Como cada año en estas fechas, me gusta repasar mi agenda y repensar tantas vivencias que me han acompañado a lo largo de doce meses. De pronto me invade la necesidad de recordar qué de bueno nos deja el año que se acaba y tomar nota de lo que quiero llevarme conmigo para el que está por llegar.
Sorprende ver cómo la perspectiva del tiempo cambia la percepción de las cosas. Y, como si fuera una lectora ajena a mí, releo reuniones, viajes, eventos y proyectos que fueron bocetos en papel y que hoy ya son una realidad.
En la mochila me llevo momentos mágicos, como las “nits del Castell” disfrutando de la música y la poesía entre las murallas del Castillo de la Mola, el cine a la fresca en las noches de verano y la “Música al parcs” del Casal de la Juventud.
Me llevo un trocito de la historia de nuestra ciudad y nuestra comarca, el Vinalopó, tierra de retaguardia durante la Guerra Civil Española. Una época trágica pero que debemos conocer para entender nuestro presente y que, además, nos dejó la huella de dos fábricas de armas y más de una decena de refugios antiaéreos.
Las primeras jornadas de Memoria Democrática nos dieron la oportunidad de aprender un poquito más sobre nosotros. Me llevo el Sant Jordi con escritores y escritoras locales, y aquella mañana en la biblioteca hablando de literatura, libros e ilustraciones.
Me llevo a mis chicas y chicos del Consell de la Juventut por todo lo que me enseñan y quienes tanto admiro. Me llevo la explosión de modernismo en las calles durante Novelda Modernista y el orgullo de poder disfrutar en nuestra ciudad de maravillas como la Casa Museo Modernista, el Casino de Novelda, el Centro Cultural Gómez-Tortosa, la casa de la Cruz Roja, y por supuesto, el Santuario de Santa María Magdalena, obra de José Sala.
Me llevo la exposición sobre José Sala, figura clave en el modernismo Noveldense, y a todo el equipo que la hizo posible. Me llevo también a Antonia Navarro, La Pitxotxa, porque han hecho falta 100 años para que podamos acercarnos a ella con una mirada feminista y valorar el carácter innovador de una mujer emprendedora, que dejó un legado único en la arquitectura modernista de nuestra ciudad.
Me llevo la satisfacción de pertenecer a la gran familia socialista y compartir el camino con un equipo que trabaja duro para mejorar la vida de las personas. Compañeros y compañeras que están en primera línea dando fuerza al proyecto y haciéndolo posible. Me llevo el cariño que ponen en su trabajo tantas personas con las que me relaciono a diario; técnicos, periodistas, asociaciones culturales, sociales, musicales, comerciantes, comisión de fiestas, voluntariado…
Me llevo el verano que nos devolvió a las calles y trajo consigo la música, el teatro y la alegría, y el haber tenido la fortuna de compartirlo juntos.Me llevo, también, el deseo de que en vuestra mochila os llevéis un poquito de todo esto. En mi nombre y en el de todo el Equipo de Gobierno, ¡Feliz Navidad y Próspero año 2022!