Nº 172) Lorenzo Limiñana López (jugador de Pelota Valenciana).-

Artículo de Vicente Díez sobre deportistas noveldenses

   Hoy expongo la biografía de un hombre casi centenario; nació en Monforte del Cid en el año 1922, en una familia con otros cinco hermanos y hermanas y aunque en esta ciudad vecina se inició en el juego de pelota, a veces vino a Novelda para divulgar este juego muy extendido por nuestra comunidad. Tiene buena memoria, teniendo en cuenta su avanzada edad y aunque necesita ayuda para algunas actividades físicas en las que le asiste Mª Pilar, sus recuerdos de juventud los revive como si fuesen actuales.

   De antemano, buscando en Internet, leo que la pelota valenciana, conocida aquí como «Pilota valençiana» es un deporte tradicional, una de las variantes del juego de pelota, que puede practicarse en varias modalidades, en el que dos o más contrincantes forman dos equipos y que golpean la pelota con las manos desnudas o con ligeras protecciones. Hay diversas modalidades:

   -) El raspall, en el que la pelota sólo dará un bote en el suelo del rival, similar al tenis. Pueden jugar hasta tres hombres en un equipo, con las posiciones de «el traure; el mitger y el punter». El traure es el más alejado del campo rival. El punter es el más cercano a la línea media del rectángulo de juego y quien remata la mayoría de puntos. Por su parte, el mitger como su nombre indica, se coloca a mitad del lado de su equipo para devolver las pelotas intermedias.

   El raspall se juega con pelota de vaqueta, hecha con piel de toro. Por su dureza, los jugadores se protegen mucho las manos. En una foto que aporta el protagonista, vemos una serie de pelotas de diversos materiales, como madera dura y de goma maciza. Se ven unas pequeñas chapas metálicas que se colocaban en el centro de la palma de la mano, para protegerse del golpe recibido y los dedos se cubrían con esparadrapo o con vendas muy ajustadas. 

   -) Otra modalidad es la de Escala y corda, que es la reina de la pelota valenciana, con mayor número de jugadores profesionales y gran afluencia de espectadores. En esta modalidad se añade una cuerda a la mitad del trinquete (rectángulo o pista de juego) a una altura aproximada de dos metros, que da el nombre a esta modalidad.

   Por su parte, tanto nuestro personaje como sus contemporáneos desarrollaron su propia versión local, a la que denominaron «Les llargues»,en la que podían actuar hasta cinco por equipo. Se jugaba en Monforte y en Novelda; en las calles y con público de pies en las aceras. Así pasaban la tarde. Otra variante de Lorenzo y sus colegas fue la de «Perchas» con pelota de tela de badana cosida, ya más suave y se podía prescindir de los guantes. En aquella época, no había apenas tráfico en ambas ciudades y recuerda haber disputado varios encuentros en las cercanías del Parador de Monforte, tanto a Perchas como a Largas.

   Como ya se dijo antes, en la de Perchas había una señal a dos metros de altura, que la pelota debía superar. Poco después, había una madera que llevaba grabado el número 15, y era el valor del punto que se adjudicaba al equipo que lograba rebasar al rival.

   Tuvo contrincantes muy buenos; uno de ellos, barbero de profesión y apodado «Fidela» y algún que otro de Aspe, pues pronto se divulgó esta actividad por las cercanías. Otro rival que recuerda le llamaban «el tío Antonio, el Manco» tenía entonces unos 55 años, mientras que Lorenzo desarrolló su mejor etapa deportiva entre los 20 y los 30 años. Otro jugador destacado al que recuerda es Rogelio, algo mayor que él y muy bueno con ambas manos. Algunos fines de semana iba a Aspe, donde había quedado con otros jugadores y entre aquellos recuerda a uno, apodado «el Rata».

   Retaban a los que quisieran jugar y ese desafío era económico, pues los propios jugadores de ambos conjuntos reunían entre todos 40 ó 50 pesetas, que eran para el equipo vencedor y entre los ganadores se repartían el dinero.

   De tanto venir a Novelda, conoció a la que fue su esposa, Encarnación, una noveldense con la que tuvo tres hijos. Se casaron en el año 1948 y desde entonces, aquí se quedó. Su esposa ya falleció, pero la recuerda como la mujer de su vida. Lorenzo se dedicó inicialmente a la agricultura desde la pubertad. Años después, ya en Novelda, se inició en el negocio de venta de piensos, con los que ha seguido hasta su jubilación.

   Pero él había comenzado este deporte o juego hacia los 12 años (1934) y su debut en Novelda fue con 20 años, acabada la Guerra Civil. Se jugaba en la calle Viriato, entonces «carrer Molí» y también conocida popularmente como «La Máquina«. Para controlar al público y que no invadiera la calzada, se encargaba Emiliano, de Novelda. Como casi todos ellos, nuestro protagonista también tuvo su apodo; era conocido como «Bartolo». Su nivel de juego era superior al de sus contemporáneos, por lo que casi le consideraban como profesional y hacia el año 1950 sus contrincantes no se atrevían a retarle. En Novelda se jugaba los domingos, festivos y en fiestas patronales de Julio. La duración media de una partida era de una hora, aunque se alargaba hasta que se lograran los puntos establecidos.

   De entre sus coetáneos, destaca muy especialmente a su compañero y sacador, de nombre Pepe Soria, alias «el Chima», monfortino como él, con unas manos grandes como palas y que hicieron pareja en muchas ocasiones. Lorenzo veía en Pepe a uno de los buenos y mejores sacadores de España.

   Hubo jugadores valencianos profesionales que recogieron el testigo, pues alguien les diría que aquí había mucho ambiente y Lorenzo consiguió que viniesen a actuar. Otro que también trajo algunos jugadores forasteros a Novelda fue Gasparet «el Chocolate», pues aquí no abundaban los jugadores, sino los espectadores. Por las fiestas patronales Lorenzo trajo un equipo desde Murla (Valencia), así como a otros famosos. Comían en su casa y el hospedaje era en La Pesquera, frente a la iglesia de San Pedro y todo ello se costeaba con la recaudación ínfima y poniendo él su propio dinero, por lo que estos espectáculos fueron decreciendo y hacia los años 1968 ó 1969, sólo lo desarrollaban algunos adolescentes, pero como imitación a los que habían visto. Hay que admitir, no obstante, que no ha logrado arraigar este deporte entre los jóvenes posteriores, aunque existen clubes en Petrer, Muchamiel, La Murada de Orihuela y en algunas ciudades de la Marina, como Benidorm o Calpe y alrededores.

   En la foto que se ven las pelotas y los guantes, chapas, vendas… también hay una medalla que le dieron en el barrio de La Garrova en el año 1989 por su labor divulgadora. Su hijo organizó aquella partida u homenaje.

   Este hombre, ya anciano, merece el homenaje y respeto del deporte noveldense, por su dedicación y divulgación. Nos despedimos afectuosamente con un dicho clásico: «Cuídese, maestro».  

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6 COMENTARIOS

  1. Los domingos al levantarme busco estas escrituras de deportes. Casi me interesan más que el fútbol de la tele, porque hablan de gente de aquí.

  2. Iba de pequeño con mi padre a verlos y jugué de cuando tenía 14 a 15 años. Me gustó pero lo dejé por dolor en las manos. Hablaban de un monfortero, como el mejor

  3. Es agradable leer y saber acerca de personas y actividades ya pasadas. Bueno este artículo.

  4. Mi hermano jugaba y decía que dolían las manos pero le gustó demasiado y yo prefiero verlos en casa y en la tele

  5. Sigo con atención estos artículos deportivos del Sr Vicente. Siempre nos sorprende dando a conocer deportes y deportistas como en este caso poco conocido en Novelda. Personalmente recuerdo al Sr LIMIÑANA cuando acompañaba siendo muy joven a mi Padre (q.e.p descanse) para comprar pienso en su almacén. Sin embargo desconocía el deporte que practico este señor.

  6. Gracias como siempre, a los lectores y a los que plasman sus opiniones. El próximo artículo versará sobre vuelo con motor – ala delta.

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