Artículo de opinión de Gonzalo Maluenda, secretario ejecutivo del Partido Popular de Novelda
Hace pocos días se presentó el Proyecto de Ley de Presupuestos Generales del Estado para su discusión y su aprobación, tras la “compra” de apoyos regionales, por el Congreso de los Diputados. Como cada año el Estado prevé una serie de ingresos y nos dice en que se lo quiere gastar. Pero no solo tienen esta función los presupuestos sino que son un magnífico timón para que el gobierno capitanee la nave de la economía nacional hacia el puerto que desee. Por ejemplo, en las primeras legislaturas populares, hemos visto presupuestos austeros en el gasto para arreglar el desaguisado que, curiosamente y con la ayuda de otros, dejó el actual ministro de Economía, Pedro Solbes. En otros momentos, cuando la economía española gozaba de excelente salud, los presupuestos han tenido una línea clara de consolidación de la rebaja de la presión fiscal y de garantizar los fondos sociales del Estado. Una línea presupuestaria diferente para cada situación económica diferente y con el simple propósito de generar empleo, riqueza y, la ya tan lejana, bonanza económica.
Todo hacía presagiar unos presupuestos para el año 2009 que ayudaran a pasar la crisis tan profunda que se está instalando en nuestro país y en todo el mundo. Estamos viendo día a día como entidades otrora solventes y que encarnaban la potencia económica por excelencia se están hundiendo. Pero también observamos que todas las potencias mundiales se ponen manos a la obra en, primero, reconocer la profunda crisis y luego hacer lo que creen más conveniente para ayudar a sus economías. El plan de ayuda al sistema financiero americano de George Bush o las recientes medidas tomadas por los gobiernos de Francia, Alemania, Gran Bretaña y hasta de Luxemburgo son una prueba de ello. Pero en España, nada de nada. Las medidas que se están tomando en nuestro país son más que curiosas: para convencernos de que la economía española no va a sufrir la crisis, el Presidente del Gobierno se reúne con miembros de cuarta línea de las grandes empresas americanas para decirle que somos el sistema financiero más sólido del mundo, al mismo tiempo que les pide más inversiones en España (cuando antes se les ha señalado como culpables de todo) o se dedica a meterle el dedo en el ojo sin motivo y sin razón a determinados Presidentes de países vecinos. Todo una lista de medidas. Mientras tanto en España, en el sistema financiero más sólido del mundo, ya existen 2.700.000 millones de parados, la industria del automóvil está viendo como sus ventas se reducen en porcentajes alarmantes, el ladrillo ya no tira de la economía y lo que es peor, ya no crea puestos de trabajo, la deuda externa española es la más grande de todos los países importantes y empiezan a ser conocidas y cotidianas palabras como “ERE”, expediente regulación empleo, o como “concurso de acreedores”, la antigua suspensión de pagos.
Por todas estas razones se pensaba que los Presupuestos que iba a presentar el Gobierno sería un presupuesto acorde con todo lo que está, nos está, pasando. Simplemente con ver las referencias de estos presupuestos en los periódicos especializados o en los de prensa general uno se da cuenta de que esto no es así. “Presupuestos rígidos”, “poco aconsejables para tiempo de crisis”, “presupuestos que generan poca confianza en el futuro”, “poco creíbles” son alguno de los calificativos que ha recibido por los profesionales económicos. Poco a poco y en el debate que se genere en las Cortes los iremos conociendo un poco más pero yo quisiera resaltar tres aspectos que me parecen importantes y que resalta toda la prensa especializada:
• Nos tocará devolver los 400 euros. Esos 400 euros que prometió en su campaña electoral Zapatero nos tocará devolverlos el año que viene. ¿La fórmula empleada? Subo el IRPF menos que lo que suben los salarios y así, al incrementar el tramo por el que se tiene que contribuir, supone recaudar una media de euros lo suficiente importante para que ese importe retorne al Estado.
• Subida del Valor Catastral del IBI. Al hilo de los Presupuestos se prepara una notificación de nuevos valores catastrales para 4,3 millones de viviendas. Subida que se irá manteniendo durante los próximos 10 años, según las reglas de aplicación tributaria del Impuesto de Bienes Inmuebles. Más presión fiscal.
• La Comunidad Valenciana sale perjudicada. Con estos presupuestos la Comunidad Valenciana y, por supuesto, la provincia de Alicante se ve gravemente perjudicada en el reparto de dinero. Se nos sube el importe a ingresar en las arcas estatales pero se reduce la inversión y las diferentes transferencias hacia nuestra Comunidad. Menos dinero para el AVE de lo estipulado, caída de la inversión en Seguridad o el olvido de lo prometido para el Corredor Mediterráneo son algunos de los ejemplos del castigo al que Zapatero somete a una Comunidad que, gracias al gobierno del Partido Popular, tiene unas bases sólidas para poder aguantar con solvencia esta crisis.