CAM, utopías conseguidas
En 1971, John Lennon publicó su segundo álbum en solitario, «Imagine». La canción que abre el disco nos invita a vivir la vida en paz. «Imagine all the people living life in peaceÉ». No debería de ser muy complicado. Al menos, así nos lo parecía en aquellos años que anticipaban el espíritu de nuestra transición. Hoy, casi cuatro décadas después de aquel himno de Lennon, su utopía sigue siendo el sueño imposible de los pueblos, el asunto pendiente de las civilizaciones.
Nuestro mundo actual sigue pecando de avaricia, de envidia, de codicia. Y la excusa de que acabamos de empezar un siglo nuevo pierde valor a medida que pasan los días. No hay excusas que valgan: la crisis económico-financiera que azota al mundo desde la columna vertebral que supone el pueblo está poniendo en evidencia, cada vez más, a nuestra clase política. Lo hemos comprobado en estas pasadas elecciones europeas. Los dos partidos mayoritarios de nuestro país han pasado una campaña intentando zancadillear al oponente, mirándose el ombligo de los propios asuntos y preocupados únicamente en dos cosas: ganar y hacer perder. Es la democracia mal entendida, la democracia del odio y del camino a la perdición. De esa forma, todo el progreso de la sociedad se frena, apostándose por el egoísmo, los intereses personales y la irresponsabilidad. Lennon también lanzó una metáfora sobre eso: «Imagine all the people sharing all the world». Imagínate a toda la gente compartiendo el mundoÉ Inexplicablemente, el mundo elige a los políticos, y los políticos se olvidan después del mundo, alejándose de la realidad que les ha situado en sus sillones. Sus vidas intramuros, en coches blindados y cristales dobles, son unas vidas sin paro, sin problemas a final de mes, pero con las fronteras personales de quien se considera inmune a todo, de aquella persona que, estando rodeada de aduladores y falsos amigos, no encuentra a quien llamar cuando se siente solo.
Nuestro mundo actual parece carecer de valores, de metas, de sueños por cumplir. Aquellos líderes que deberían tomar el timón del barco, navegan en aguas turbulentas, más preocupados por sus luchas internas de poder y porque la mano izquierda no sepa nunca lo que hace la derecha.
En un mundo así, tiene muchísimo más valor el acuerdo alcanzado por el Partido Popular y el Partido Socialista para elegir a Modesto Crespo como nuevo presidente de la Caja del Mediterráneo. Su nombramiento nos lleva a pensar que quizá sí existe ese espacio común que demandan las utopías, ese lugar donde las opiniones enfrentadas encuentran el punto de unión que las estabiliza y calma, el lugar exacto donde dos ideas contrarias se funden para canalizar todas las fuerzas y llegar a una misma meta. La CAM ha demostrado que puede convertirse en ese espacio común. La CAM ha conseguido que los dos partidos dejen atrás sus intereses políticos eligiendo por unanimidad a un nuevo presidente, iniciando de este modo una nueva etapa que se augura, así lo esperamos al menos, llena de consensos generales que redunden en el beneficio general, y en beneficio también de los empresarios, para que sigan invirtiendo y vuelvan a crear empleo. La economía lo merece. Y quizá esos consensos tomados desde el consejo de la Caja del Mediterráneo tengan su repercusión en la vida política, logrando que ese espacio común inicial llegue a ser el fiel reflejo del día a día en las Cortes, las diputaciones provinciales y los ayuntamientos. Eso es lo que esperan los ciudadanos en estos momentos tan difíciles.
La canción de John Lennon terminaba con un sugerente «espero que algún día te unas a nosotros, y el mundo vivirá como uno». En estos tiempos que corren, no podemos seguir navegando en ríos distintos: hemos de buscar el punto de unión, la excusa que nos haga modificar nuestro rumbo para buscar la fuerza común.
La Historia nos ha demostrado que en todas las guerras siempre ha habido un mismo vencido: el pueblo, los trabajadores, aquellas personas que han perdido ya toda esperanza. Los partidos políticos de nuestra Comunidad Valenciana han hecho, por fin, algo por esas personas: han dejado atrás todas sus guerras, internas y externas, para buscar un acuerdo que refrende al presidente de la empresa más grande de la provincia de Alicante, y el octavo grupo financiero español. Se ha conseguido una utopía que parecía impensable e inalcanzable hace unos años. Se ha visto que puede haber consenso entre los dos partidos políticos mayoritarios, y eso se puede extrapolar a todas las instituciones públicas. Es un primer paso, por supuesto, pero alimenta con hechos palpables los mejores sueños de utopía, la esperanza innegable de que el espacio común se puede conseguir, de que John Lennon estaba en lo cierto: podemos lograr que la gente viva finalmente en paz.
Todos los miembros del Consejo de la Caja del Mediterráneo estamos orgullosos de este acuerdo y esperamos que el nuevo presidente sea el máximo valedor de este espíritu de concordia, progreso y éxito.
Jesús Navarro Alberola
Qué lástima que Moody’s no participe de la misma euforia… ¿Habrá rescate? ¿finalmente pagará «el pueblo, los trabajadores» con sus impuestos?
Dar cera, pulir cera, Jesús q se te ve el plumero!!!Gran parte de esta crisis la tienen las Cajas de Ahorro, armas financieras en manos intereses políticos, peligroso q la séptima entidad financiera de España este en manos de los políticos…como tantas otras cajas q han calentando el mercado innecesariamente…