Art. de opinión de JF Martínez (Charly Rebel)
“El judo nos ayuda a comprender que la preocupación es un desperdicio de energía”. Jigoro Kano
“Mi escritura no es nada, mi boxeo lo es todo”. Ernest Hemingway
El judo, camino de la flexibilidad. me enseñó a caer y levantarme, a aceptar la derrota como un aprendizaje, a aprovechar las fuerzas contrarias para mi propio beneficio, incluso a aceptar con humildad los progresos o las victorias. Aprendí a adaptarme, innovar, evaluar los riesgos; valores como el respeto o la sinceridad y el trabajo colaborativo, confianza en mí mismo, equilibrio, ahorro y distribución de energía. Tuve muy buenos compañeros, de una mistad resistente al tiempo y sincera. Me protegió contra el bulling. Me forjó un carácter tranquilo y resistente a las emociones adversas. Me hizo ver que todo lo que merece la pena requiere esfuerzo y sacrificio.
Recién cumplidos los 12 años, me enteré de que Paco Falcó iba a abrir un club de judo en Novelda en el antiguo gimnasio de los Padres Reparadores.
Durante los primeros meses solo me tuvo a mí como alumno y aprendí mucho. Paco era cinturón marrón entonces y me examinaba con Alberto Valverde su profesor en Alicante para aprobar los exámenes de cinto.
Con el paso del tiempo empecé a ganar algunas competiciones hasta que a los 17 me quedé campeón provincial y pasé a los nacionales (en aquella época no existía la comunidad Valenciana) donde me quedé cuarto por culpa de una lesión.
Meses después se organizó una liguilla entre clubes de Albacete, Alicante y Murcia. Al final nos quedamos los terceros. Durante ese año me llevaba un wazari o un ippon para el equipo de Novelda cada vez que competía y metía una hanegoshi que aprendí de un coreano.
Ahora que ando liado con las memorias de un sesentón, recuerdo que Hemingway decía que escribir era como boxear. Y entiendo perfectamente a qué se refería porque cuando escribo, releo y corrijo es como un combate en el que me tiran al suelo, me levanto y sigo intentando controlar las fuerzas que me empujan en contra,tratando de desviarlas para que no me derriben, para que no me desanimen.
Para John Gardner, un novelista es el que no renuncia, el que no se deja vencer; dice que es como un camino (¿un camino de la flexibilidad?), una alternativa a la vida ordinaria. Al final, la única recompensa es espiritual. Por eso ahora me siento como si hubiera empezado a aprender; y soy consciente de la cantidad de caídas que supone este tipo de caminos, también de que la vida es limitada y ya llevo un buen trecho. Pero si no lo intento, siento que traiciono esa filosofía que me forjó como personay tanto me ayudó a levantarme y seguir intentándolo en los momentos cruciales de mi vida.
Escribir es una lucha contante con los demonios y con la expresión escrita que tiene que conjurarlos. Persevero hasta que tengo la sensación de que he escrito lo que quería decir, con el tono y el ritmo que escuchaba mi imaginación.
Hemingway decía que la primera oración de una narración debía ser como un puñetazo en la barriga, yo intento que sea un wazari o un ippon cuando tengo suerte.
Apasionante este comentario filosófico
A/A de Jose-Fernando Martínez
Me ha gustado mucho tu articuo sobre los múltiples valores que tiene el Judo » Enhorabuena » y recordar al amigo Paco Falcó y mis visitas de » Montemar/ALicante al » Club de Judo Kiai » de Novelda ,que se subía por unas escalerillas a un Tatami muy bueno, también con nuestro amigo Alberto Meseguer de Elda y el Maestro, Profesor de Todos: , José-Alberto Valverde, muy buenos recuerdos……Luis-Miguel Martín de San Vicente, Sergio Cardell + del Judo Club Alicante
En la actualidad colaboro impartiendo clases de Kata en el Club de Judo Míriam Blasco en » El Arena » y también en los Cursos Autonomicos mensuales en » Pabellón Tecnificación de Alicante » .
Envío un saludo a Todos los Judokas, Simpatizantes y Amigos,)
Jorge Vicuña Martinez