A medida que se van celebrando los plenos ordinarios mes tras mes, parece que nos encontramos sumergidos en una espiral que se repite y repite como en la película de “El Día de la Marmota”. Mes tras mes seguimos con las famosas e interminables modificaciones de crédito que se repiten sin cesar, y todo ello para poder adecuar un presupuesto que, día a día, se va modificando según van saliendo las subvenciones o no, y todo ello porque éste equipo de gobierno y su famoso proyecto de ciudad no existe como tal, sino que se convierte en un proyecto cuando se anuncian las posibles subvenciones y, posteriormente, se vende a bombo y platillo como un gran trabajo de gestión.
Cada vez, y con más frecuencia, el Señor Interventor realiza informes negativos sobre la gestión de las modificaciones de crédito y advierte del peligro que supone esa práctica para las arcas municipales, sin dejar de recordar que este equipo de gobierno en la legislatura pasada criticaban dichas modificaciones.
Ellos mismos, cuando no estaban en el gobierno, lo criticaban y aseguraban que ellos cambiarían la forma de trabajar y, ahora que están gobernando, nada de nada. Pero este equipo de gobierno ni con esas advertencias escucha y rectifica, ya que ni en sus mejores pensamientos podrían imaginar el poder recibir al 100% la cantidad de subvenciones que se están recibiendo.
Es tal su ensimismamiento que, cuando la oposición aprueba alguno de su puntos, el equipo de gobierno lo considera un éxito sin precedentes y de su buena gestión que no tiene igual. ¡NO SEÑORES! Se aprueba porque consideramos que es preferente para el interés general.
Pero lo mejor de todo es cuando no lo consideramos así, y el voto de la oposición es en contra o la abstención, debido a falta de información o perjudicial para los intereses de Novelda.
En este caso se puede desatar toda la ira del infierno al osar estar en contra de su gestión o su pensamiento. Si a todo esto le añadimos que parte de la oposición se congratula de todas las acciones del equipo de gobierno, o calla esperando sacar algún rédito político para posibles pactos.
Es difícil para este equipo lidiar con personas que no atienden a razones, que no gobiernan pensando en el interés y el bienestar de las personas, sino pensando en el “yo lo he hecho” sin tener que hacer una política seria y responsable.