El viejo año que viene

Artículo de opinión de Bernabé Aldeguer Cerdá, Esquerra Unida Novelda

El año 2008 ha sido el año en que se ha profanado la débil y falsa lápida donde los neoliberales tallaron el decreto de defunción de la historia, pretendiendo otorgar a su ideología, y al estado mundial surgido tras la caída del Muro de Berlín, hace ahora dos décadas, signo de perpetuidad, asepticismo-neutralidad político-ideológica y estado natural de la humanidad. Nada más lejos de la realidad. El año 2008 ha acabado con dos zapatazos fallidos lanzados a la cara chistosa, burlesca, de pómulos rojizos y ojos ebrios del Imperio Americano, que desde la escusa, premeditada o no, del 11 de Septiembre, se ha permitido llevar al extremo un plan ideológicamente funesto, anti-humano, y basado en una mezcolanza ideológica en la que confluyen regresión ética y sofisticación material, fruto de la cual han venido siendo la unilateralidad internacional, la explotación de la Humanidad en términos éticos, materiales y medioambientales, y la guerra, también privada –blackwater-, como vía de escape y herramienta necesaria de un sistema económico inherentemente insaciable e indecente: el sistema capitalista.

El año 2008 ha sido el año en que la izquierda ha tenido, y tendrá cada vez con mayor intensidad, la oportunidad, de mostrar a las sociedades occidentales, la imagen que se refleja en un espejo que vomita imágenes horrorosas de este planeta, y no precisamente porque el espejo ideológico de la izquierda resulte anticuado y distorsionador, como así muchos lo pintan, sino porque el objeto reflejado no deja lugar a dudas de atrocidad e irritación. El sistema capitalista es el sistema de la concentración del capital, en el que no cabe lugar para la emancipación humana, para que los seres humanos elaboren un objetivo y lo consigan sin estar sujetos a un entramado de engranajes diseñados para que el capital vaya a parar a unos pocos a costa del hambre, el padecimiento, el expolio natural y la explotación humana. El año 2008 ha servido para que en nuestro país la izquierda recupere su identidad a través de una renovación-recuperación del proyecto y un rescate del espacio natural, presente, existente en el espectro ideológico español. Con la designación de Cayo Lara como coordinador general de la tercera fuerza política de España a nivel electoral, y la última de las fuerzas políticas parlamentarias: la vergüenza antidemocrática de nuestro sistema político y electoral en toda su expresión y naturalidad.

El año 2008 ha sido el año de Marx. Pero deben haber aparecido muchos Carlos Marx por ahí, sin duda alguna distintos del verdadero, pues señalan los analistas políticos y tertulianos pagados por los imperios mediáticos, el uno afín al régimen social-liberal de Zapatero y el otro pagado por los negocios multimillonarios del entramado ultra-católico, que Sarkozy, Obama y el resto de líderes políticos que pretenden alimentar con los fondos de los pobres las arcas de los ricos ladrones, se han hecho marxistas, comunistas. ¿Cómo que marxistas? ¿Articular ayudas estatales para revitalizar el capitalismo es ser marxista? ¿Poner a disposición de las entidades-eje del sistema económico capitalista el dinero de los contribuyentes que pagan los impuestos (que son los pobres) es ser marxista? No, ser marxista significa caminar hacia la nacionalización de la banca, liquidar los paraísos fiscales, establecer un impuesto fuertemente progresivo y un impuesto que grave las operaciones financieras a nivel internacional, abolir el derecho de herencia, dotar de igual obligación y derecho de trabajar a todos, hacer de la vivienda y los alimentos básicos una responsabilidad estatal y no un negocio lucrativo-especulativo-mafioso, establecer una educación pública y gratuita para todos los niños, eliminando el trabajo infantil en las fábricas en su forma actual y unir la educación a la producción material. Esto es ser marxista, y muchas de estas propuestas las copiamos del Manifiesto Comunista, que como toda la obra de Marx o Lenin, nos sirve para interpretar el mundo actual y las relaciones de explotación establecidas en el modelo económico y social capitalista. Hay que recuperar a Marx, porque, como de él –del marxismo- diría Sartre, es la “filosofía viva” de todos los tiempos, la que, pese a las falsas y débiles sentencias de muerte de la historia (y la historia es una lucha de clases) decretadas por los gurús del Imperio, desde Fukuyama hasta Huntington pasando por otros tantos neocons, nos permite articular, con las debidas actualizaciones adaptadas a los cambios operados en estos ciento cincuenta años, una solución imperecedera, y esa sí será la de la superación de la historia como historia de lucha de clases.

El 2009 será el año de la crisis de las bases populares de occidente y de los países africanos y asiáticos en su conjunto, sumidos en la pobreza. Será el año de las epidemias mortales fruto de la disminución en las dotaciones destinadas para cooperación internacional y el año del hambre y la muerte allí donde las guerras se ocasionan para extraer de los países sede de los recursos naturales más ricos y genuinos, los minerales (coltán o uranio, entre muchísimos otros) y el petróleo que aquí nos sirven para sostener unas relaciones de consumismo ficticias sustentadas en la superficialidad y la satisfacción de banalidades erigidas a estatus de necesidad. El año 2009 debiera ser también el de la insuflación de autoestima ideológica por parte de las fuerzas de izquierdas frente a un proceso infeccioso en el que las instituciones nacionales e internacionales, dominadas por el social-liberalismo más laxo y el neoliberalismo más salvaje, se encuentran seriamente dañadas por la vorágine de intereses económicos enquistados en las pautas del sistema capitalista y secuestradas por las entidades empresariales multinacionales que diseñaron la globalización, desintegrando los Estados, el derecho que los configura (el derecho laboral, entre ellos) y la democracia que los ha de regular; ahondando en las desigualdades sociales; boicoteando los intentos de revolución social y política registrados en el planeta (véase Venezuela) mediante una maraña hipócrita de medios de comunicación sustentados por oligárquicas redes económicas que no escatiman en manipular y llamar por nombres erróneos procesos políticos dotados de entidad propia y que, por mucho que les pese, encuentran señas de identidad más allá de un occidente que no ha sabido aprovechar sus magníficos resultados históricos y que los ha vendido por poco (ya sabemos aquello de la disminución de costes) al libre mercado que ha llevado a la ruina este planeta. Así no podemos continuar. Ese otro planeta en el que se puede pensar y en el que todos desearíamos vivir es el planeta que necesitamos y en el que la utopía se proyecta como realidad futura, no como “ningún lugar”, sino como “ningún lugar todavía”. Todavía, todavía. Que cada cual viva el nuevo año como quiera, si puede, en un espacio donde apenas uno puede decidir algo, y sin embargo todo lo puede conseguir. Lo podemos conseguir. Salud.

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1 COMENTARIO

  1. COMO COPIADOR ERES LO MEJOR VISTO. LASTIMA DE INTELIGENCIA,A LDECIR ESA GRAN CANTIDAD FALOFIAS ROJAS. MEJOR DEDICATE A IR PRIMERO A LA ESCUELA.AH, Y COPIAR ES DE MALOS APRENDICES….

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