Nº 140) Kevin Martínez Bravo (luchador de Muay Thai. Artes marciales).-

Opinión de Vicente Díez sobre deportistas noveldenses

Últimamente se ha publicado en este medio de comunicación la brillante actividad deportiva de un muchacho de la localidad. Está plagada de éxitos y hoy, vamos a conocer algo más de su biografía.

   Nació en el barrio de La Vereda; año 1993 y fue el segundo de la parejita que tuvieron sus padres, Francisco y Presentación. Como antecedentes deportivos familiares, su tío paterno David jugó al fútbol en el Novelda CF y en otros equipos de la zona. Dijeron que «se parecía a Maradona, pero no daba la altura».

   El colegio de Kevin fue el Alfonso el Sabio y allí jugaba al baloncesto; si bien, admite que no era la suyo, pues le costaba llegar a encestar en la canasta, aunque «algunas veces lo conseguía si estaba plantado debajo del aro rival». También jugaba al fútbol actuando de portero contra otros colegios de Novelda. Hasta que un día vio en la tele una película sobre artes marciales y se le abrieron los ojos. En el parque, intentaba imitar ante sus amigos a Gorku y Picolo, héroes del Dragon Ball, en los dibujos animados. Aquello se le quedó grabado y le enganchó.

   Aún no había dejado el fútbol, pues con el transcurrir de unos pocos años, estaba integrado en el equipo base del Novelda CF como lateral izquierdo. Era algo apocado y le molestaban las críticas tanto de espectadores como del monitor y cuando conseguía tocar el balón, lo pasaba rápido a otros compañeros; para él, la presión era insoportable. Un buen día, en el parque encontró a unos muchachos que practicaban la escalada en un rocódromo y le invitaron a incorporarse, lo cual duró unos meses.

   Su padre le apuntó a karate en el gimnasio Sotokan, con un tal Manolo como maestro o monitor y tenía entonces Kevin once años. Tras un año de ponerse el kimono, aquello le gustó, pero su carácter inquieto le pedía algo más dinámico y no tan repetitivo. Su progenitor iba a un gimnasio aspense, donde se practicaban las pesas y el Muay Thai y le acompañó. Todos eran  adultos y Kevin, el único menor. Entre los monitores estaba Dani Botella. El primer día salieron a correr 6 kms. y al regresar, le dieron unos guantes para practicar el Muay Thai. Se ilusionó por ser aquello lo que le atraía y volvió a continuación, entrenando y practicando tres días a la semana.

   Tras un año de aprendizaje, ya despuntaba a pesar de su bisoñez. Vio pelear a su entrenador Dani en un Campeonato de España celebrado en Madrid, adonde fue como uno más de sus fans. Allí vio por primera vez un combate de profesionales, con sus luces; no obstante, Dani perdió a los puntos. Este monitor se trasladó a Tailandia, cuna de este deporte y Kevin se mudó al gimnasio Olimpia, con Yako y Prats. Yako fue posteriormente un buen árbitro y Prats, un gran luchador. Tras un año en el Olimpia, conoció a otros jóvenes de su edad; 15 años. Se sentía seguro de sí mismo y se vio ya capacitado para combatir.

   Su debut fue en el pabellón Camilo Cano, de La Nucía y fue un combate ya pactado de exhibición, sin vencedor ni vencido. Le resultó muy buena la experiencia tanto para Kevin como para sus entrenadores. Incluso Dani Botella fue para aconsejarle, verle y animarle. Su segundo combate se celebró en San Vicente del Raspeig en boxeo amateur, algo muy diferente al no haber otros luchadores de su edad y peso; perdió a los puntos, pues se fajó hasta la última campana. Su rival había sido campeón de la Comunidad Valenciana y les aplaudieron tras la batalla a fondo. El boxeo se practica más en la mitad norte de España, especialmente en Bilbao, donde hay estadios con capacidad para cuatro o cinco mil personas.

   Desde aquello, vino una serie de combates de lo suyo, el Muay Thai, en las provincias vecinas y a día de hoy ha disputado 63 peleas, con un resultado muy positivo: 44 victorias, de ellas 15 por K.O. y 19 derrotas. Dani Botella le pronosticó que algún día iría a Tailandia para convertirse en un verdadero luchador, lo que se conoce como “Nak Muay”.

   Su primer viaje a aquel país del sur de Asia fue en plan turista; entrenando dos días y de visita a las islas limítrofes para una toma de contacto con aquella cultura tan diferente a la occidental. Tras dos semanas, regresó a casa, pero ya era imparable su interés por repetir la experiencia y todo el dinero conseguido o ahorrado fue para pagarse el viaje, con interés en quedarse, aprendiendo y formándose. Aquí tuvo un accidente de motocicleta y sufrió una herida: con la indemnización pudo costearse el segundo viaje y previamente, había trabajado en una fábrica aspense, por lo que añadió sus ahorros al presupuesto para tan largo viaje. Ya de nuevo en el Lejano Oriente, consiguió un contrato con un luchador español, Carlos Coello, de dos meses de duración en su gimnasio. Tras tres semanas, y a punto de celebrar su primer combate allí, falleció el rey tailandés Rama IX, por lo que se suspendió toda actividad deportiva e incluso vestirse de blanco o negro y el combate no se celebró. En el gimnasio le ofrecieron un contrato como luchador de tres años. Ellos se encargaban de buscarle rivales y corrían con el hospedaje y el entreno. Todos los luchadores eran extranjeros, salvo los cuatro monitores. No le gustó aquel gimnasio y otros conocidos de este deporte le recomendaron a Edu, más conocido allí por “Way Kru”, quien le ubicó en otro gimnasio de super estrellas, el “Teded 99”. Lo de costearse todo aquello y la estancia eran a cara o cruz, pues los precios eran caros.

   Consiguió ser campeón nacional en Córdoba (2012) y en El Vendrell (2013), tras clasificarse en el Autonómico y el mismo día, el Nacional. Dos combates con dos victorias en un solo día; el presupuesto de la organización española no daba para alargar más las fechas. Asimismo, el año 2013 peleó como profesional en Aspe contra Sofian, un magrebí al que venció a los puntos y un mes después repitió el resultado contra el mismo rival, por lo que consiguió en título nacional en categoría amateur. Aquel mismo año se trasladó a Polonia para el Campeonato Europeo, aunque una lesión en el hombro le hizo perder frente a un luchador turco.

   Años después (2017) regresó a Polonia, en la ciudad de Broswa, región de Breslabia, para participar en los World Games y en primera ronda combatió contra Tai, venciendo a los puntos. En la segunda ronda, le tocó en el sorteo un luchador coreano y también venció a los puntos. La tercera y definitiva ronda fue contra un luchador de Kazajistán, pero perdió y le otorgaron la medalla de plata. En aquel mismo año, se desarrollaron dos jornadas de exhibición en Novelda, además de ser invitado a presenciar en persona los Premios Nacionales del Deporte en Madrid, presidido por S.M. el rey Felipe VI. Los tres candidatos eran de los más conocidos, como Rafa Nadal y otros similares. Posteriormente en nuestra ciudad, Kevin recibió el nombramiento en la Gala del Deporte, en reconocimiento a su divulgación del nombre de Novelda por el mundo.

   En Tailandia convivía con los propios luchadores; todos eran rivales pero amigos y compañeros de vivienda; algo similar a las películas que hemos visto sobre la convivencia de los gladiadores poco antes de salir al foso romano. Las circunstancias económicas obligaban a ello, pues el presupuesto y los ingresos no eran muy boyantes. Convivía en habitaciones con otros varios luchadores. Téngase en cuenta que un viaje de ida a vuelta, asciende a unos 800 €. y si volvía a España, su sueldo como luchador disminuía, mientras aumentaba el de sus rivales, al permanecer allí. Y en cuanto a datos monetarios tailandeses, un euro equivale a 33 baths. Con 40 baths se puede comer en un puesto callejero, a base de arroz y pollo como principales ingredientes.

   En el mes de Noviembre 2019 acudió en Bielorrusia a los Campeonatos Europeos, consiguiendo la medalla de bronce.

  Calcula que suma dos años de estancia en Tailandia, con los viajes realizados desde la primera vez. Pero a todo emigrante, le llega tarde o temprano la nostalgia de su tierra de origen, siempre que pueda ganarse la vida y parece ser que Kevin pretende quedarse por estas latitudes. De hecho, comenta que “o se queda allí o intenta echar raíces aquí” y quiere comenzar a enseñar como monitor en dos gimnasios que se lo han ofertado; uno en San Vicente del Raspeig, ciudad con arraigo en este arte marcial y otro en Elche.

   En el de Elche, siguiendo una cadena de gimnasios a nivel nacional, Holliday Gim, pretenden comenzar a divulgarlo. Ya hay seis gimnasios de esta cadena en nuestro país y contactó mediante un luchador madrileño, David Guerra, afincado en la ciudad de las palmeras. Por otra parte, el gimnasio de San Vicente lleva tiempo funcionando; su actual dueño y antes monitor, Jesús Mancheño, sabe de Kevin desde siempre y se lo propuso. Nuestro protagonista no quiso antes, por no ralentizar su carrera deportiva, pero ahora lo quiere llevar a cabo y confía en que todo le vaya bien en este ambiente, aunque fuera de la competición, en la que abundan los controles de peso y los entrenamientos. Ahora quiere pasar a ser quien oriente a los iniciados desde el rincón del ring para enseñar lo aprendido y vivido, lo que se conoce como “entrenador de esquina”, y yo añado el refrán de “haber sido cocinero antes que fraile”. Por último, Kevin afirma que ha aprendido algo del idioma tailandés; lo suficiente para comprender el argot utilizado en este ambiente y que allí, casi nadie conoce el idioma inglés, salvo alguien que lo estudie. Mucho menos conocido es el idioma español.

   Concluyo que la impresión que obtuve de él tras la entrevista fue la de un muchacho comedido, educado y tranquilo, todo lo contrario a la de que, a veces, se tenía que los luchadores o boxeadores eran gente marginal y violenta. Desde estas líneas, deseamos la mejor de las suertes para nuestro luchador local de referencia en el Muay Thai, Kevin Martínez.

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