Ante la situación sanitaria y las restricciones en el sector hostelero, deportivo, cultural y de ocio, hemos querido conocer de primera mano la opinión de muchos afectados.
Hosteleros, propietarios de negocios de ocio y espectáculos, gerentes de agencias de viajes, responsables de gimnasios… Todos ellos se sienten frustrados, cansados y desanimados. Estos sectores han pagado los efectos de esta pandemia sanitaria producida por el Covid-19 y tan solo desean que la situación acabe pronto.
Elena García
Propietaria del bar El Hormiguero
Elena se mostraba abatida, ya que todos los hosteleros se encuentran en una situación difícil. Ella ha visto mermada su actividad y aunque su negocio está abierto para comidas a domicilio y para llevar, no consiguen vender lo necesario como para sacarle rentabilidad.
Su esperanza es que lleguen las ayudas lo antes posible, aunque son insuficientes: “Con 2.000 euros no hacemos nada. Y a quien se le da, porque no le llegará a todo el mundo. La otra vez no llegaron los 1.500 euros a todo el que lo solicitó”.
Elena afirmaba que tienen deudas y muchos atrasos de alquiler, luz… Por ello, comentaba que si la situación se alarga más, “muchos no acabamos el año”.
García apuntaba que este año tampoco habrá fiestas en Novelda, unas fechas muy señaladas para la hostelería porque es cuando más se trabaja.
Y hasta ahora han podido sobrevivir gracias a los ciudadanos de Novelda que apoyan a la hostelería realizando pedidos para llevar o para recoger en el local, pero sigue sin ser suficiente “nos limitamos a vivir de la caridad de los ciudadanos”.
Txema Mira
Gerente de Viajebú
Txema explica que “2020 empezó fatal y poco a poco ha ido mejorando”. De hecho, afirmaba que el pasado verano, gracias a la relajación en las restricciones sanitarias, fue “un verano relativamente bueno porque había buenos precios y la gente se animó a viajar por España. Pero ahora ya volvemos a ir en picado”.
Este pequeño empresario agradece todo tipo de ayuda y afortunadamente se ha podido beneficiar de alguna: “Nos dieron el pasado año 2.500 euros de la Generalitat y 1.200 del Ayuntamiento”. Txema espera que este año también lleguen las ayudas para poder hacer frente a los gastos que supone tener su agencia abierta: “Tener el negocio abierto es dinero porque los gastos fijos ya te comen, pero vas tirando con lo poco que vendes”.
Hasta las restricciones actuales, la agencia se centraba en vender fines de semana a grandes ciudades. Ahora sobre todo venden viajes de negocios y a personas que tienen que ir a visitar a sus familiares en otros países. En la actualidad prima la cancelación gratuita, un sistema que permite que el cliente reserve un viaje con la tranquilidad de que, en caso de no poder realizarlo por la situación sanitaria, se podrá cancelar.
La esperanza de Txema es que “para este verano esto esté controlado y de cara a junio podamos volver a la normalidad. Yo personalmente necesito volver a mi vida de 2019. Espero que podamos volver y que se pongan las pilas con la vacunación”.
Toñi Sánchez
Propietaria de una empresa de hinchables infantiles
El balance que Toñi hace de este 2020 se resume a “nada”. Desde que el pasado 13 de marzo decretara el gobierno central el Estado de Alarma, su empresa y sus hinchables no han vuelto a ver la luz: “Se prohibieron las fiestas de barrios, las comidas se anularon, las fallas, hogueras, Moros y Cristianos se cancelaron… No hemos podido trabajar desde el 13 de marzo”.
Un año casi de parón laboral que para esta empresaria ha seguido generando gastos, como la ITV de los hinchables que ya han caducado sin poder usarlos. Lo mismo ocurre con los seguros de las colchonetas y otros gastos extra (autónomo, luz…).
Sánchez comenta que esta situación se ha podido salvar gracias a los ahorros que ha ido acumulando, sin embargo, cree que esta situación para el sector de los hinchables se alargará un año más: “Nosotros no podremos salir a la calle todavía porque las reuniones son de hasta 2 personas o convivientes y no me van a alquilar un hinchable para una familia. Esto tiene que ser para que vaya más gente.
Las restricciones en las reuniones y no poder hacer un cumpleaños, unas fiestas… todo eso es lo que nos impide poder sacar los hinchables a la calle”.
Francisco Jiménez (Franvic)
Copropietario del pub karaoke The Queen
A este noveldense le surgió la oportunidad de coger el pub karaoke, junto a su propietario, y decidieron sacarlo a la luz en agosto de 2020.
Para ello, se informaron sobre las necesidades para cumplir con las medidas sanitarias en este tipo de locales: filtros para los micrófonos, mamparas para aislar a la persona que canta del público, aerodifusores que desinfectan, un programa en formato QR para evitar contacto al elegir las canciones… Y antes de que abrieran el local, decretaron el cierre de los locales de ocio nocturno.
Aún así, el Ayuntamiento les permitió abrir como cafetería, pero como asegura Jiménez, “no funcionó”, ya que el aliciente de un karaoke no es ir a comerse un bocadillo o un café: “Lo intentamos en Navidad pero no sacamos para gastos. Así que decidimos cerrar y cuando podamos trabajar dignamente, abriremos”.
Jiménez se dedica también al mundo del espectáculo, y en este aspecto indicaba que “lo hemos pasado muy mal” porque normalmente, los magos empezamos a tener reservas para mayo del año siguiente por el mes de septiembre, y por el momento, seguimos sin tener reservas para las Comuniones.
Algo que ve normal, ya que en lo último que piensan los padres a la hora de este tipo de eventos y ante la situación sanitaria, es en contratar a un mago.
Francisco Jiménez espera que la situación se arregle lo antes posible y manda mucho ánimo a los compañeros que no tienen otra cosa en la que emplearse.
Agustín García
Distribuidor de alimentación para hostelería
Agustín contempla su almacén abarrotado de alimentos que no puede repartir porque el 90% de ellos están destinados a la hostelería, la cual, permanece cerrada o apenas consume productos de los distribuidores por su baja actividad.
Para este empresario del sector de la alimentación, el año ha sido “muy malo desde que comenzó la pandemia”. Señala que hubo meses en los que estuvieron parados al 100% por la escasez de trabajo. En esos meses eran muy pocas las tiendas que estaban abiertas para servir y gracias al reparto a domicilio de la gente de Novelda “pude salir un poco a flote”.
Agustín García: “Vengo a trabajar sin ganas porque no tengo la rutina habitual”
“Vengo a trabajar sin ganas porque no tengo la rutina habitual” y ahora tan solo está haciendo un 20% de las ventas habituales, por ello ha tenido que reducir la plantilla de su negocio. La poca actividad que realiza ahora es gracias a los bares que siguen dando servicio a domicilio y a la gente de Novelda, que conociéndole y en pro de ayudarle, compran diversos lotes de alimentos: “Son cuatro o cinco pedidos de 15, 20, 25 euros para llevar a casas y eso es lo que me está permitiendo moverme un poco”.
Ahora debe vivir 15 días más padeciendo sin poder llegar a final de semana “porque estas empresas tenemos pagos previstos y fijos, como por ejemplo el autónomo”. Las ayudas no llegan o cuestan de llegar y el caso es que, “el dinero lo necesitamos ya”.
Al preguntarle por su colchón de ahorros, Agustín explica que “no existe” por ello, en abril tuvo que contratar un nuevo crédito: “Es un préstamo que hace endeudarte más. Cada vez te endeudas más y claro, eso no es bueno”.
Él espera que la situación cambie a partir del 1 de marzo y alega que la hostelería no tiene culpa de lo que está pasando.
Ernesto Navarro
Propietario de BOU Café Levante
Para este empresario, “estamos viviendo una situación atípica” porque “venimos de casi un año con restricciones totales y parciales”. En la actualidad, este distribuidor de café centra su actividad empresarial en el pequeño porcentaje de clientes que están abiertos.
Pero además, ha sabido sacar partido de la situación para crear una nueva línea de negocio tanto para la hostelería como para el hogar: “Dentro de nuestro sector nosotros vivimos por y para la hostelería y una de las cosas que estamos cambiando es que nuestros clientes de hostelería tengan más armas para facturar”.
Esto también se complementa con una serie de productos enfocados al ámbito del hogar a través de unas capsulas de Bou Café compatibles con Nespresso y que cualquier persona puede disfrutar en su casa.
Según Ernesto, “la situación de la hostelería va a ir muy de la mano con la situación de contagios. Si conseguimos que la mayor parte de la población tenga la vacuna, empezaremos a hacer una vida normal. Mientras no haya una vida medio normal, la hostelería va a tener restricciones”.
Su deseo es que esta situación termine pronto y mandaba mucho ánimo a todos aquellos que se están viendo afectados por esta situación.
Nicasio Izquierdo y Marisa Verdú
Propietarios del gimnasio Shotokan
La propietaria de este gimnasio define el año como “un año caótico y de mucha incertidumbre”, ya que han tenido que estar pendientes de las modificaciones sanitarias a la hora de abrir el gimnasio al público. Marisa cuenta que han invertido mucho tiempo en la preparación de los protocolos necesarios para poder funcionar y admite su frustración e impotencia al finalmente no poder ofrecer un servicio, a pesar de ello.
Antes de que cerraran la actividad en los gimnasios, en el caso del Shotokan, se cumplía con el aforo reducido de alrededor del 50%: “Los protocolos eran muy estrictos e intentábamos cumplirlos para que la gente se sintiera cómoda al acudir al gimnasio”.
Hasta ahora, no se habían enfrentado a una situación similar “en la vida”. Marisa subrayaba que el problema está en no poder trabajar adecuadamente. Sobre las ayudas, explicaba que la administración podría haber hecho más, pero sobre todo hace hincapié a las entidades bancarias: “Son las únicas que yo he visto que no se han mojado para nada”. Esta propietaria explicaba que muchos negocios funcionan con la financiación de estas entidades bancarias, sin embargo, ante esta situación, “no han hecho nada por facilitarnos ni adecuarnos la situación”.