Rafael Herrero Mira – Director IES AJ Cavanilles (Antiguo Politécnico de Alicante)
Desde el inicio de la actual situación que vivimos, los españoles y los europeos en general, nos hemos dado cuenta de las muchas carencias que sufrimos. Por un lado, la brecha digital entre clases sociales y generaciones, y, por otro lado, las consecuencias de la deslocalización de la producción de los productos que nuestras empresas comercializan.
Cuando hemos necesitado una serie de productos básicos como mascarillas, líquidos desinfectantes, respiradores artificiales u otros elementos imprescindibles para poder combatir esta pandemia, nos hemos dado cuenta de la pobreza de nuestro tejido productivo o en el mejor de los casos, de la lentitud de adaptación a la producción de las necesidades de un territorio o un país.
No es objeto de este artículo hablar sobre el buen hacer o no de la gestión de las administraciones gestionando esta crisis. Más bien prefiero ser constructivo haciendo reflexionar sobre nuestra estructura productiva.
Desde la entrada en la sociedad de las nuevas tecnologías y la implantación en la producción de sistemas automatizados de última generación, se están generando unos perfiles profesionales nuevos, a la vez que otros perfiles se están viendo minorizados. Póngase por ejemplo que, independientemente de que el sector de la piedra natural tenga mayor o menor salud económicamente en estos últimos años, un operario que se dedicaba a colocar las losas de mármol en una cinta transportadora y otro que las retiraba de la misma, pueden ser sustituidos por un brazo robot o sistema similar. Y si no se aplican estas técnicas, nos abandonamos a un cese de la actividad por baja rentabilidad productiva frente a la competencia. Del mismo modo, en el plano de la logística, deseamos que nuestro pedido, tanto en el ámbito doméstico o empresarial, tenga unos plazos y costes adecuados y además podamos disfrutar de un seguimiento de la mercancía solicitada. Por lo que sería necesaria una formación específica para los trabajadores del sector de la Logística y transporte. Hace un par de décadas no nos planteábamos estas circunstancias. Pero inmersos en un sistema globalizado, es necesario un nuevo planteamiento de nuestro sistema productivo y en consecuencia del mercado laboral necesario.
Pero esta conversión requiere de cambios sociales y educativos, que pasan por la formación profesional. Bien sea para los jóvenes, dentro de la estructura reglada del sistema de educación, como para los actuales trabajadores de los perfiles en crisis adaptando su experiencia hacia los nuevos puestos de trabajonecesarios del actual escenario productivo.
La formación universitaria aporta riqueza cultural necesaria para el desarrollo humano y conocimientos y técnicas que propician el avance de la investigación y desarrollo. Sin embargo, el mercado laboral es incapaz de absorber el exceso de titulados de este perfil. En muchos casos, ocupan puestos de trabajo de categorías inferiores, para las que no están específicamente preparados, produciendo en los mismos cierto desengaño, frustración o decepción.
Según la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) el 65% de los puestos de trabajo previstos para el 2030 requerirán de una formación profesional y el 35% de un nivel de grado superior. Actualmente en España solo el 33% de la población activa posee dicha formación mientras que en el resto de los países de Europa la tasa es de 46,1%.( +Info en https://www.educacionyfp.gob.es/inee/indicadores/indicadores-internacionales/ocde.html)
Aunque estemos hablando de un horizonte a medio plazo, actualmente ya son patentes las necesidades. Actualmente soy el director del IES AJ Cavanilles de Alicante (Antiguo Politécnico Nacional), en el que además de otros niveles se imparten ciclos formativos de Formación Profesional, de las familias de Electrónica y Electricidad, Informática y Comunicaciones, Mantenimiento e Instalación y Fabricación Mecánica. Puedo afirmar que las empresas pugnan por atraer a nuestro alumnado para que se incorporen a su plantilla por falta de personal cualificado, doblando en muchos casos las empresas demandantes frente al alumnado titulado. Se constata una carencia de titulados técnicos necesarios para el cambio productivo que es necesario en nuestro país. Estos técnicos son los que instalan, fabrican o mantienen los sistemas productivos de la Industria 4.0. O son las personas, que, en el caso de un ciclo sanitario, ejecutan un análisis clínico o fabrican el aparato ortopédico necesario. En definitiva, son los profesionales que realizan la actividad básica e imprescindible para que nuestra sociedad evolucione.
Aunque existió la leyenda negra de los años 80 y 90 en los que se incitaba al alumnado a cursar la llamada FP I (según Ley General de Educación de 1970), porque no era necesario el título de EGB u otras circunstancias, en las dos últimas décadas y con la entrada de la LOGSE, este escenario ha cambiado. Para acceder a un grado medio es necesario tener el graduado en ESO y para un ciclo superior el de Bachillerato o similares. Las competencias profesionales de cada título están reconocidas por el tratado de Bolonia, en el que se establecen para el espacio europeo el nivel de competencias adquiridas, según sea el ciclo de nivel básico, medio o superior.La actual sociedad ya no los trata como unos estudios residuales o para alumnado marginado por cuestiones sociales o culturales. Actualmente goza de unos excelentes resultados de inserción laboral muy por encima de los de los titulados universitarios.Son los estudios profesionales más cercanos a la realidad del mercado de trabajo y dan respuesta a la necesidad de personal cualificado especializado en los distintos sectores profesionales para responder a la actual demanda de empleo.
Son muchas las campañas que, desde la administración, los centros educativos, asociaciones empresariales y otros colectivos promocionan e intentan explicar los diferentes perfiles profesionales. En muchos casos son tan específicos que ni el alumnado o sus familias los conocen, sobre todo en las ramas industriales, como las de IES AJ Cavanilles u otras del ámbito sanitario o sociocultural. Son los estudios profesionales más cercanos a la realidad del mercado de trabajo y dan respuesta a la necesidad de personal cualificado especializado en los distintos sectores profesionales para responder a la actual demanda de empleo.
Desde este artículo deseo exponer la necesidad que tiene nuestra sociedad de estos perfiles profesionales para que podamos mantener el sistema social actual, del que estoy orgulloso, y de la oportunidad que tienes nuestros jóvenes para poder contribuir a ello y poder tener una proyección profesional de futuro.
Plazo de preinscripción: de 17 a 25 de junio
+Info en http://www.ceice.gva.es/es o en http://cavanilles.org/