La conocida como «flor de Navidad» sigue siendo el adorno más reclamado en las floristerías de todo el país. En Novelda, Flores Cazorla apuesta por el reciclaje de sus empleados para ofrecer un mejor servicio a un cliente cada vez más exquisito en cuanto a decoración navideña se trata.
El espíritu navideño ya se respira en cada rincón y los floristas se dedican estos días a llevar la Navidad a hogares, calles, escaparates y todo lo que esté al alcance de la vista. Este año, según explican desde la Asociación Española de Floristas (AEFI), domina en la decoración navideña los materiales naturales, como piñas, madera, hojas y frutas liofilizadas, y sostenibles frente a los sintéticos. Además, se deja atrás el minimalismo de los últimos años para dar la bienvenida a una gran abundancia de flores. En las composiciones florales, desde coronas y centros de mesa hasta árboles de Navidad, destacan dos juegos de color: blanco y plata junto con la paleta de rosa o lila, así como granate combinado con naranja y verde.
Las estimaciones de ventas de productos navideños de las floristerías se sitúan por encima de las cifras alcanzadas en estas fechas en 2017. Sin duda, el producto más demandado en Navidad es la «poinsettia» o «flor de Navidad» en color rojo, siendo el blanco otro de los favoritos dentro del surtido, aunque en una cantidad mucho menor. Para prolongar la vida de esta planta tras las Fiestas e incluso que florezca de nuevo de cara al próximo año, desde AEFI recomiendan una temperatura estable de entre 18 y 22 ºC, riego moderado (dos veces a la semana aproximadamente) y un lugar luminoso y alejado de fuentes de calor y la luz solar directa.
Y en este contexto se sitúa Flores Cazorla, de Novelda, que ha apostado este año por el reciclaje de sus empleados con un curso intensivo de decoración de centros de mesa con el que pretenden que «cada uno de ellos sea capaz de ofrecer al cliente lo que demanda en el menor tiempo posible», apuntaba Fran Cazorla, uno de los dueños de esta empresa local.
Para ello contaron con la presencia de Juan, de la Floristería «El Chorlit» de San Vicente, que es un gran conocedor de este arte en el que las flores, acompañadas de otros elementos, forman un conjunto ideal para la decoración de nuestras mesas estos días o nuestra propia casa. «Los pequeños detalles son tan importantes como el arreglo de la propia flor», señalaba Cazorla, que se mostraba orgulloso de esta iniciativa que «nos va a permitir aprovechar el producto al 100%, ofreciendo un resultado de una alta calidad para nuestros clientes».
Mucho ha evolucionado todo desde la decoración navideña que llenaba los hogares de nuestros padres. Ahora la tendencia es conseguir un ambiente acogedor y con elementos que nos permitan distinguirnos de los demás. Es por eso que los clientes «piden lo que quieren en el momento que acuden al punto de venta». Antes, los arreglos se hacían en el almacén, por lo que el pedido tardaba, como mínimo, un día en llegar a su destinatario. Con este curso, la idea es que «todos sean capaces de hacerlo en el lugar de venta, reduciendo la espera del cliente a unos 20 minutos». Después, «cada arreglo es un mundo», apuntaba el responsable de Flores Cazorla, y «la imaginación de cada uno de ellos hará el resto».
Espectacular, como siempre.