En ocasiones me llora el alma
Son las seis de la tarde, el pueblo se vuelve mudo, recorro las calles de “una ciudad sin alma”, las tiendas y los comercios cierran, la hostelería cerrada a cal y canto, ya apenas hay ajetreo de coches ni ir y venir de gentes, a esta fatídica hora termina el trasiego de los enmascarados y enmascaradas para dejar paso a la tristeza de las persianas bajadas y al silencio que envuelve las esquinas y plazas de nuestro pueblo y que da paso a una resignación colectiva que genera costuras en el alma.
En estos días donde se cumplen cinco años de “Sueños de Sal”, el corto noveldense que ganó un GOYA y que su primer eslogan era “Un pueblo que siempre se levanta”, no sabremos si lo podremos cumplir, si en un futuro corto esta Novelda que tanto quiero y admiro se podrá levantar y restablecer la normalidad que teníamos antes del 14 de marzo de 2020.
Quiero ser positivo y pensar que volveremos algún día a esos cafés y carajillos cremaets mañaneros, a ese vermut de medio día, al menú del día o a la carta, a esas meriendas en los bares y cafeterías, o a esa “caña aquí”. Necesitamos que abran los bares, los restaurantes, churrerías, los pubs, las discotecas, karaokes, los salones de juego y todo aquello que sea un lugar de encuentro donde se relacionan las personas, donde nos juntamos para ver y discutir de fútbol o de cualquier otro deporte, donde se hable de los temas más interesantes y actuales del momento, de política, de cultura, de moda, música, o de tantos y tantos temas de los que se habla delante de una barra o sentados en la mesa de un bar. Lo necesitamos, la hostelería beneficia seriamente la salud. Algunas tradiciones son inmunes a los vaivenes de la vida.
Mucho tiempo ya sufriendo casi todos, y digo casi, porque es verdad que la parte sanitaria y el miedo y el dolor a la enfermedad del coronavirus la padecemos todos, a partes iguales, pero luego también es verdad que hay otro sufrimiento tan doloroso como el sanitario que solo lo sufre una parte de la población, el económico. Hay una parte de la población que por suerte para ellos no ve correr ningún peligro ni recortado el cobro de sus sueldos, todos los que cobran de las arcas públicas, el resto, en su gran mayoría estamos “acojonados” después de un largo año de penurias, cierres, reducciones de aforo y limitaciones de horarios. Los autónomos, los empresarios y por ende los trabajadores de todas esas empresas, microempresas y comercios que han cerrado, o que van a cerrar o en el mejor de los casos que van a reducir su volumen de trabajo y sus empleados, llevamos un doble peso de sufrimiento. Impotencia, desesperación e incertidumbre una pesadilla que nos abate cada día, cada noche, en cada momento, pero la cuestión es resistir, nunca desistir. Aunque esto se pone más difícil que poner a rodar una tropa sin púa.
¿Y las ayudas?, lentas y más bien pocas. Salvo los ayuntamientos, que por su cercanía a los ciudadanos hacen todo lo posible por facilitar las cosas y ayudan en lo que pueden, ahora, un año después, cuando van ya más de 100 mil empresas cerradas en su mayoría de hostelería llegan las ayudas de la Generalitat Valenciana. Bueno, más vale tarde que nunca, solo que uno oye los miles de millones que van de un sitio para otro, de Europa a España, de España a las comunidades y de las comunidades a los pueblos, y al final, a quién le toque, que no todos son ayudados, seguramente esas ayudas se le quedan cortas para el año que llevamos y las pérdidas acumuladas que nos arruinan. Ya veremos cuando el 31 de mayo terminen los ERTES y nos pongamos a hablar de los ERES. Hace mes y medio todos a una deseábamos que terminara el año 2020 y olvidarlo, pero visto lo visto, yo ya quiero olvidar el 2021.
“Pincha” el plan de vacunas
Hoy hemos oído en los telediarios que se alcanzaba el millón de personas vacunadas. Pues si en más de mes y medio solo hemos vacunado a un millón de personas y somos 47 millones en España, a poco que sepamos sumar tardaremos mucho más del verano, como dijo el presidente Pedro Sánchez a estar como mínimo el 70% de los españoles vacunados. Está fallando mucho el suministro de las farmacéuticas a los países de la Comunidad Europea, parece ser que no están cumpliendo con lo acordado, por lo que, ahora las esperanzas de conseguir iniciar una vacunación masiva, según dijo el President Ximo Puig, están puestas para el mes de abril con la llegada de otras marcas. Bueno, pues a esperar a ver si nos pinchan y cuando nos pinchan. Mientras tanto, seamos responsables y no como estos capullos integrales del espíritu nacional que van a las fiestas ilegales, que cuando esto pase, todo será “mel de romer”
Paso, que vienen los listos
Sí, los listos. Más de 700 aprovechateguis (200 en la Comunitat Valenciana) se han saltado la cola de la vacuna como el que no quiere. Vaya, 700 colones entre 47 millones no tienen mucha importancia, la importancia la tiene quienes son los colones. Alcaldes y alcaldesas, matrimonio de alcaldes, concejales y concejalas, altos cargos y funcionarios de confianza, políticos todos, obispos con hermanas y cuñados incluidos, capellanes, todos del clero, la cúpula militar, sindicalistas liberados, fiscales y familia y médicos que ejercen solo de políticos. ¡Hay que joderse! Argumentos estos que si viviera el director y cineasta Berlanga haría una buena película de las suyas. Lo gracioso es que según los pillados, todos pasaban por allí y sin ellos querer los llamaron y casi a la fuerza les pusieron la vacuna. Yo, por lo menos a los de la Comunitat Valenciana aparte de que pidan perdón y dimitan de su puesto público les pondría como penitencia aprenderse de memoria todo el repertorio de El Titi y el de Rosita Amores. Qué vamos a hacer, ¡Somos españoles! Por cierto, en Novelda no sabemos de nadie que se haya colado ¡Viva Novelda!
Fe de errores
La información publicada en la pasada edición de enero de 2021 referente al padrón municipal es errónea (página 2 y 3). La población total de 2019 corresponde a 25.846 habitantes, por lo que Novelda aumenta en 2020 su población en 31 habitantes.