Como si de sus cenizas resurgiera, la Fundación «El Sonido de la Piedra» quiere que se retomen los trabajos de este proyecto que nacía en 1993 y que ha estado parado durante la última legislatura. Ahora, han solicitado al Ayuntamiento su colaboración para que se puedan recaudar donativos de turistas con los que hacer frente al medio millón de euros –aproximadamente- que se necesita para terminarlo.
En el año 1993 un grupo de marmolistas de la ciudad se reunió en torno a un proyecto que se presentaba como único para la ciudad de Novelda. Se trataba de la construcción del primer órgano de piedra del mundo que se instalaría en el interior del Santuario de Santa Mª Magdalena y que fue diseñado e ideado por el escultor Iván Larrea. Un proyecto con un presupuesto que superaba entonces el millón de euros y que en un principio fue asumido por los fundadores del proyecto en términos económicos. Después de muchos años parado, el equipo de gobierno del tripartito, con Mariano Beltrá a la cabeza, y con mucho apoyo de su concejal de Hacienda y Cultura, Víctor Cremades, reavivó las ganas de culminar este proyecto, e invirtió 150 mil euros del Plan de Apoyo al Empleo (PlanE) del gobierno central y otros 150 mil del Plan Confianza de la Generalitat Valenciana. Este impulso económico consiguió que se vieran los primeros resultados con la instalación de las dos patas gigantes del famoso órgano, dejando el proyecto ya en un punto «imparable», según reconocía el presidente de la Fundación «El Sonido de la Piedra», Juanjo Segura, que nació para apoyar el proyecto.
Con la llegada de Milagrosa Martínez (PP) a la alcaldía de Novelda en el año 2011, el proyecto cayó de nuevo en el olvido, y comenzaron a surgir rumores y dudas acerca de la conveniencia de que se instalara en este lugar o en otros como el Teatro María Guerrero, principal apuesta de Martínez. Pero ya era tarde. No porque el Teatro María Guerrero nunca se construyera, sino porque las obras realizadas en la legislatura anterior ya habían derruido el coro del Santuario para albergar el armazón de mármol diseñado por Larrea y ya se había instalado la parte más voluminosa del proyecto. El órgano está construido con técnicas aplicadas para curvar la piedra, así como en los mecanismos de transmisión, teclados, molinetes y palancas realizadas en mármol finísimo reforzado con fibra de carbono y vidrio. Los tubos de piedra han sido creados también con formas pentagonales, nunca antes utilizadas, y demuestran una extraordinaria sonoridad desconocida hasta el momento. Pero la inventiva de Larrea ha llegado a diseñar incluso los mecanismos necesarios para poder mover y montar (sin grúas) las patas de 8.000 kilos que incluye el proyecto. El órgano consta de 704 tubos de sonido, 40.000 Kg. de peso y 11 metros de altura.
La financiación
Las cifras han ido variando a lo largo de los años, pues cuando se presupuestó el dinero no valía lo mismo que vale ahora. El proyecto, sin estar valorado con exactitud a día de hoy, costaría alrededor de 1.000.000 de euros, que podría aumentar si se retomaran ahora las obras. De ese dinero, desde la Fundación tienen contabilizado un gasto de 354.515 euros, que provienen del Ayuntamiento de Novelda, que ha aportado unos 30 mil euros en subvenciones al proyecto, del Plan E y Plan Confianza, que suman unos 295.000 euros y de empresarios que cedieron no solo dinero (unos 180.000 euros), sino también materiales, herramientas y hasta sus propias instalaciones para que pudiera trabajar Iván Larrea. En total, alrededor 500 mil euros que ya se han gastado.
Pero todo esto se terminó. Y después de cuatro años de silencio la Fundación ha decidido aprovechar el cambio de gobierno para intentar reactivar el proyecto. Por esa razón, se reunieron con el alcalde, Fran Martínez, al que le hicieron llegar varias peticiones para que esto sea posible. «Queremos dejar claro que el Ayuntamiento no tiene que poner ni un euro para terminar el órgano», apuntaba Juanjo Segura, «pero necesitamos su apoyo para poder buscarnos la vida». Entre sus peticiones se encuentra la posibilidad de que el órgano, tal y como está, «sea visitable» y que exista un «buzón de donativos» en las diferentes oficinas de turismo. Además, quieren permiso para gestionar la posibilidad de que el órgano pueda sonar en las ceremonias religiosas «previo donativo» para su finalización. Y es que, según Segura, son muchos los visitantes extranjeros los que quieren aportar para su finalización y no encuentran la forma de hacerlo.
Este sería, según Segura, «el punto de partida» para conseguir el medio millón de euros que haría falta para terminarlo. Evidentemente, los donativos de turistas nunca sumarían esta cantidad, por lo que desde la Fundación «buscaríamos otras fórmulas para atraer inversores que crean en el proyecto».
«Lo más difícil ya está hecho»
Es muy difícil calcular con exactitud en qué parte del proceso de construcción nos encontramos. El encargado del proyecto, Iván Larrea, calcula que se ha terminado alrededor del 60% de la obra y que «lo más difícil ya está hecho». Ahora queda el trabajo más minucioso y posiblemente el que más tiempo suponga al escultor, siempre y cuando se encuentre la financiación necesaria para ello. En el Santuario están instaladas las dos patas gigantes en «forma de elefante», así como los cascarones de mármol de la estructura y el teclado que haría sonar todo el mecanismo. Pero es precisamente eso lo que le falta a la obra. Todo el mecanismo interior, compuesto por 704 tubos de piedra y un entramado diseñado para que suene como un órgano.
También se puede visitar en el templo que refugia a Santa Mª Magdalena una maqueta de cómo quedaría una vez terminado, y un módulo con 54 tubos que emiten los primeros sonidos de este órgano.
Iván Larrea: «Para mí es una obra que no se va terminar»
A pesar del impulso que pretende ahora dar al proyecto la Fundación «El Sonido de la Piedra», el autor del órgano de piedra no confía en que se vaya a terminar. Para él, «el Plan E fue la oportunidad de que Novelda tuviera el órgano de piedra terminado», y «Mariano Beltrá y Víctor Cremades unos enamorados del proyecto», pero «la falta de interés del Ayuntamiento ha hecho que todo se bloquee». Larrea culpa de esto a Milagrosa Martínez, a quien acusa de parar el proyecto por «una decisión personal» al no quererlo dentro del Santuario.
Bajo su punto de vista, «donde más puede rendir este órgano es en el Santuario». De hecho, el proyecto solo contempla que se sitúe allí. «Yo lo creé para este lugar, si se quiere llevar a otro sitio, habría que modificar el proyecto entero».
Polémica en su construcción
La inclusión de este «monstruo» en el interior del Santuario suscitó en su día las críticas de muchos detractores del proyecto, e incluso «se generó una política antiórgano muy extendida», lamentaba Larrea. De hecho, el diseñador del órgano decidió separar la estructura de mármol de la pared del Santuario para que nadie «pueda decir que se apoya en él», y es algo que se puede ver si se visita. En esta línea, durante las obras de instalación del órgano aprovecharon para reparar diferentes grietas en la fachada del Santuario, evitando así que se relacionaran los daños estructurales con el órgano.
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