La comunidad ha protestado por el “hacinamiento de una treintena de inmigrantes en un piso de apenas 90 m²” que, en palabras del vecindario de la calle San Roque 33, “mantiene una conducta incívica”, por lo que estos vecinos han dado la voz de alerta a las autoridades, tras intentar que el propietario del piso zanjara por sí mismo el problema. A la vez, los afectados han reprochado el caso omiso con el que, al parecer, les ha correspondido en numerosas ocasiones el Ayuntamiento, desestimando sus denuncias y las peticiones de poner fin a esa “mafia”. Las quejas han llegado a mayores y el Síndic de Greuges está al corriente de la situación
Los vecinos de la calle San Roque 33 han puesto la voz de alarma en repetidas ocasiones a partir de agosto de 2004, momento en que se hace insostenible una “situación molesta en la comunidad”, según han comentado vecinas del inmueble que prefieren guardar el anonimato por miedo a las represalias, y que no han omitido detalles a la hora de hacer referencia a la «conducta incívica» de sus semejantes, debido, principalmente, a las decenas de inmigrantes de nacionalidad rumana que transitan y se hacinan en uno de los pisos del vecindario y que, además, han insistido, «sin el menor respeto al resto de personas que habitamos en el edificio«.
La portavoz de estos vecinos ha mostrado una serie de documentos que ponen de manifiesto las denuncias realizadas desde el 7 de agosto de 2004 y que, según ha declarado, han sido desatendidas por el respectivo concejal de Asuntos Sociales en aquel momento, Alonso Carrasco, que, al parecer creyó que aquello se escapaba de su competencia, según la instancia con la que respondió el 30 de marzo de 2005.
En esa línea, los vecinos que, lejos de abandonar sus quejas, acudiendo en un principio al señor titular del piso-patera para que pusiera fin a la situación, han puesto en conocimiento de los noveldenses, a través de numerosas cartas a los periódicos, el sobreaviso al Ayuntamiento «donde nadie se hace cargo» y la situación que impide que la comunidad de vecinos goce de sus derechos constitucionales.
Asimismo, los propios denunciantes han aludido a la ausencia de responsabilidad por parte de los padres de estas familias de inmigrantes, que no prestan atención a la educación de los niños que viven en dicha casa y los que están una temporada con ellos, sin asistir a la escuela. Los vecinos opinan que han soportado demasiado y que recurrir a la vía administrativa no ha solventado el problema, por lo que han llegado a recurrir hasta el Síndic de Greuges.