Este año la «Semana Mundial del Agua» se celebra del 25 al 30 de agosto en el corazón de Estocolmo, en el «Stockholm City Conference Centre», donde se viene celebrando desde 2015, y en el que se aborda el tema «Agua para la sociedad: incluidos todos».
Esta «Semana Mundial del Agua» es un punto estratégico para abordar los problemas del agua en todo el mundo. Con ella se pretende reflexionar sobre los problemas de la falta de agua en el mundo. En este foro se reúnen expertos de todo el mundo para analizar y poner soluciones a los desafíos hídricos más urgentes del planeta.
El agua es indispensable para la vida, podríamos decir que es el elemento básico sin el cual no está garantizada la vida. Y sin embargo es un recurso escaso en algunas zonas del mundo, con datos alarmantes. Se estima que 4 de cada 10 habitantes del planeta están afectados por escasez de agua.
Ya están sucediendo cambios, a escala planetaria, que hacen que este recurso sea cada vez más escaso. Sin ir más lejos, el pasado julio fue el mes más caluroso en todo el planeta desde que hay registros. En nuestro país se añade un periodo de sequía, aún no declarada oficialmente, donde ha llovido de media un 15% menos de lo normal.
De momento, más de 30 municipios tienen algún tipo de restricción en el uso de agua o directamente se abastecen a través de camiones cisternas. Esta situación se verá seguramente agravada si, como pronostican los expertos, la sequía continúa en otoño.
La escasez del agua es uno de los problemas a los que se enfrenta nuestro planeta, por eso las organizaciones y los gobiernos deben establecer una serie de medidas para paliar este problema mundial. Aunque, como en sequías anteriores, llegarán tarde, pues dichas medidas se deberían haber tomado cuando nuestras reservas hídricas eran óptimas. Y las primeras víctimas serán de nuevo los ecosistemas fluviales y nuestra agricultura.
A falta de la esperada acción de las instituciones para preservar nuestra agua, la ciudadanía puede empezar a combatir desde hoy esta y venideras sequías, simplemente consumiendo de forma más responsable, saludable y sostenible. Los ciudadanos tenemos que concienciarnos, ahorrar agua en nuestros hogares, con un consumo responsable de alimentos, para tirar el menor número posible de comida. Elaborar planes de cultivo para los agricultores y de esta manera adaptar la cantidad de agua al cultivo que han sembrado. Utilización de sistemas que generen sombra para reducir la temperatura y la evaporación, conservando la humedad del suelo. Almacenar el agua de la lluvia es una buena iniciativa para poder abastecerse de forma constante, viable y económica. Captar el agua, almacenarla y aplicarle los tratamientos oportunos para potabilizarla y purificarla.
Hay un gran reto para el planeta Tierra y para garantizar un futuro a las nuevas generaciones y lo primero que tenemos que hacer es empezar por las prácticas cotidianas.