Artículo de José Fernando Martínez (Charly Rebel)
«Happiness is only a habit»
Prefab Sprout del album Trawl the Megahertz
«Tu padre te quiere, te quiere mucho, simplemente no quiere vivir con nosotras nunca más». Se trata de un fragmento de una conversación de radio en el que la gente llama para contar sus problemas y conseguir algo de consuelo. A partir de ahí Paddy McAloon, compositor musical como pocos, forma una melodía y un texto collage con fragmentos de conversaciones que configuran una de las obras más hipnóticas, tristes y melancólicas que jamás he escuchado. Recrea el dolor del corazón destrozado y los efectos de un fuerte analgésico, bajo cuyo influjo flotan recuerdos y pensamientos inconexos que describen magistralmente esa lucha de emociones dolorosas de la tristeza por el desamor. Se trata de una obra ideal para recrearse usando la imaginación y proyectando sentimientos que teníamos escondidos esperando una banda sonora para salir y curarse.
En el viaje, si te atreves a iniciarlo, ten presente que puedes revivir recuerdos y sentimientos que pensabas que estaban bien archivados; por lo que te aconsejo que te armes bien para el caso de encontrarte con fantasmas imprevistos. También es posible que te duermas porque es como una nana o un sedante musical y la voz recitativa es como muy mesmerizante. En cualquier caso es un buen relajante con influencias de Ravel y Debussy.
Pero si además te atreves con el texto, la aventura puede ser épica. Cosas como anhelar la dicha de tus brazos de alguien que amaste en el pasado; o éstas son las huellas que persigues de un amor imposible; o que lleves siete días en un hotel de París esperando a que empiece tu vida; o de que de una semilla de interés te cultivaría un bosque de afecto; o estoy escuchando la cara del espejo y no me creo lo que me dice, sus palabras son modernas, pero sus ojos lloran en jardines y en grutas desde la Edad Media; o sólo mediante un acto extremo de voluntad, puedo evitar convertirme en un personaje de una canción country, etc.
La felicidad es algo que ha sido o que tiene que suceder, dice mi padre. Con los años cada vez tiene más razón. En cambio mi madre, sin decirlo, ha disfrutado siempre del secreto de la felicidad y lo vive en presente de indicativo. Todos tienen su versión del concepto; pero entenderla como una costumbre la convierte en algo que se puede cultivar, trabajar, y a la lo que se puede llegar a ser adicto y sufrir cuando se pierde porque gran parte del campo cultivado está en otra persona que se ha ido.