Nº 173) Manuel Martín Castillo (jugador de voleibol).-

Artículo de Vicente Díez sobre deportistas noveldenses

   Insistiendo en lo de innovar con deportes inéditos en esta sección de biografías, hoy traigo a un deportista de ancho torso y que aunque no nacido en Novelda, sino en Benidorm (año 1975), vive en nuestra ciudad. Su esposa es noveldense y tienen una hija que practica karate y acude a entrenar al gimnasio Sotokan como su padre, al que admira. Uno de los refranes que conozco dice así: «Quien a los suyos se parece, honra merece».

   Manuel es el mayor de los dos hijos que tienen sus padres, de origen salmantino y es el mayor de la parejita que completó el hogar benidormí. Su hermana Lidia, con el paso de los años hizo estudios y la carrera de Danza Clásica, actuando en múltiples ocasiones.

   En el hogar familiar no hubo antecedentes deportivos ni interés hacia el deporte, por lo que nuestro personaje de hoy hubo de aprovechar que había cerca de casa una piscina olímpica, a la que acudía para nadar varios largos.

   En el colegio al que iba, disponían de una red de voleibol y más tarde se  construyó una pista de cemento, por lo que los alumnos de aquel colegio estaban predestinados a jugar este deporte. A veces, por cambiar de actividad en los recreos, jugaban al fútbol y delimitaban las porterías con piedras algo voluminosas que encontraban por los alrededores.

   Y ya de lleno en el voleibol, su colegio denominado San José pudo reunir un conjunto de chavales o equipo con aquel nombre y jugaban una liga escolar ante otros centros educativos. Lograron quedar segundos en Infantiles, pero ya en algo de más calado, cual es un Campeonato de España celebrado en Madrid, a finales de la década de los años 80.

    Al dejar el cole se incorporó al Club Voleibol Benidorm. En la cancha hay seis jugadores por cada equipo, con otros tantos compañeros en el banquillo. Detallando el juego, se trata de golpear con las manos o antebrazos el balón y que pase por encima de la red, procurando que el esférico toque el suelo en la parcela del equipo oponente. En el conjunto benidormí tuvo como rival a un destacado jugador de Cocentaina, José Luis Moltó, uno de los mejores a nivel nacional y hoy entrenador. Era un gigante en estatura pues medía 2,06 m. y era algo difícil seguirle el juego y alega que un jugador tan alto suele jugar como central en el equipo. Referente a alturas, la red central está a 2,44 m. para hombres y a 2,24 m. para mujeres. También se practica mucho el Voley playa.

  En cuanto a su denominación, en España inicialmente se llamó Balonvolea. Lo crearon en Springfield, Massachusetts (EEUU) hacia 1895 y se extendió por todo el orbe terráqueo. El nombre en inglés es Volleyball y acabó por aceptarse su pronunciación en nuestro país, por lo que se le conoce popularmente como “Voleibol”.

  Manuel afirma que hay diversas categorías; la superior es la Acevol y equivaldría a la Primera División del fútbol. Un grado inferior es la 1ª Nacional, comparable a la Segunda en el balompié y el equipo C.B. Benidorm estaba en 2ª Nacional, semejante a la 2ª B del fútbol. En esta categoría recuerda haber ido a jugar como visitante a muchas ciudades, entre ellas: Olot, Teruel, Albacete o Almería, quizás el mejor conjunto de aquellos. El voleibol es uno de los deportes donde mayor es la paridad entre las competiciones masculina y femenina.

   En el año 1994 ascendieron a 1ª Nacional y su radio de acción iba por la mitad oriental de nuestro país. Se fundó poco tiempo antes el equipo femenino en la localidad del turismo, denominado Playas de Benidorm de la máxima categoría Acevol femenino y fue muy interesante, por los muchos triunfos conseguidos y expectativas de futuro. Aquellas muchachas tenían dos entrenadores argentinos, de mucha calidad y eficacia; de hecho, Argentina fue siempre una potencia en este deporte, especialmente en la Olimpiada de 1988. Recuerda el nombre de uno de aquellos sudamericanos, Marcelo Mussi. Eran muy técnicos y sus estrategias eran bastante avanzadas para ellos. Éste y su compatriota en ocasiones, daban sus teorías y entrenaban a los chicos. Otro país avanzado en voleibol ha sido Cuba, pero tuvo siempre el problema de que cualquier deportista que destacase, desertaba y aparecía en otro país y esto se ha visto o leído en las últimas décadas.

   Manuel estudió la carrera de Química y hubo de dejar temporalmente el deporte al nivel que desarrollaba hasta entonces, practicando un nivel más inferior, de fines de semana y para mantenerse en forma. Pero en su último curso de Universidad en Alicante, hacia el año 2002, se incorporó a un equipo universitario que disputó el Campeonato Nacional Universitario en Madrid, coincidiendo con la visita del Papa y además de las celebraciones del 1 de Mayo. Recuerda de aquellos días que era muy difícil desplazarse en la capital, por la gran cantidad de calles y plazas que estaban cortadas y se tardaba mucho para ir desde el hotel al entrenamiento o a los partidos oficiales. Consiguieron el segundo puesto en la final, siendo el triunfo para los universitarios malagueños, de los que admite que eran muy buenos.

   Acabados los estudios e incorporado al trabajo como químico en una empresa relacionada con temas del agua, decidió regresar al voleibol pero sin tanto desplazamiento y a un nivel algo más relajado, por lo que fichó por el equipo de Altea, cerca de casa y con los que guardaba previamente muy buena relación.

   En cuanto a los colores de las camisetas, la del Benidorm recuerda que era verde y la del Altea, usaba en ocasiones un vestuario íntegramente azul, aunque posteriormente mostraba la senyera valenciana y con pantalón azul. Conserva esta última y a veces la trae al gimnasio Sotokan del que ya se publicó su biografía (nº 110, de fecha 27/12/2014), gestionado por Marisa y Nicasio.

   En este popular gimnasio noveldense hace  ejercicio aeróbico y  gimnasia de mantenimiento «para conservarse lo mejor posible» como es algo de levantamiento de pesos; cinta de correr… todo ello ya distinto a su época de competiciones en el voleibol, donde tenía que practicar mucho los saltos, la velocidad e incluso tirarse por el suelo para evitar que el balón llegue a sus pies.

   Como se dijo, vive actualmente en Novelda y cuando acaba de trabajar en una empresa alicantina de depuración de aguas residuales, visita el susodicho gimnasio. Alega que en Novelda el voleibol es un deporte inédito; apenas se oye y lo poco que escucha aquí es por la televisión.

   Él prefiere este deporte al fútbol, pues no tiene contacto físico ni choques con un rival. Considera al fútbol como violento y alega que en el voleibol gana el mejor, sin trampas aparentes. Si sufres algún roce o desplazamiento, sin duda es con un compañero. Tuvo una lesión bastante habitual en el tobillo al pisar el pie de un compañero, tras un salto.

   No ha sido profesional aunque voló bastante alto en este mundillo y dice que el deporte es muy positivo para los jóvenes, pues les aleja de otros temas y conductas negativas y perjudiciales.