Obras finalistas del III Certamen Internacional de Microrrelatos «Jorge Juan»

1. (Mi despedida hasta septiembre quiero que sea ésta, cuando se publique no te olvides de leerlo completo, 25 páginas)
   RETAZO DEL “PRELIMINAR” DE MI ÚLTIMO TRABAJO CIENTÍFICO.
   (Diego García Castaño, Catedrático de Matemáticas)
   De entre las de más renombre, destacamos a las Álgebras de Boole de Conjuntos, Proposiciones y la de la Conmutación, que vemos de pasada, en nuestro “caminar” conceptual por los parajes que frecuentó George Boole, siendo la de Conjuntos la más intuitiva de lo que representa, en general, dicha Álgebra Abstracta y, la de la Conmutación la que más “juego” está dando hoy día.
   Con este trabajo, que titulamos “Simulación del nacimiento del Álgebra de Boole”, tratamos de descongestionar la aparatosa y acumulativa obra escrita sobre la mecanización y práctica de la misma incidiendo, por este motivo, en los aspectos conceptuales que le dieron vida ya que, pensamos que reviviendo la forma de pensar de George Boole cuando la creó es como podemos darle recursos autosuficientes, al lector, para dominar de forma clara y eficiente el panorama matemático, lógico, conceptual y, también, en toda su amplitud, el mecánico-práctico que posibilita el Álgebra de Boole.
   George Boole, como autodidacta de sus saberes y seguidor de Lagrange y Laplace, montó su propia escuela donde actuó como profesor de Matemáticas, aunque después, con el tiempo ascendería al cénit de esta Ciencia. Con su Modelo Matemático, que hoy día conocemos como Álgebra de Boole, reestructuró la Lógica, de tal modo, que ésta pasó a llamarse Lógica Matemática, abandonando los silogismos y su cohorte, la pléyade de los modos Bárbara, Celare, Darii, Ferio,…, haciendo protagonistas a las estructuras algebraicas, a las conectivas “o” inclusiva, o (+), “y”, o (•), y “no”, o complementario (‘), que son algunos de los conceptos que marcaron la venida de las nuevas tecnologías a la sociedad en que estamos inmersos, como lo reconocieron, por ejemplo, los responsables actuales del buscador de Google, que no hace mucho tiempo le rindieron tributo de agradecimiento y admiración a George Boole.
   Fue a finales de los años treinta y algunos más de los que les siguieron, del siglo XX, o sea, después de casi cien años de “letargo” y algún que otro retoque o sugerencia, por parte de Huntington o del propio Birkhoff MacLane, cuando la obra de George Boole, acaparó el interés de muchos científicos, de forma muy especial el de Claude E. Shanon que fue el primero que avispó, en su tesis doctoral en el Instituto Tecnológico de Massachusetts que, con el Álgebra de Boole, se abría la puerta, para construir computadoras electrónicas, hacer operativa la conmutación telefónica y simplificar circuitos con dispositivos biestables.
   En pos de la claridad y el rigor expositivo del proceso que vamos a iniciar y, como deferencia al lector, la Matemática será nuestra compañera en el camino que siguió George Boole hasta crear su álgebra, así como, nuestra guía para averiguar el porqué y el cómo lo hizo. Por eso mientras nuestro modus operandi se sustenta en el “Álgebra de Boole de los Múltiplos de los Números Naturales”, la de George Boole se fundamentó sobre su “Álgebra de Boole de las Proposiciones Lógicas”, que nosotros, lógicamente, trataremos aunque “más suavemente”, al haber visto previamente las leyes que la rigen. No obstante, nuestro devenir tendrá un tacto especial, un ten con ten, para prescindir, siempre que se mantenga el rigor que la Matemática exige, de tecnicismos y nomenclaturas formales que dificulten u obscurezcan el seguimiento de nuestro relato.

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