VOX es el único partido que defiende la verdadera igualdad de todos los españoles, tal y como reza el artículo 14 de la Constitución Española, con los mismos derechos y obligaciones, sin ningún tipo de distinción. Queremos la igualdad ante la Ley, los mismos derechos para todos y no por ello, somos un partido ni machista, ni racista, ni xenófobo, ni populista, eso solo son etiquetas, que tratan de colocarnos y que nos dan igual, porque somos un partido que tiene muy claros sus principios y que, a diferencia de los demás, defenderemos hasta el final.
Somos personas libres, que pensamos, nadie tiene que pensar por nosotros y por ello, defendemos la democracia y la igualdad real de todos los españoles. La izquierda entiende la igualdad colectivizando a los individuos, porque le resulta más fácil controlar a masas que a personas críticas y libres, que se atrevan a posicionarse fuera de los marcos establecidos por sus políticas, por su agenda progresista y liberticida. Las leyes sectarias e ideológicas de la izquierda y su agenda 2030, lo único que promueven son desigualdades, lo único que consiguen son enfrentamientos entre hombres y mujeres y, división entre personas.
Su pretensión es manipular, meterse en nuestras vidas, decirnos cómo tenemos que pensar, vestir e incluso qué comer, coartando la libertad individual de las personas. Las mujeres no necesitamos que nadie nos diga lo que tenemos que hacer, porque somos lo suficientemente capaces para decidir por nosotras mismas y luchar por conseguir nuestros objetivos en todos los ámbitos de la vida. La sexualidad de las personas no es un tema político, cada cual es libre de tener su propia orientación sexual y decidir con quién quiere mantener relaciones según sus preferencias y vivirla en intimidad, a nadie nos importa con quién se meta en la cama cada cual. Debido a una orientación u otra, el individuo NO verá mermados sus derechos, pero tampoco debe tener privilegios por pertenecer a un colectivo.
Tanto las personas heterosexuales, homosexuales o bisexuales, tienen normalizada su presencia en todos los órdenes de la vida. En VOX, tenemos muy claros nuestros principios y por mucho que nos digan que somos una minoría, que nos hemos quedado en las cavernas o que queremos volver a las cuevas, ni caso. Seguiremos defendiendo aquello en lo que creemos. No aceptamos que por primar los derechos de un colectivo, se ataquen derechos de todos los demás ciudadanos. Puesto que son ellos, quienes utilizan a las personas, fingiendo defenderlas, luego las dejen tiradas, cuando no sirven a sus fines.
La igualad real, la verdadera, es que todas las personas tengamos los mismos derechos en todos los ámbitos de la vida y no privilegios por pertenecer a colectivos o leyes sectarias y liberticidas que, en algunos casos criminalizan a un sector de nuestra sociedad.
No sé por dónde empezar. Iba a dejarlo pasar, pero después de releer el artículo no me he podido resistir. Vaya por delante todo mi respeto a las opiniones de aquellos que piensan en la misma línea de lo que se ha escrito en este artículo, si bien, yo tengo una opinión (e información) totalmente distinta.
Quizás, el motivo de razonar de la forma en la que aquí se ha hecho, sea por una falta de comprensión de lo que significa jurídicamente el Principio de igualdad, que aquí, como se puede ver, se ha tratado de manera parcial. Esto lo podemos ver cuando se ha hablado de la igualdad y únicamente se ha puesto en relación con el artículo 14 de la Constitución española. La jurisprudencia del Tribunal Constitucional (y también la europea) ha dicho por activa y por pasiva (a estas alturas ya deberíamos haberlo aprendido) que el artículo 14 de la Constitución se refiere a la igualdad formal. Pues bien, esta igualdad formal va de la mano del artículo 9.2 de la Constitución, el cual se refiere a la igualdad material. Teniendo en cuenta ambos preceptos y, de una interpretación conjunta, es como debe entenderse el Principio de igualdad.
No puedo explicar aquí en pocas líneas lo que significa la igualdad formal y material y lo que de su conjugación se deriva y, además, yo no sería capaz por su complejidad. Pero al menos diré algo. La igualdad no se opone a las diferencias, la igualdad se opone a las desigualdades (esto último requeriría un desarrollo aparte). Tenemos que saber que no toda diferencia de trato supone una discriminación. Por tanto, anotemos ya que discriminación y diferencia de trato son dos ideas distintas que hay que aprender a distinguir.
Pues bien, resulta muy impactante leer un artículo que empieza diciendo que la verdadera igualdad es la del artículo 14 de la Constitución española. Esto no es una opinión, esto sencillamente no es verdad. No creo que se mienta a conciencia (de verdad lo digo), simplemente lo que creo es que se desconoce profundamente el Principio de igualdad y es una pena que esto pase, no sólo en un partido político, creo que pasa casi de manera generalizada y ello supone un problema para los ciudadanos (pero del nivel de nuestros dirigentes políticos también habría que hacer un desarrollo aparte).
Pero, además, no sólo hay que considerar a la Igualdad como un Principio, sino que también se configura en nuestro ordenamiento jurídico como un Derecho Fundamental y como un Valor superior.
Esta triple consideración de la Igualdad nos advierte de su enorme importancia y complejidad y, por tanto, cuando se hable de ella sería conveniente tenerlo presente.
Pensemos en la paradoja del artículo. Se nos acaba de decir en el artículo que se defiende la “verdadera igualdad de todos” tal y como dice el artículo 14 de la Constitución. Sin embargo, del artículo 9.2 de la Constitución no se dice nada, se omite (seguramente por desconocimiento). O sea, que se defiende sólo una parte de la igualdad, pero no se defiende lo que realmente dice la Constitución que es la igualdad. Las defensas parciales son inquietantes cuanto menos.
Así, defender la igualdad de forma parcial, como aquí se ha hecho, es bastante peligroso y sería volver a las tesis del fracasado Estado Liberal que tanta oscuridad trajo a todo Occidente. Precisamente, ese Estado Liberal y sus tesis fueron superadas, incorporando una idea de Justicia en las constituciones contemporáneas que se han basado en dos pilares fundamentales, la libertad y la igualdad y, todo ello, en una nueva forma de Estado, el Estado social y democrático de Derecho, que es como así se define al nuestro en el artículo 1.1 de nuestra Constitución. Esta configuración cambia por completo la interpretación actual de la igualdad, pero a ella es a la que debemos atenernos.
En el resto de pamplinas mencionadas no me detendré a comentarlas, puesto que entiendo que se dicen por haber partido de un razonamiento erróneo del Principio de igualdad y, por tanto, ser incorrectas todas las conclusiones alcanzadas.
De verdad, mejor no detenerme a comentarlas.
Esto es una prueba.