorian de representarlo tiene su gracia divina. Son las religiones las que alejan a dios del hombre.
Ojalá exista dios, y su palabra sea la de Jesucristo, porque si es así, en el cielo estaremos quienes huimos de las religiones y el infierno estará lleno de sotanas, sharis y demás parafernalia.
Yo no creo que dios exista, pero la acusación de que quiero matarlo que usted hace está muy lejos de la realidad Señor galbis, como digo anteriormente ojalá exista.
Es el error de la religión, se cree en posesión de la verdad absoluta, error, tremendo error Señor Galbis, si la verdad absoluta existiera solo la conocería dios.
Por cierto, dios tiene forma triangular, es verde y habita en la serreta.
No lo niegue señor Galbis, si lo hace, como usted dice negará lo evidente, «no se destruye lo no construido o existente previamente», y esa idea de dios, existe desde que yo la he escrito. Ahora solo me faltan muchos ignorantes primero y mucha manipulación después, para que ese dios tenga escritores de talla como usted creando odas a su fe inculcada desde antes de que tuviera uso de razón, porque de otra manera no habrian fieles.
Ahora señor Galbis, disfrute usted a su dios , gócelo, viva en paz, y sea usted capaz de ver la incongruencia que es que un apostólico se queje de otro apostólico.
Que dios le acompañe siempre.
Amigo Wifredo: No procede argumentar que personas brillantisimas no creen en Dios. Las hay a manta de Dios, que se dice. Y yo no digo de ellas que estén locas. Lo digo de mí, de este hombre que soy yo, de una persona llamada Luis Beresaluze Galbis que, sintiéndose tan cocernida por Dios, de no creer en él estaría loca. Quien no cree en Dios, brillantisimo o no, merece todos mis respetos. Porque yo creo que Dios está en él. Y no lo llamaria loco, ni estándolo yo. Usted ve a Dios en su casa, en sus amigos, en su familia, en su trabajo…Naturalmente. Ya lo digo yo en cierta fase de mi articulo, poco mas o menos con sus mismas palabras: DIOS ESTÁ EN EL ALMA DE TODAS LAS COSAS DE UN MODO MANIFIESTO Y OPERANTE. Dios en todo y todo Dios. En el amor, en la bondad, en el jazmín y hasta en el error de los torpes, disculpándolo, seguro.
Y en cuando a mi contundencia, si he incurrido en ella, en alguna parte de mis reflexiones, me habré equivocado y me disculpo.
Con mi consideración de siempre y quede usted con Dios.
Luis
¡Mi más enhorabuena, Clin! Disculpa el que reduzca tu nombre tan largo, pero así, me parece más cercano.
Es el escrito más sabio que te he leído, sin menospreciar al resto.
Con respecto a lo que nos ocupa y preocupa, o sea; DIOS. Tan solo decir desde mi más humilde y corto conocimiento de ese Dios, por el que el ser humano ha estado matando a sus semejantes desde que el mundo es mundo, que, sencillamente, el hombre, en su inmensa ignorancia y enorme ego, se cree en la postura correcta al hegemonizar a una figura que, ciertamente es retórica.
Efectivamente, tiene y debe de existir algo supremo, ese ente que se nos escapa a los seres diminutos que albergan un cuerpo diminuto y una mente igual, pero que, no obstante, somos arrogantes hasta decir basta.
Somos personas que anidamos en nuestro interior la semilla de aquello que vanagloriamos como propio y única verdad. Y en eso estamos cuando Alicia, ha dado en el clavo: si existe un Dios, ése, tendría que estar plenamente abonado al AMOR. Si, a ese amor maravilloso y etéreo que todo lo impregna y habita, ese que todos sentimos, pero que, nos avergonzamos de exhibirlo, que somos y nos sentimos incapaces de demostrarlo en el cara a cara, en ese día a día y ante personas desconocidas. Ese amor universal que, en cambio, llegamos a reducirlo a tan solo unos cuantos; a aquellos que decidimos que son “nuestros seres amados y queridos”. Hacemos ramilletes de personas que sentimos afines, y al tiempo, excluimos de nuestro círculo a todos aquellos que de igual forma, pensamos que son oponentes o diferentes ¡Qué enorme error! Así andamos todavía en nuestro tiempo; perdidos, angustiados, sedientos de esa verdad que nunca llega. Y al ritmo y por la postura que mantenemos, tardaremos unos cuantos siglos más en conseguir el que llegue.
En el AMOR, ese amor con mayúsculas, ese que a nadie aparta ni a nadie es capaz de odiar y ni siquiera obviar, está la respuesta, una respuesta propia, sincera y amable, una fórmula ideal que nos hará descubrir el verdadero potencial de ese, efectivamente, dios, un dios mucho más cercano y amable que el que nos han estado vendiendo hasta ahora. En ti, está la verdad, de mil formas y maneras, pero en ti.
Sr. Galbis, esta vez no.
Totalmente de acuerdo con «clinclinclinclok».
Un cordial saludo para ambos.
Gracias, amigo Clin: Pienso que usted cree en Dios mas que yo. No lo considero capaz de afirmar que «el Papa deja morir a milllones de niños, por Dios..» En todo el contenido de su comentario, que agradezco, como el de ayer en LA PAREJA ENTRAÑABLE, está Dios.
Un abrazo grande
Luis
No rijo mis actos esperando la vida eterna, el perdón de mis pecados o la promesa de un paraíso celestial. Mi base es el amor, y mi guía, el corazón y la conciencia.
Los vacios de mi alma desparecen, cuando disfruto de mi calidez, en lugar de irradiar dureza. Me siento en paz cuando alimento pensamientos tolerantes, en vez de corromperme con la ira.
Lo esencial es invisible a los ojos, pero se ve con el corazón.
No importa, desde mi humilde opinión, en lo que creamos o dejemos de creer, importan aquellos pensamientos que nos ayudan a ser mejor personas, más humanos, más compasivos… sin dejar de crecer, avanzar y aprender.
Usted Sr. Beresaluce, nos alienta a la reflexión, sin imponer sus criterios como únicos y verdaderos, lo cual es una muestra de aproximación entre hermanos, sin importar razas, religiones, clases sociales o políticas, que actúan como separatistas y son motivo de guerras, odios y tristezas.
«Nuestra religión es simple: No existen templos ni complicadas filosofías. La mente y el corazón, vienen a ser nuestro templo; la humildad, nuestra filosofía». DALAI LAMA
Yo creo en Dios.
¿Por debilidad?…
¿Por necesidad?…
¿Por darle «sentido» a todo esto?…
No lo sé… Lo mío es fe, llanamente; no razón, ni muchos menos, ciencia. Fe, ciega, si quieren. Se le escapa a mi raciocinio toda explicación que resulte «incontestable». Y quizá ni deseo tenerla, la experiencia sensible, digo. Me llena más la otra, por más que jamás pueda (ni desee) probarla: la fe.
Lo que trasciende a mi ser, de haberlo, pues eso, me trasciende y ya está: o sea, jamás podré aprehenderlo como un vaso de agua o un libro. No me tortura esta incapacidad mía; todo lo contrario, me llena y me basta. Porque la fe, allá sobre lo que recaiga, es infinitamente más «verdadera» (en cierto modo) que lo físico, más sujeto a cambios y variables. Nadie te la puede quitar. Ni confirmar. Esta «dualidad», o contradicción, que al tiempo en ella se da, es la naturaleza que yo le atribuyo a la fe. A la mía.
La fe no pide explicaciones, simplemente, porque no las tiene. Tratar de que el mundo físico, sensible, el que vemos y olemos cada día,»acceda», se comunique con el metafísico y lo explique, con demostraciones inequívocas, es tanto como pretender que el ser humano pueda planear y remontar si se arrojase al vacío. Imposible. A lo «inequívoco», me refiero. O a la Verdad absoluta, si lo prefieren. Por eso los humanos «erramos» tan a menudo al hacerla propia. Y, a veces, provocamos tantas desgracias y aniquilaciones “en nombre de…”.
Y como «conscientemente» se me escapa ese hilo conductor, ni me siento para ello dotado, ni llamado, jamás trataré de aportarle razón alguna. Aunque sea por un «moderado» sentido de mi limitada condición. Hacia mis adentros, si acaso, con cuidado me lo trate de explicar.
Gran artículo, Luis. Además de estéticamente bello, muy sugerente.
Un abrazo.
Ud., Luis, parte, con la brilantez de siempre, de una verdad que no todos comparten. He leído atentamente su comentario y, creo, sólo creo, que no da otra opción que la existencia absoluta de Dios. Yo creo en su existencia, pero no dejo de darle mucha razón a Clin, en su comentario, de las miserias que, en su nombre, se cometen. Ya sé que las cometen personas, como Ud. y como yo, y que eso no implica la renuncia de Dios. Pero ¿qué Dios?
Dice Ud. que si no creyera estaría loco. Hay mentes brillantísimas que no sólo no creen, sino que niegan, con la misma contundencia que Ud., su existencia.
Su comentario sobre Juan Pablo I me parece genial. Que pena que su Pontificado durara tan poco. A lo mejor se hubiera regenerado la Iglesia, que buena falta le hace.Efectivamente, mi madre es Dios, nosotros somos Dios y sólo hace falta que nos amemos como teorizamos que Él lo hace. A Dios lo tenemos en casa, en los amigos, en el trabajo, etc, Ese es el Dios que está en todas partes. El otro no es más que suposiciones.
Creamos en Dios, y dejemos a los que no creeen. Todos tienen su verdad. No hay ninguna absoluta, ni siquiera la de Dios.
Y, por supuesto, ya que tiene Ud. esa gran fe, que yo envidio, disfrútela y sea feliz con Él.
Se lo merece. Yo por mi parte, que SÍ creo en Dios, también disfruto del mío, que está, como he dicho antes, en mi casa, en mi mujer, en mis hijos, amigos, etc.
Aunque lo he escrito al principio de mi comentario, mis felicitaciones, como siempre, por su exquisita prosa.
Pues tiene usted Razón D. Luís, es una frase desafortunada, aunque si lo mira desde mi punto de vista quizá no lo sea tanto por el significado que yo pretendía darle,( pensaba en la negación a combatir las enfermedades de trasmisión sexual con el preservativo), pero peca de irrespetuosa y pido perdón por ella.
Pero señor Galbis. Aquí entra un hombre muy fiel, católico y comprometido con la humanidad, me refiero al Señor Castelló, que realiza una labor inconmensurable en Cáritas. ¿Cree usted que si hubiera nacido en la India su corazón no le pediría ayudar a los necesitados? Quizá lo haría en nombre de Buda, o en nombre de Cruz roja, o en una ONG laica, pero es seguro que la bondad que habita en su corazón no es fruto de dios, es fruto de su propia humanidad. Que sea católico solo tiene que ver con el lugar de su nacimiento. Otra cosa es que le reconforte su creencia y viva una vida espiritual religiosa, por lo que solo me queda darle la enhorabuena al señor Castelló por el bien que encuentra en ella.
Las religiones se apropian de los sentimientos humanos en nombre de dios. Del amor, de la piedad, de la compasión…
Dice usted que negar lo obvio es idiota. ¿Se le ha ocurrido pensar que lo obvio para usted no lo es para otros? Es obvio que no todos tenemos un pensamiento único. Que la humanidad da para mucho más que para una sola fe, véase la cantidad de religiones bienintencionadas de palabra que existen. Incluso, permítame, la falta de fe no es óbice para la bondad.
Dice usted
“Su Verdad negativa. No el objeto de su indiferencia, que sería lo propio, si no le concediesen entidad. Es la causa de su hostilidad manifiesta. No les resulta suficiente no creer, lo cual debería conducirles a la inhibición del menor interés.”
¿Vería usted mas lógico que no PENSÁRAMOS en algo que ha manejado los hilos de la historia por el mero hecho de que incomoda a quien es creyente? La religión trasciende voluntariamente del ámbito sagrado.
Señor Galbis, la mayoría de no creyentes no distinguimos muy bien la “flota” Vaticana de cualquier otro partido político, porque ese es su comportamiento actual y pasado, el de un partido político.
Supongo que entrará en este texto a comentar el líder espiritual por excelencia de Novelda, el Señor Pellín, muestra de afecto por la humildad, la caridad, la modestia y sobre todo, por el amor al prójimo. Pregúntele a él porque tengo que verlo diferente de un líder político cuando su principal dedicación es esa, la política, legítima pero, eso es seguro, no dictada por dios.
Si dice usted que dios habita en mi, viniendo el comentario de usted y su forma de ver el mundo, solo me queda agradecerle que me vea usted con tan buenos ojos. Yo no divido el mundo entre creyentes y no creyentes, sino entre buenas y malas personas, y aun así, me consta que quien es bueno hoy, quizá mañana deje de serlo.
Si seguimos así llegaremos a la conclusión de que la existencia de dios es cuestión de semántica, usted le llama dios y yo lo desconocido, no tengo prisa ni necesidad de adelantar acontecimientos. Pero en el fondo, lo que alberga todo esto, es la esperanza HUMANA de un mundo mejor
Un abrazo mayor para usted.
Alicia, amén a su comentario.
Señor CLIN. le agradezco mucho su comentario sobre mi persona. Usted me debe conocer, por mi pasan muchas personas de casi todas las religiones,y no les he preguntado nunca jamás si son catolicas o no,solo en que les puedo ayudar,razón que me llena sobradamente y espiritualmente, ya que yo, sin tener, tengo para ayudar al más necesitado,crea en Dios, o no. Un saludo afectuoso
Señor Clin. saludeme algun dia, le dare un fuerte abrazo. Jose Maria..
Gracias, amigo Claudio. Siempre cuento con tu comprensión y gentileza.
Un abrazo
Luis