Lo que para unos es normal, para otros es jugarse la vida
Acabamos de celebrar la Semana Europea de la Movilidad. Pero no todos. Hay muchas personas, conciudadanos nuestros, a los que vemos, y con los que nos cruzamos diariamente cuando realizamos nuestras tareas cotidianas más simples, que no gozan de las mismas oportunidades que nosotros para llevar a cabo una cosa tan esencial como es desplazarse con normalidad. Son las personas con movilidad reducida.
Desde hace años, la conciencia cívica de los ciudadanos, ha llevado a los legisladores a promulgar leyes que regulen la supresión de barreras en el marco de las nuevas y antiguas edificaciones, en el urbanismo público y en el transporte, para que se facilite la integración social de los minusválidos.
En el ámbito privado, las comunidades de vecinos, los propietarios de locales de ocio y comercios antiguos y los transportes, deben hacer un esfuerzo por adaptar sus instalaciones a la normativa de movilidad reducida.
Pero la mayor responsabilidad recae en los políticos, funcionarios responsables de comprobar que se cumple la Ley vigente de accesibilidad y la policía municipal. Es hora de que la discapacidad deje de ser un problema personal y pase a ser un problema que afecte a la sociedad en su conjunto, solo así se podrá conseguir la total integración de las personas con discapacidad en una sociedad que en ocasiones le es más cómodo mirar para otro lado.
Novelda no escapa a la culpabilidad de no ofrecer a las personas con movilidad reducida las facilidades que por ley le corresponden. Los ciegos, los nuestros, los de Novelda, dependen de la buena voluntad de sus conciudadanos para poder pasar por un cruce de semáforos. Los semáforos en Novelda, no todos están adaptados con la señalización acústica necesaria, las aceras son en muchas de las calles insuficientes para el paso de un ciego con su acompañante, y a menudo alojan impedimentos como toldos bajos, señales de tráfico, pilones urbanos o el suelo irregular y en malas condiciones, agravándose la situación por parte de los ciudadanos que en multitud de ocasiones obstaculizamos las aceras dejando bicicletas, motos, carritos de compra, etc.
La odisea de desplazarse por Novelda con una silla de ruedas y evitar poner la vida en peligro. Aceras estrechas y con el suelo en malas condiciones, insuficiencia de rampas para subir y bajar de las mismas, y en algunos casos donde ya existen, falta espacio para maniobrar sin tropezar con la pared de la fachada, pasos de peatones sin conexión directa con la rampa de acceso a la acera, y la falta de espacios de aparcamiento reservado a minusválidos, con la conciencia de los ciudadanos de no utilizarlos ni aparcar delante de las rampas de acceso a las aceras. son algunos de los inconvenientes habituales.
Y qué pasa con las instalaciones deportivas. Últimamente estamos viendo abrirse una nueva puerta para el deporte de discapacitados en Novelda con las actuaciones de Luis Antonio Tomás en baloncesto y atletismo, pero ¿cómo pueden entrenar?, ¿dónde pueden entrenar?, ¿en que pistas y vestuarios pueden competir?, otra asignatura pendiente y a tener en cuenta para las nuevas y venideras instalaciones deportivas.
Qué decimos del Casino. Una institución de renombre en nuestra ciudad, que tiene que aguantar la vergüenza de que sus socios, invitados o visitantes con discapacidad, no puedan acceder a sus instalaciones en pleno siglo XXI donde hay multitud de posibilidades técnicas para realizar las adaptaciones necesarias.
No culpabilizamos a nuestros políticos por lo que no se ha hecho en el pasado, tampoco había conciencia ciudadana para ello, pero sí ahora les exigimos que actúen con contundencia para eliminar obligatoriamente y siempre que técnicamente sea posible las barreras arquitectónicas existentes y la adaptación a la movilidad reducida, y no se autorice ninguna obra pública o privada que no esté adaptada para minusválidos.
Totalmente de acuerdo. Bueno, añadiría a tantos peques que tienen que ir en carritos impulsados por pa/Ma/dres, abuela/o/s, que muy a menudo las pasan canutas para circular por aceras y calles. A ver si de verdad podemos tener una Novelda de libre movilidad.
Me sumo a todo lo que se dice en la editorial, es impresentable que aún hayan locales en Novelda que no pluedan acceder los minusválidos. Lo del casino es de juzgado de guardia, si después de esta editorial no adaptan los accesos a minusválidos es para borrarse de socio.