Que significa realmente esta acción, la de escribir; casi siempre rodeada de intimidad, silencio y si es posible soledad. Pensando para inspirarte en lo que ves a tu alrededor como parte de un vestigio de vida que tienes delante de ti, al alcance de tu vista o reflejado en tu mente en forma de sonidos, palabras escritas e imágenes.
En ocasiones escribir te puede llevar, sujetando una pluma o presionando un teclado, a un lugar totalmente distinto al que te encuentras, inesperado y mágico, que puede ser lleno de luz y también triste y desolado, pero inspirador de historias irreales…, o no. La imaginación te ayuda a dar con los resortes que abrirán sus accesos.
Los que escribimos lo hacemos por amor, tristeza, añoranza, deseos, ausencias… En realidad, solo pretendemos intentar transformar lo que vemos o sentimos en; belleza, humor, ternura, critica, o poesía. Se puede escribir de tantas cosas.
Debe ser impactante estar en la playa escribiendo, y de repente ver aparecer un cayuco lleno de hambrientos africanos, el escritor de pronto escribiría resaltando el contraste total entre la miseria y el disfrute, la felicidad y el hambre, las vacaciones y la desesperante soledad de estas pobres gentes.
O escribir después de ver en la tele a la hora de comer; escenas de sangre, muertos, dolor y destrucción, de personas inocentes; de todas las guerras que en este mundo hay, sin que nadie ponga freno a semejante salvajismo y atrocidad.
Este artículo es un homenaje al día del libro.
Francisco Penalva Aracil
Escritor