Nº 171 ) Remedios Segura Navarro, “Reme” (amazona, de hípica).-

Artículo de Vicente Díez sobre deportistas noveldenses

Hace pocas semanas detallé el auge que va tomando el deporte femenino y hoy consigo de nuevo contarles la biografía de una jovencita que como las anteriores («Marieta», motorista y Sofía, ciclista) están, o no han llegado aún, a los 20 años… Juventud, divino tesoro.

   Hoy escribo acerca de una joven que aún sin antecedentes deportivos en su familia, ha practicado varios desde su etapa colegial. Nació en el año 2001 y su primer hogar estuvo en la calle Colón, centro de nuestra ciudad. Sus padres, José Luis y Reme (mismos nombres que los hijos) trajeron al mundo la parejita de descendientes, de los que nuestra protagonista es la menor. Actualmente, residen en la zona del Sagrado Corazón.

   Su colegio fue el San José de Cluny y allí practicó en clases extraescolares: baloncesto, karate y pintura. Tras el colegio, se apuntó al ballet y practicó aún más tiempo el tenis durante años. Practicaba el deporte de la raqueta en el Polideportivo Municipal, más conocido por “las piscinas”. Afirma que participó en dos campeonatos comarcales celebrados en Sax, con un segundo puesto y en Villena, donde finalizó campeona.

   Peroun buen día, conoció la hípica y se quedó prendada “in aeternum”.  Sucedió de esta forma: siempre le habían llamado la atención los caballos y sabía de una prima suya que montaba a caballo en una hípica de Novelda y fue cuando la auparon a un caballo en las fiestas del barrio de San Roque. Cuando tomaron la decisión de empezar a montar, la llevó para que viese ese mundillo o ambiente al club hípico Los Establos, gestionado por Miguel Ruiz y Maren Tecklemburg (ver biografía nº 95, de fecha 10/05/2014).

   Total, que con algo de incertidumbre se decidió a montar al cuadrúpedo; aquello le encantó y quedó fascinada para siempre, hasta el punto que los fines de semana iba allí. Tenía entonces unos 12 años.

   Siempre le habían encantado los animales; de hecho, su ilusión para cuando fuese mayor era ser veterinaria. Impartían las clases el matrimonio hispanoalemán de Miguel y Maren y tanto se integró con el ambiente, que llegó a dibujar y pintar muchos caballos. Dice que conserva casi todos esos dibujos, salvo alguno que ha regalado.

   Superadas las primeras lecciones en las que se dan vueltas al terreno subida al caballo, que va sujeto con una cuerda del filete o boca, pasó a manejar al caballo al paso, trote y galope por sí misma. Quizás todo esto fue muy repetitivo y tras dos o tres años de doma, aspiraba a aprender algo más elevado, como saltar.

   Pasó a otra cuadra, el Pony Club Jalisco de Monovar, junto a su amiga Paula Navarro y cuya monitora, Ruth Martínez es noveldense y había sido compañera de colegio de la madre de Reme. También era jinete Borja Fenoll,  hijo de Ruth. En esta instalación monovera comenzaron en el año 2015 y Reme siguió hasta el pasado 2020, en que lo dejó por la maldita pandemia. Allí la enseñaron el arte del salto, ya para ir pensando en acudir a competiciones. El Club se convirtió en su segundo hogar, pues acudía varias veces a la semana.

   Cada día de entreno lo hacía con un caballo distinto y paulatinamente, ambas amigas comenzaron a competir por toda la provincia en concursos sociales, sin contar los resultados para campeonatos. La monitora Ruth les decía que en estos concursos se aprende el triple por muchos detalles; por ejemplo, aprendían mucho sobre el mundo de los caballos: cuidándolo, acercándole el alimento, o cepillándolo; ducharlo… era un curso intensivo y ella lo pasaba fenomenal por los muchos amigos y amigas que conoció, de todas partes. Se vio inmersa en un ambiente hípico de concursos, visualizando a nuevos jinetes y amazonas con distintos caballos.  

   Siguió entrenando y concursando con su actual compañera, Nieves Pavía, una aspense a la que considera como una hermana y a la cual conocía desde tiempo atrás. Nieves ha conseguido varios triunfos, a pesar de haber empezado más tarde. Comenzaron a nivel autonómico, en la Liga de la Comunidad Valenciana y lograron muchos premios, ambas con el mismo animal, al cual tenían alquilado/pupilado, de nombre Mystic Mover, actualmente retirado por edad y gran trayectoria profesional, tras lograr muchos premios a nivel nacional, autonómico y provincial. Como cualquiera en su misma situación, compraron todo el material necesario: cabezada, cinchas protectores, mantas e incluso la montura o silla.

   En estos concursos la vestimenta es muy estricta; concursaban con chaqueta americana; botas y camisa con pantalón blanco; la etiqueta obliga. Incluso llevaban una especie de airbag, o chaleco enganchado de un bolsillo a la montura, aunque sólo protege la parte superior del cuerpo en caso de caída.

   En estas pruebas reina el silencio; sólo se oye la voz del monitor o monitora dando instrucciones al jinete o amazona. Y a ella le extrañaba tanta pulcritud y etiqueta en algo que a veces, se chapotea entre estiércol y barro. Admite que en alguna ocasión ha ido al suelo y duele al intentar levantarse de nuevo. La frase de su monitora: “si caes, te subes enseguida”. La monitora no lo decía por el tiempo perdido, sino en los entrenamientos para que no cogieran miedo y poder corregir los errores que causaron la caída.  

   Detalla que en Novelda no hay casi ambiente de hípica, con ningún practicante que haya visto concursando. Pero esto no la desanimó pues cada dos semanas había concursos en alguna de las tres provincias de nuestra Comunidad; a veces estos concursos duraban dos o tres días. Todos los jóvenes concursantes se instalaban en el mismo hotel y la fiesta estaba garantizada.

   También ha realizado otra disciplina denominada “Completo” y que consta de doma, salto y Cross, debiendo superar las tres para poder clasificarse. Con 16 años consiguió el podio en dos ocasiones en la Comunidad Valenciana. Allí consiguió el título de Deportista de Élite, lo cual le valió para convalidar con sus estudios de Bachiller.

   Posteriormente, con el título de monitora enseñó a los neófitos en Monovar y en otro club de San Vicente del Raspeig, denominado Hípica Arco Iris, donde va actualmente a montar. Para los exámenes de galope de caballos, alega que hay siete niveles y ya consiguió los cinco primeros, no cejando en su empeño de llegar a la cima de estos conocimientos más técnicos. Actualmente, está en plena carrera de estudios de Psicología.

   Reme destaca el Pony Club Jalisco de Monóvar, junto con la monitora y su hijo. Allí es donde realmente aprendió todo lo que sabe acerca de caballos y ha estado gran parte de su adolescencia. Hizo allí muy buenos amigos con los que aún mantiene el contacto. Y fue una muy buena época donde hacían vida en la hípica: jugando, limpiando, acampando…, así como paseos por el campo, concursos, comidas, cumpleaños. Aún sigue montando con su gran compañera Nieves, en otra hípica en la que siguen avanzando y mejorando.

   Tiene en mente volver pronto, algún día de estos, al mundo de los concursos. Reme, es evidente que has pasado una adolescencia de lujo. Te deseamos que puedas seguir disfrutando de este sueño con los mejores triunfos deportivos.