La vida en mi ventana
He visto una secuencia de más de cuarenta años desde una misma ventana. Como si se tratase de una larguísima película, de una toma que no acaba nunca, de un sueño del que no podemos despertar. Desde esa ventana veía pasar a padres acompañando a sus hijos al colegio. Hoy son aquellos hijos quienes se han convertido en padres que llevan a sus niños a la escuela. Una señal de que la vida se repite, de que, a pesar de toda esa modernidad tecnológica que parece habernos asaltado de repente, el fondo de las cosas, la humanidad de nuestros actos, sigue intacta. La ropa de esos niños en su caminar educativo ha cambiado. Pasa la juventud como pasan las modas. Pasa la infancia como se desvanece el otoño. Y pronto llegamos a una época de la vida en la que ya no existen más modas que lo que verdaderamente nos gusta, a esa época en la que el invierno (la estación más fría y quizá la más triste) parece adueñarse de todo nuestro espíritu.
Es cierto: aunque parece que todo ha cambiado, en realidad el fondo sigue igual. La casa vieja de enfrente es la misma, con el mismo desconchado en la pared, idénticas las sombras que proyecta al amanecer. Sobre la chimenea, el mismo dibujo de hierro forjado, el mismo crepitar de la madera ardiendo. La misma ventana. Desde ahí, mirando al cielo, la música de The Beatles o de la E.L.O. era el mejor modo de transportarse a otro mundo. En aquella época en LP, luego en CD, pero con la misma emoción de que esas armonías, de que esas melodías eran capaces de hacernos creer que estábamos en otra tierra, en otro tiempo, de que vivíamos en un mundo en paz.
Hoy, por esa ventana que ahora miro, las golondrinas pasan igual de veloces, igual de melancólicas y poéticas. El batir de sus alas es inmenso, único. No son las mismas que aquellas que me hacían soñar hace cuarenta años, por supuesto, pero me da tranquilidad saber que, a pesar del tiempo, hay todavía cosas que no cambian para nada. Es una quietud sincera, como la de ver que, aunque haya podido modificarse algo de esta casa y de esta ventana, la manera de asomarse y, lo más importante, quien se asoma, sigue siendo el mismo.
Me reconforta tener este idéntico escenario en la vida durante tanto tiempo, me da seguridad. Ya sea con dictadura, con democracia, con crisis o sin crisis. Ya sea enamorado, triste, contento. Me relaja saber que todo seguirá ahí cuando me vaya, pero diferente, porque faltarán los ojos de quien mira, que es, en realidad, lo que hace importante y da valor a los objetos. Todos y cada uno de nosotros tenemos la grandeza interior de poder mirar la vida, de observarla en su integridad. Y de esa visión nace la felicidad: de uno mismo, de lo que vivimos, de lo que hemos escuchado, de nuestras sensaciones. No podemos traicionar nuestra propia felicidad. No podemos traicionar nuestras ideas.
Desde esa ventana particular, desde ese mundo único e infinito por el que apreciamos la vida, debemos comprender también que no solo hay que resignarse a mirar y contemplar: hay que actuar. Hay que soñar. Hay que vivir. Hay que ser actores de otras ventanas.
Aunque es mi jefe, y suena o me suena a peloteo , tengo que decir que me ha emocionado esta reflexion, es mucho , mucho mas profunda de lo que parece…necesitamos una referencia un escenario fijo, aunque sea inventado, no podemos estar dando bandazos o peor cogiendo los caminos que nos convienen en cada momento dependiendo del interes, esos caminos siempre conducen al abismo, NO TRAICIONES NUESTRAS IDEAS, eso es lo importante, y nuestros «lideres» politicos deben tomar nota, ….ESTAMOS YA cansados de tanta mentira de tanta falsedad, de tanta riña tonta, riducula, mientras el pueblo de va a la mierda…creo que solo encontraremos una salida a esta situacion de crisis entre el propio pueblo, entre nosotros, los que mandan ya han traicionado sus ideas por su propio interes, igual me da hablar de Mariano, de Rafael, de Milagrosa, de Victor o de los carrilis-bicis… estamos decepcionados, tiene que entrar otra gente….Jesus? por que no?
«no solo hay que resignarse a mirar y contemplar: hay que actuar. Hay que soñar. Hay que vivir. Hay que ser actores de otras ventanas.»
Ánimo, sé consecuente con tus ideas. Seguro que seremos muchos los que te apoyemos.
¡Animo Jesús tú sí que serías un buen alcalde para Novelda!, el pueblo está contigo.
Me parece un artículo con un mensaje bello y optimista. Me ha gustado mucho esa especie de salto que das en el tiempo, del ayer al hoy, para recordarnos que la vida es como un todo que se repite, más allá de las circunstacias y de las condiciones que en cada momento se dan.
Un artículo sentido y escrito desde una reflexión que llega al interior de la persona, y la toca.
Un abrazo, Jesús, y ffelices fiestas.
Este es el articulo que echamos de menos, corazon y razon juntos, y no los rollazos que meten algunos llenos de rabia y odio, Felicidades Jesus y tu lado poetico, que tu ventana siempre este abierta.
No hay mejor ventana que unos ojos que buscan, que acarician el paisaje con su mirada. Al alba, el sol ilumina el rocío para llenar de aromas nuestros recuerdos. Ya la noche, la luna llena es el reflejo más hermoso que existe de luz ajena. Y tiene vida la noche. Y somos protagonistas de todo ello. Vinimos al mundo para volar. Como tus queridas golondrinas, reloj de un tiempo que parece no pasar nunca, pero que nunca se detiene. Es vértigo la mirada atrás, ya desde una respetable altura, menos la mía que la tuya, pero altura al fin y al cabo. Es tanto lo aprendido y lo errado, que quisiera yo, amigo Jesús, que a ti y a mi, y a tantos seres amados, nos quedara, por lo menos, otro tanto.
Feliz año 2011.
Cierto es que, en estos días en los que nos encontramos, independientemente de valores religiosos, nos invitan a una reflexión como la que nos hace el autor de este artículo.
La vida es un soplo, tanto que, en darnos cuenta, serán ya nuestros propios hijos los que acompañen a los suyos por el sendero de la existencia. Y parece que fue ayer, si, cuando empezábamos a ser conscientes de lo efímero que es todo.
Hemos de esperar que, por lo menos, al partir, nuestros seres queridos guarden un bello recuerdo de nuestra corta estancia, y al evocarnos, esbocen una sincera sonrisa cargada de amor en su rostro.
enhorabuena, Jesús, redactas muy bien…. transmites una mezcla de serenidad y ternura
NO PERDER las referencias , esa es la clave, sea una ventana o una musica determinada, o lo que sea, pero saber siempre de donde venimos y a donde vamos….
Muchas gracias a todos…
Gracias Claudio Rizo, me encanto el primer articulo y desde entonces soy un seguidor tuyo , te deseo que te animes y que tengamos la suerte en Novelda de tener un gran escritor.
A Alicia es verdad lo que dices, la ventana es un refugio , un respiro , una vuelta a mi vida real, un camerino donde desmaquillar nuestras vidas de mentira.
No desesperes y no tengas miedo de vivir un año nuevo mas , al contrario, piensa en la suerte que tienes de poder aprender un poco mas de los exitos y de los fracasos tambien, un reves en la vida es una oportunidad de aprender mas y salir reforzado, los fracasos se reflexionan mas que los exitos, que no dejan de ser una borrachera pasajera y tras lo cual no queda nada…
Perdi el miedo a mostrarme como soy despues del Betania 06, cuando tuve la oportunidad de conocer a tanta gente de Novelda interesante y que por la prudencia y la mania de los pueblos, solo me cruzaba un hola y adios..me di cuenta que tenemos que abrir el corazon y la mente a las personas que nos rodean, y asi tener la oportunidad de conocer tu tambien a los vecinos que compartimos la existencia( por ejemplo ahora a ti), por eso muestro mi ventana sin miedo y respetando al que no piensa como yo…muchas gracias por tus comentarios tan bonitos me han emocionado.
Ha sido desprendido por tu parte compartir en un medio público, una reflexión que yo catalogaría de intima y personal.
Es un artículo que delata tus miedos e inseguridades, sufragadas por la ventana que tantas imágenes serenas a lo largo de los años, te ha regalado.
Muchos de nosotros hemos perdido la conexión con el pasado, pero contamos con recuerdos alojados en nuestro interior, que por desgracia se vuelven cada vez más borrosos.
Un empresario nos lo imaginamos frio en apariencia y no esperamos que se mueva por los dictámenes de su corazón, pero tú, no dejas de sorprendernos, al igual que nos sorprenden personalidades que en teoría, por su trabajo o vocación, presuponemos deberían demostrar sensibilidad, pero que sin embargo, manifiestan lejanía y rigidez en su forma de escribir.
Nos ofreces un ejemplo a seguir, haciendo uso del corazón, sobre todo, porque la mayoría andamos sumidos en la desesperanza y nos aterra no encontrar el talante para afrontar y soportar un año más, con las mismas e invariables dificultades.
Tu ventana te sirve de refugio, cuando necesitas recuperar la esencia de lo que eres, demasiado solapada a veces, por las responsabilidades que crecen con los años, sin apenas darnos cuenta, inmersos en la ardua tarea de vivir.
Los compromisos y el saber estar, salvaguardando continuamente la envoltura, nos obligan a despojarnos de la fragilidad individual, pero tú tienes el rincón de tu ventana donde contemplar la vida, sin sentirte aislado del todo.
Un abrigo donde volver a encontrarte contigo mismo, que te permite recordar quién eres, lo que quieres, y hacia dónde vas, con la tranquilidad de retornar al amparo de tus raíces.
Desde el corazón… y desde todas las ventanas… FELIZ AÑO NUEVO, A TODOS.
Ciudadano Kaín: su comentario me ha traído a la memoria algunos versos de las «Coplas por la muerte de su padre» de Jorge Manrique (S. XV). Le felicito por su prosa.
El poeta tenía clara la causa final de la vida.
Escribe vd: «…al partir, nuestros seres queridos…». Agradecería saber si nos puede ilustrar sobre a dónde parten.
Muchas gracias y Feliz y Santo Año Nuevo.
Padre, voy a ser muy escueto, porque, al buen entendedor…
Nos pasamos la vida buscando fuera, aquello que en realidad, poseemos en nuestro interior. No se trata de indagar hacia dónde vamos. Sino, más bien, de dónde venimos. Ya que, será allí, a donde volveremos de nuevo. Esto último está más cerca en el tiempo, y, poseemos facultades innatas más que sobradas para poder ver la luz al final del camino.
Llámelo como quiera. La verdad, padre, no es patrimonio de ninguna religión, ni de obra realizada por hombre alguno. El Universo no entiende de egoísmos, ya que él, en sí mismo, lo es todo. Cada uno de nosotros, finalmente, sabremos hallar el sendero de retorno, no importa el tiempo, ni las existencias necesarias para ello.
Feliz año, de corazón.